“Convertíos, el Reino de
Dios está cerca”.
Estas son las palabras
centrales que escuchamos de los labios de Jesucristo cuando inicia su
ministerio público.
Conversión en griego es
Metanoia, que significa cambio de corazón.
El núcleo de las enseñanzas
del Precursor de Jesús, San Juan Bautista, era el mismo: “Convertíos,
porque el Reino de Dios está cerca”.
Por otra parte, San Pedro y
los Apóstoles predicaron la misma llamada a la conversión.
Si el más grande de todos los
profetas, el primer Papa, y Jesús mismo predicaron la urgencia de la conversión
entonces ¡sí debe ser importante!
La
Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo, reitera este mensaje en diversas formas y
tiempos.
Y
las apariciones marianas de toda la historia y en especial las del último
siglo, enfatizan el mensaje de conversión.
Al
inicio del Santo Sacrificio de la Misa, después de saludar al pueblo, el sacerdote invita
a toda la congregación a hacer una breve pausa para un examen de conciencia.
¿Sobre
qué?
Nuestro reconocimiento comunitario y personal del
pecado y la humilde invocación para que
Dios tenga misericordia de nosotros y nos ayude en conversión de vida.
QUÉ ES CONVERTIRSE SEGÚN
BENEDICTO XVI
Convertirse quiere decir
buscar a Dios, caminar con Dios, seguir dócilmente las enseñanzas de su Hijo,
Jesucristo.
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Convertirse no es un esfuerzo para realizarse uno mismo, porque el ser humano no es el arquitecto del propio destino.
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Convertirse no es un esfuerzo para realizarse uno mismo, porque el ser humano no es el arquitecto del propio destino.
Nosotros no
nos hemos hecho a nosotros mismos.
Por ello, la
autorrealización es una contradicción y es demasiado poco para nosotros.
Tenemos
un destino más alto.
Podríamos decir que la conversión consiste precisamente en no considerarse “creadores” de sí
mismos, descubriendo de este modo la verdad, porque no somos autores de
nosotros mismos.
Convertirse significa creer que Jesús ‘se ha dado a sí mismo por mí’, muriendo en la
cruz y resucitando, vive conmigo y en mi.
Confiándome
a la potencia de su perdón, dejándome tomar de la mano, puedo salir de
las arenas movedizas del orgullo y del pecado, de la mentira y de la tristeza,
del egoísmo y de toda falsa seguridad, para conocer y vivir la riqueza de su
amor.
Conversión
consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, nuestro
verdadero Creador, que dependemos del amor.
Esto
no es dependencia, sino libertad.
Convertirse significa, por
tanto, no perseguir el éxito personal, que es algo que pasa.
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Sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Señor para que Jesús se convierta para cada uno, como le gustaba decir a la beata Teresa de Calcuta, en “mi todo en todo”.
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Sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Señor para que Jesús se convierta para cada uno, como le gustaba decir a la beata Teresa de Calcuta, en “mi todo en todo”.
Quien
se deja conquistar por Él no tiene miedo de perder la propia vida, porque en la
Cruz Él nos amó y se entregó por nosotros.
Y precisamente, al perder por amor nuestra vida, la volvemos a encontrar.
La conversión es la respuesta más eficaz al mal.
Cristo invita a responder al mal ante todo con un
serio examen de conciencia y con el
compromiso de purificar la propia vida.
En definitiva: la conversión vence al mal en su raíz, que es el pecado, aunque no
siempre pueda evitar sus consecuencias.
Hacer penitencia y corregir la
propia conducta no es simple moralismo, sino el camino más eficaz para
mejorarnos tanto a nosotros mismos como a la sociedad.
Es
mejor encender una cerilla que maldecir la oscuridad.
CINCO PASOS POR LOS QUE
PODEMOS LOGRAR UNA VERDADERA CONVERSIÓN DE VIDA
Las siguientes son maneras en que podemos ahondar
profundamente en nuestras almas y luchar por una conversión sincera y profunda
de la vida.
Sin embargo, debemos recordar siempre que la verdadera conversión de vida es más la
obra de Dios en nuestras almas que nuestro hacer.
Pero ¡debemos colaborar con la gracia del Señor!
1 – PURIFICACIÓN DE LA MEMORIA
Nuestra memoria es necesitada
de purificación constante.
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San Pablo nos exhorta a ponernos en la mente de Cristo y entonces él dice que usted tiene la mente de Cristo.
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San Pablo nos exhorta a ponernos en la mente de Cristo y entonces él dice que usted tiene la mente de Cristo.
Las
heridas del pasado en nuestros primeros años, las adicciones que esclavizan, los abusos, ya sea
físicos, emocionales, sociales o morales, todos ellos deben ser llevados ante
el Señor para una curación profunda y
la conversión.
Una sugerencia corta pero
poderosa: ¡La Palabra de Dios!
La
Palabra de Dios es poderosa como una espada de doble filo que separa los
huesos de la médula.
La lectura
diaria de la Palabra de Dios en meditación piadosa puede dar lugar a la
conversión de la mente.
Un paso más: ¡memorizar las
Sagradas Escrituras!
Si quieres, esta analogía: lo que hace el cloro de una piscina
(limpieza y purificación) es lo que la Palabra de Dios puede hacer a la mente
humana.
¡Señor,
que tu Palabra sea una luz en mi sendero y una antorcha para mis pasos!
2 – CONTROL DE NUESTROS OJOS
Nuestros ojos necesitan una vigilancia
y un control constante.
Desafortunadamente, la adicción más poderosa en
occidente es la pornografía.
Los niños están expuestos a este lobo hambriento y
sin piedad a una edad muy tierna.
Los estudios demuestran que la pornografía puede ser más poderosa que la adicción a las drogas.
Un
miembro de una pandilla en recuperación, drogadicto y alcohólico se regocijaba que era
capaz de conquistar todos los vicios anteriores.
Sin embargo, no podía desprenderse de la adicción a
la pornografía.
Tres
sugerencias para
alcanzar esta metanoia / conversión.
Al romper el alba al despertar,
consagrar todo su ser – especialmente los ojos – al Inmaculado Corazón de
María.
En segundo lugar, cuando sea
tentado, invocar la Preciosa Sangre de Jesús como un escudo contra los dardos
de fuego del maligno.
Por último, visitar el
Santísimo Sacramento expuesto y contemplar el Corazón Eucarístico de
Jesús. En las palabras del salmista:
“Mira
al Señor y quedaréis radiantes”.
3 – CONTENER LA LENGUA
Santiago nos recuerda
dolorosamente que debemos ser lentos para hablar y atentos para oír.
Jesús nos recuerda que cada palabra que sale de nuestra boca será culpable de juicio.
También el Señor nos dice que de la abundancia del
corazón habla la boca.
¡Nuestra lengua tiene que ser controlada
constantemente!
Tres
sugerencias concretas para lograr la conversión de nuestra boca, a
través de la transformación de nuestro discurso.
En primer lugar, debemos tener
el hábito de hablar más de Dios y menos de la gente.
En segundo lugar, debemos
aprender a contener nuestros impulsos y pensar antes de hablar.
Por último, aplicar la Regla
de Oro de Jesús para hablar. Haz a los demás lo que quieres que te hagan a
ti; di a los demás lo que te gustaría que te digan.
¡Siguiendo este consejo que estamos en la carretera
a la conversión de nuestra lengua!
4 – EXAMEN DE LAS INTENCIONES
Siendo honestos con nosotros mismos debemos
humillarnos admitiendo que nuestras intenciones se mezclan a menudo.
Incluso en la
mejor de las acciones se ocultan algunos egoísmos, el amor propio y la vanidad.
¡En un sincero examen de
conciencia resaltará esta verdad!
En
el Diario de Santa Faustina, una y otra vez Jesús manifiesta su deseo de que ella siempre tenga la pureza de intención, que sus acciones
sean para agradarle y para la honra y gloria de Dios.
La Biblia señala que el hombre mira las apariencias, pero Dios lee el corazón.
En
el Sermón de la Montaña, Jesús nos advierte estrictamente no hacer nuestras acciones para ser
vistos y elogiados por el hombre.
¡Recuerda!
Haz tus acciones de tal
manera que la mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda.
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Tu padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
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Tu padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
El
lema de San Ignacio, el fundador de la Compañía de Jesús (los
jesuitas) es de cuatro letras: AMDG – Ad maiorem Dei Gloriam – que significa para la mayor gloria de Dios.
En consecuencia, debe ser el principio motivador que impulsa todas nuestras acciones en la
vida.
Una sugerencia concreta para obtener la conversión
/ metanoia de nuestra intenciones- dar
todo a Jesús por las manos de María.
5 – CONVERSIÓN DEL CORAZÓN
Por último, pero no menos importante, todos debemos
pasar por una conversión diaria del
centro mismo de nuestro ser: nuestro corazón.
Jesús dice que de la
abundancia del corazón habla la boca.
El corazón humano puede contener en su interior la más noble de las intenciones, pero el
corazón humano también puede abrazar el más despreciable de los deseos.
La conversión constante / metanoia del corazón es
necesaria sobre una base diaria.
¿Cuál
podría ser el medio más eficaz para someterse a una verdadera conversión del
corazón?
Comunión diaria ferviente y
apasionada: ¡Simple y al grano!
En la Sagrada Comunión recibimos la totalidad de
Jesús: su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Por lo tanto, si recibimos su Cuerpo, significa también que recibimos su Sagrado
Corazón.
En el Corazón Sacratísimo de Jesús se pueden
encontrar todas las virtudes más sublimes y el más alto grado de santidad y
perfección.
La fe, la esperanza, la
caridad, la paciencia, la pureza, la humildad, la obediencia, la mortificación,
la fortaleza – sólo por mencionar algunas, son virtudes presentes en el Sagrado
Corazón de Jesús.
Estas virtudes están presentes en cada hostia
consagrada que podemos recibir en la Sagrada Comunión a diario.
En un sentido real, podemos sufrir un trasplante de corazón espiritual diario cada vez
que recibimos la Sagrada Comunión con fe, devoción y amor.
Más allá de una sombra de duda, la Santa Comunión
recibida con las debidas disposiciones es, con mucho, el canal más eficaz para llegar a una verdadera conversión del corazón.
Las llamas del corazón amoroso de Nuestro Señor
consumen todo lo que es feo y vil en nuestros corazones para que podamos
verdaderamente decir con el Apóstol San
Pablo:
“Ya
no vivo yo, es Cristo quien vive en mí”
Fuentes:
- http://www.catholicgentleman.net/2014/10/5-ways-practice-conversion/
- http://chnetwork.org/converts/
- https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_converts_to_Catholicism
- http://www.newadvent.org/cathen/04347a.htm
Foros de la
Virgen María
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