jueves, 28 de abril de 2016

DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR: NI INTRANSIGENCIA NI REBAJAS


Divorciados vueltos a casar. ¿Comunión sí? ¿Comunión no? Con el documento papal La alegría del amor, ¿cambia la doctrina?, ¿cambia la pastoral?, ¿existen nuevas posibilidades para las personas en estas condiciones?, ¿cómo mantener el equilibrio?

Un rompecabezas que desvela a teólogos y pastores por igual. Francisco aclaró que se han abierto nuevos caminos, pero lamentó el reduccionismo de los medios sobre el tema. Un cardenal mexicano precisa que –sobre este particular– el desafío más delicado está en los sacerdotes

¿Hay nuevas posibilidades concretas que no existían antes de la publicación de la exhortación o no?». La pregunta la lanzó un periodista anglófono al Pontífice en el vuelo de regreso de Lesbos a Roma el 16 de abril. La respuesta fue directa: «Podría decir que sí, y punto. Pero sería una respuesta muy simplificada».

Más adelante, contestando a otra pregunta, Bergoglio confesó haberse «molestado mucho» pero, sobre todo, haber sentido «un poco de tristeza» cuando los periodistas centraron prácticamente todo su debate en torno al Sínodo solo en los divorciados vueltos a casar y la comunión. «Esos medios de comunicación, que dicen tantas cosas, ¿no se dan cuenta de que no es ese el problema principal? ¿Acaso no se dan cuenta de que la familia, en todo el mundo, está en crisis? Y la familia es la base de la sociedad. ¿No se percatan de que los jóvenes no quieren casarse? ¿No ven que la disminución de la natalidad en Europa es como para ponerse a llorar? Estos son los grandes problemas», reflexionó.

Prudencia pastoral

Es cierto. Por defecto la prensa se siente atraída, como también sus consumidores, por el conflicto y, en el Sínodo, los divorciados generaban división. Al mismo tiempo esto propició un peculiar fenómeno: aunque el problema no afecta a la mayoría, no solo los periodistas se interesaron por él, también lo hicieron cardenales, obispos, sacerdotes, teólogos y fieles en general. La Iglesia entera quedó altamente sensibilizada.

El cardenal mexicano Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, advierte de que, ante las indicaciones del Papa en Amoris laetitia, la principal dificultad para los obispos será la formación del clero, para que los sacerdotes tengan «una ciencia y una praxis» pastoral, con especiales conocimientos en temas morales, para no caer «ni en la intransigencia, ni tampoco en la actitud fácil de abaratar las cosas».

En entrevista con Alfa y Omega, el cardenal aboga por la «prudencia pastoral» y apunta: «Sobre la formación de la conciencia ya el Concilio Vaticano II nos planteaba un tema muy delicado, el respeto al sagrario de la persona que es la conciencia y que debe ser formada, que debe actuar a la luz de Dios y conforme a las circunstancias en las cuales se aplica la doctrina cristiana».

E insiste: «Lo más delicado es la formación de la conciencia de los sacerdotes para poder acompañar a la gente, necesitamos principios muy claros pero también una gran sensibilidad. Se debe tener esta actitud del pastor».

Suárez Inda fue uno de los padres sinodales que participó en la asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos en octubre de 2015. Asistió a las discusiones que dieron origen al documento final que sirvió de base al Papa para redactar Amoris laetitia. Para él, la exhortación apostólica «refleja fielmente» el pensamiento de la asamblea sinodal, aunque existen puntos en los cuales «se debe seguir en el diálogo y en la búsqueda sobre cómo aplicar los principios».

«Para mí lo más importante del documento es el enfoque, desde qué postura miramos nosotros a la familia y tratamos de ayudarla en su realidad concreta. Acercarnos con una actitud de servicio y de respeto a las situaciones que viven las familias», explica.

El purpurado recuerda que ya Juan Pablo II, en su exhortación Familiaris consortio (1981), puso «los puntos sobre las íes» al decir que los divorciados vueltos a casar «no están excomulgados», forman parte de la Iglesia y deben participar de muchas maneras en la vida de la comunidad. Wojtyla pidió, como Francisco, «mirarlos como hermanos en la fe, como gente que tiene necesidades particulares».

La comunión sacramental

«Respecto a la comunión sacramental, el Papa dice que no podemos absolutizar, se necesita seguir un discernimiento y existen casos en los cuales está claro que pueden acercarse si no provocan escándalo, si garantizan que viven conforme a su conciencia y además, en la medida de lo posible, viviendo en una manera ordenada, incluso hasta llegar a la promesa de la continencia. Vivir como hermanos, como se dice», prosigue el cardenal de Morelia.

Y abunda: «El Papa claramente dice: “No quiero llegar, en este momento, a dar como sentencia algo que no se ha concluido en la búsqueda pastoral”. Hay que tomar lo que nos pide el Papa: una actitud de respeto, de búsqueda y de continuar este discernimiento, que nos deja a los obispos y a los sacerdotes una responsabilidad enorme de no proceder a la ligera y de tratar de ayudar a esta gente».

Suárez agradece la «valentía» y la «claridad» de Francisco en Amoris laetitia, un texto –recuerda– que e propio Pontífice recomienda leer por partes, no precipitadamente. «Un documento de gran realismo pero que, al mismo tiempo, nos ayuda a descubrir la belleza del matrimonio».

Andrés Beltramo Álvarez
Ciudad del Vaticano
Fecha de Publicación: 28 de Abril de 2016

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