La mujer caminaba por un centro comercial cuando se fijó en el cartel:
UNA NUEVA FLORISTERÍA.
Al entrar, se llevó un susto: no vio ninguna maceta, ningún ramo, ninguna cesta, pero era Dios en persona quien atendía en el mostrador.
§ “Puedes pedirme lo que quieras” – dijo Dios.
§ “Quiero ser feliz. Quiero paz, dinero, facilidad para hacerme entender. Quiero ir al cielo cuando muera. Y quiero que todo esto se conceda también a mis amigos”
Dios se dio la vuelta y abrió algunos botes que estaban en el estante, sacó de dentro algunos granos, y le extendió la mano a la mujer:
§ “Aquí tienes las semillas – dijo – comienza por plantarlas, que aquí no tenemos los frutos.
Paulo Coelho
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