domingo, 1 de julio de 2018

LA MARIHUANA NO ES BENIGNA [POR QUÉ Y CÓMO TRATAR AL CONSUMIDOR]


Está creciendo en el mundo la demanda de legalización del consumo y la producción de marihuana. pero eso no significa que la sustancia no sea adictiva ni dañina para los consumidores. Por el contrario, se trata de una adicción dañina. Que se puede catalogar como la ‘enfermedad de la manipulación’.

Cientos de miles de padres, hermanos, parejas, amigos, ven perplejos como un ser querido está atado a la marihuana y no saben cómo ayudarle.
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Este artículo va dirigido al consumidor y a los que se preocupan por él.
Algunos piensan que la marihuana es mala porque lleva a consumir otras drogas más pesadas.
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Sin dudas que eso es muy malo.
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Pero consumir marihuana por sí solo tiene efectos nocivos para la salud, la psicología de consumidor y para la sociedad.
En EE.UU. y Latinoamérica hay una tendencia creciente a la legalización de la marihuana, fundamentada explícitamente en el fracaso de la guerra frontal contra el narcotráfico y el aumento de la violencia. Esta liberalización ya había llegado antes a Europa. EE.UU. se mantenía como el freno a la expansión de la permisividad. Pero eso parece que se deteriorará ahora. 

QUE ES LA MARIHUANA
La marihuana no es una sola planta, sino una familia completa, las cannabáceas (familia Cannabaceae). De éstas, la Cannabis sativa L. y la Cannabis indica L. son las que se acostumbra fumar, porque tienen la más alta concentración de unas sustancias llamadas cannabinoides. Estos compuestos químicos, en particular el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol, producen efectos en el organismo, algunos de los cuales afectan la función cerebral.
En general, el THC deprime el sistema nervioso central, es decir, genera sensación de bienestar y tranquilidad, reduce la ansiedad y puede provocar euforia.
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Además, puede estimular el apetito y reducir las náuseas y los espasmos (acción antiespasmódica).
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Por último, puede causar somnolencia y reducir la percepción del dolor.
El cannabidiol puede ayudar a atacar las células cancerosas en el cáncer de mama y tiene acción anticonvulsiva, lo que resulta de particular interés en el caso de enfermedades como la epilepsia.
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Todo esto está bajo estudio y aún no hay resultados definitivos.
Pero una cosa es su medicación controlada por un médico para sanar enfermedades y otra es fumar diariamente por placer.

SUS EFECTOS QUÍMICOS EN EL CUERPO
La marihuana presenta, en primera instancia, el efecto psicoactivo del THC.
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Que aunque puede provocar sensación de bienestar y de euforia, en dosis mayores también puede llevar a estados de ansiedad, pérdida de atención, disociación, paranoia, ataques de pánico y psicosis.
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Físicamente también puede presentarse la sensación de sed y aumento del ritmo cardiaco.
Si la marihuana se ingiere, los efectos se presentan más lentamente, pero duran más. Es común la sensación de pérdida de control sobre la mente y el cuerpo, lo que a su vez produce ansiedad, miedo, aumento del ritmo cardiaco y otros efectos negativos. La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard advierte que todos estos síntomas son más notorios en personas que nunca han consumido marihuana. Ya que además de que no han desarrollado tolerancia, es difícil calcular la dosis con la que se presentan los efectos más graves.
Advierten además que se han realizado investigaciones que demuestran que el cannabis es una sustancia adictiva y provoca dependencia física y psicológica.
A largo plazo también hay riesgos potenciales relacionados directamente con la manera en que actúan los cannabinoides en el cerebro. El funcionamiento del cerebro se debe en parte a neurotransmisores, moléculas que llevan mensajes de una neurona a otra y se acomodan en neuroreceptores específicos para los distintos tipos. Uno de estos tipos de receptores son los llamados endocannabinoides, sustancias que molecularmente son muy parecidas al THC y al cannabidiol, pero que se producen en nuestro cerebro. Los receptores para estos cannabinoides naturales del cuerpo (endógenos) son utilizados por los cannabinoides que ingresan al organismo cuando se consume marihuana (exógena), causando sensaciones similares. Pero al encontrarse en mayor cantidad, son de mayor intensidad y duración. Uno de los endocannabinoides, la anandamida, genera un efecto de bienestar como el del THC, pero también tiene una importante función protectora en el cerebro: ayuda a olvidarlos recuerdos traumáticos o negativos. Si hay muchos neurotransmisores de cierto tipo a la vez, pueden ocupar todos los receptores disponibles, es decir, saturarlos. Si los receptores se saturan de cannabinoides exógenos, los endocannabinoides no pueden ejercer su función y, en consecuencia, los malos recuerdos quedarán vivos por más tiempo. En un estudio publicado en 2013 en la revista Psychiatry and Clinical Neuroscience, un grupo de investigadores de diversas universidades europeas, dirigido por Mateo Rochetti, realizó un meta estudio en el que analizó investigaciones que emplean imágenes de resonancia magnética para comparar a voluntarios sanos que habían consumido cannabis menos de 25 veces en toda su vida (365), con usuarios habituales (362). Las edades de los usuarios iban de los 18 a los 40 años, las de los otros participantes de 17 a 36. Para esto compilaron publicaciones desde el año 2000 hasta el 2013. Los investigadores concluyeron que en los usuarios hay efectos neurotóxicos significativos en ciertas zonas cerebrales en las cuales se localizan algunos receptores de cannabinoides, como el hipocampo. Es decir, el consumo habitual de marihuana, a largo plazo, modifica la estructura misma del cerebro, entre otros efectos, saturando los receptores de endocannabinoides.
Una de esas investigaciones fue la del Dr. Hans Breiter con investigadores de la Universidad Northwestern que ha analizado la relación entre el uso ocasional de marihuana y cambios en el cerebro.
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Encontrando que los adultos jóvenes que consumían cannabis sólo una o dos veces por semana mostraron anomalías significativas en estructuras cerebrales importantes.
El co-autor principal del estudio, dijo que un trabajo previo en su laboratorio encontró que el uso intensivo de cannabis provocó anomalías en el cerebro similares a las observadas en pacientes con esquizofrenia.

FORMAS DE CONSUMO DE LA MARIHUANA
El consumo de cannabis en forma de cigarrillo, canuto o porro es el más conocido por la gran mayoría de personas y quizás la mayoría la consume mezclandola con tabaco.
Pero hoy en día es fácil encontrar diferentes maneras de consumirla aspirando el humo, como resultado de una combustión, a través de pipas, cachimbas, bongs. Que tienen pequeñas diferencias respecto a la cantidad de humo aspirado o la prolongación de la aspiración y las toxinas producidas. Aunque se sabe que la forma más eficaz y rápida para su acción es la administración rectal. También se puede consumir en forma individual o comunitaria. Esta última forma se le suele llamar ‘submarino’ e implica vaporizar la marihuana en una pequeño lugar cerrado.

RAZONES POR LAS QUE EL CONSUMO DE MARIHUANA ES UN SERIO PROBLEMA PARA LA SALUD PÚBLICA
Las podemos dividir en cuatro categorías: físicas, psicológicas, espirituales y sociales.
FÍSICAS
Las investigaciones demuestran claramente que la química de la marihuana afecta el cerebro, incluso con un consumo ocasional o recreativo.
El daño ocurre en las áreas clave del cerebro para la toma de decisiones, resolución de problemas, gestión de la emoción, y la re-aplicación del aprendizaje. Los adultos que utilizan regularmente marihuana durante la adolescencia han mermado la conectividad neuronal en áreas que involucran el estado de alerta, la conciencia, el aprendizaje y la memoria.
Los usuarios no pueden estar seguros de que la marihuana que está utilizando está libre de aditivos aún más peligrosos.
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La marihuana de hoy es de 4 a 12 veces más potente de lo que era en los años 60 y 70.
Las visitas a emergencias médicas vinculadas a la marihuana han aumentado significativamente en la última década. Efectos cognitivos agudos ocurren para aquellos bajo la influencia de la marihuana, incluyendo alteraciones en el juicio, efectos corporales como frecuencia cardíaca rápida, falta de coordinación física, tiempo de reacción retardada y esterilidad masculina.
PSICOLÓGICAS
Ser fumador regular de marihuana durante la adolescencia conduce a una caída irreversible de 10 puntos en el coeficiente intelectual.
El uso regular de cannabis también se ha asociado con un mayor riesgo para la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia, para algunos. Mientras que también inductor de efectos psicóticos, como desorientación, alucinaciones, delirios o ataques de pánico, en otros. Porque muchos utilizan la marihuana como una forma de hacer frente a la tristeza, el estrés y la ansiedad para sentirse bien, relajarse o escapar. De modo que ellos pierden la oportunidad de desarrollar un mecanismo de defensa más eficaz. La adicción a la marihuana es evidente, ya que el 9 por ciento que experimenta con ella se convertirán en adictos a ella. Y el 16 por ciento de los adolescentes que usan marihuana se vuelven adictos.
Para muchos, la marihuana es una droga de entrada a otras drogas más tóxicas, y el uso se intensifica con el tiempo.
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Otros patrones adictivos también pueden llegar a ser evidentes como el crimen, el juego, la comida, la evitación y el descontrol.

ESPIRITUALES
La marihuana crea obstáculos que interfieren con el logro del potencial dado por Dios.
Como con todo el consumo de drogas, se produce la desobediencia espiritual y la desconexión de Dios. Dios dice que es malo estar bajo influencia o haber distorsionado el procesamiento y la capacidad de tomar decisiones. Cuando obedecemos a nuestra carne, cosechamos el fruto de la carne. El primer mandamiento es: “No tendrás otros dioses (u objetos de adicción) delante de mí”.
SOCIALES
La legalización de la marihuana envía un mensaje equivocado a los niños. El consumo de marihuana entre los estudiantes se ha incrementado debido al hecho de que los gobiernos se han vuelto más permisivos. El alcohol y el tabaco combinados son las segundas causas más importantes de muerte en los EE.UU. Con una mayor disponibilidad, la marihuana se unirá a ellos y empujará a las sustancias adictivas al No. 1 en la lista.
El consumo de marihuana impacta e interfiere con las relaciones, ya que el usuario que está vinculado a la droga, la sustituye a otras relaciones clave.
La sociedad y el gobierno están llamados a proteger a sus miembros, no a perjudicarles. En caso de duda, hay que errar por el lado de la cautela y el conservadurismo, en lugar de tomar decisiones basadas en la emoción y la gratificación instantánea. La legalización de la marihuana abre la puerta a otras drogas adictivas y nocivas.
A medida que se tiene más acceso a la marihuana, la sociedad verá un aumento en problemas tales como el divorcio, en las finanzas, bajo rendimiento laboral y otras cuestiones que hacen estragos en las personas, los matrimonios, las familias y las comunidades.

ESTUDIO: LA MARIHUANA DISMINUYE LA MATERIA GRIS DEL CEREBRO
Cada vez más estudios muestran los efectos adversos del consumo de marihuana.
Un estudio publicado recientemente ha demostrado que hay una conexión entre el uso de la marihuana y el volumen de la materia gris que una persona puede tener, de acuerdo con Proceedings of the National Academy of Sciences.
Esto implicaría que el consumo de marihuana a una edad temprana podría tener consecuencias a largo plazo en el cerebro e incluso podría disminuir el coeficiente intelectual. Y se une a la creciente evidencia de los efectos nocivos del consumo. Aún entre los que consumen de forma ocasional. En el estudio se analizaron a 48 usuarios de marihuana. Todos comenzaron a fumar cuando tenían entre 14 y 30 años. El promedio de edad de los usuarios fue de 18 y fumaban alrededor de tres veces al día. La mayoría de ellos dijeron que la habían consumido durante 10 años, aunque algunos llevaban fumando marihuana casi 3 décadas. Los científicos compararon a este grupo con otro de 62 no usuarios con las mismas edades y géneros. Todos dieron muestras de orina y tuvieron resonancias magnéticas y pruebas para medir su coeficiente intelectual.

MENOR CANTIDAD DE MATERIA GRIS
Los investigadores encontraron que en comparación con quienes no fumaban marihuana, aquellos que lo hacían desde los 14 años tenían un menor volumen cerebral o materia gris en la corteza orbitofrontal.
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El área que ayuda a tomar decisiones. 
“Entre más joven era el usuario más notorios fueron los cambios”, dijo la médico Francesca Filbey, la principal investigadora del estudio y profesora asociada en la Escuela de Comportamiento y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Texas en Dallas. La adolescencia es cuando el cerebro comienza a madurar y toma una forma más adulta, así que cualquier exposición a sustancias tóxicas puede marcar el rumbo de cómo acabará”, dijo la investigadora. El estudio también encontró un aumento en la conectividad cerebral en los usuarios crónicos. La comunicación entre las diferentes partes del cerebro es importante para las habilidades de aprendizaje adaptativas y ayuda a hacer asociaciones mentales.
El cableado del cerebro comienza a deteriorarse con el uso crónico de la marihuana.
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Por lo que, “mucho o poco de una cosa no es bueno, siempre necesita haber un balance”, dijo Filbey.

MENOR COEFICIENTE INTELECTUAL
Filbey dice que las personas que usaron marihuana de forma habitual tuvieron un CI cinco puntos menores, en promedio, que los no usuarios del estudio, aunque no es una prueba definitiva de que esta sustancia sea la responsable de este resultado.
“Mientras nuestro estudio no informa sobre si los cambios en el cerebro son consecuencias directas del uso de la marihuana, estos efectos sugieren que esas modificaciones están relacionadas con la edad de inicio y el tiempo de uso de la misma“, dijo Filbey.

MENOR ÁREA DISPONIBLE EN EL CEREBRO PARA TOMAR DECISIONES
La doctora Susan Weiss, una directora asociada de Asuntos Científicos en el Instituto Nacional de Abuso de Drogas dijo que el estudio provee de evidencia contundente sobre el peligro de consumir marihuana. “Este es un complejo e interesante estudio que añade información al creciente cuerpo de evidencia sobre los efectos del uso elevado de marihuana, particularmente en edades jóvenes, y su relación con cambios cerebrales adversos“, dijo Wiess.
“Este estudio mostró que la corteza orbitofrontal, una área involucrada en la recompensa, toma de decisiones y motivación, era menor en los usuarios y que otros circuitos cerebrales eran incrementados, probablemente para compensar la función disminuida de esta región”. 

LA MARIHUANA NO ES UNA SUSTANCIA BENIGNA
Hemos visto un aumento constante en la incidencia de consumo de marihuana desde el año 2007“, dijo la Dra. Francesca Filbey, según el Centro para la salud del cerebro. “Sin embargo, la investigación sobre sus efectos a largo plazo sigue siendo escasa a pesar de los cambios en la legislación que rodea a la marihuana y la conversación continua en torno a este tema de salud pública relevante.” Ben Cort, director del Centro para la Dependencia, Adicción y Rehabilitación de la Universidad de Colorado, dijo a The Christian Post que el estudio demostró una vez más que la marihuana “no es una sustancia benigna.” “Estamos viendo una y otra vez y otra vez a través de estudios longitudinales revisadas por pares exactamente lo que todos hemos conocido”, dijo Cort. Cort aludió a otra revisión publicada  en junio por la doctora Nora D. Volkow, del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, que mostró los daños del uso de la marihuana en la adolescencia.
“Es importante alertar al público que el uso de la marihuana en la adolescencia trae riesgo de salud, social, académico”.
“Los médicos, en particular, pueden desempeñar un papel en la transmisión a las familias que el consumo temprano de la marihuana puede interferir con hitos sociales y de desarrollo cruciales y puede afectar el desarrollo cognitivo.” 

HAY ESTUDIOS QUE MUESTRAN TAMBIÉN EFECTOS EN EL CEREBRO EN LOS CONSUMIDORES OCASIONALES DE MARIHUANA
Por primera vez, investigadores de la Universidad Northwestern han analizado la relación entre el uso ocasional de marihuana y cambios en el cerebro. Y encontraron que los adultos jóvenes que consumían cannabis sólo una o dos veces por semana mostraron anomalías significativas en dos estructuras cerebrales importantes.
Los hallazgos del estudio, que fue publicado en la revista Journal of Neuroscience, son similares a investigaciones anteriores de que el consumo de marihuana a largo plazo causa enfermedad mental y cambios en el desarrollo del cerebro.
El co-autor principal del estudio, dijo que se inspiró al mirar los efectos del uso de la marihuana informal después, que un trabajo previo en su laboratorio, encontró que el uso intensivo de cannabis provocó anomalías en el cerebro similares a las observadas en pacientes con esquizofrenia. “La interacción de la marihuana con el desarrollo del cerebro podría ser un problema significativo”, dijo el Dr. Hans Breiter, autor del estudio. Hubo alteraciones en la memoria de trabajo, que es fundamental para todo lo que haces”, dijo Breiter, profesor de psiquiatría y ciencias conductuales de la Universidad Northwestern Feinberg School of Medicine. “Cuando haces juicios o decisiones, planificas cosas, haces matemáticas, cualquier cosa que hagas, siempre implica la memoria de trabajo. Es uno de los aspectos básicos fundamentales de nuestro cerebro que usamos todos los días. Así que dado los resultados, hemos decidido que tenemos que mirar el uso ocasional, recreativo”.
Debido a que estas regiones cerebrales son fundamentales para la motivación, los resultados de la Northwestern ayudan a apoyar la conocida teoría de que el consumo de marihuana conduce a una condición conocida como la desmotivación.
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También llamado síndrome de desmotivación, esta condición psicológica hace que las personas se vuelvan menos orientadas hacia sus metas y propósitos en la vida, así como parezcan menos enfocadas en general. Ver acá más sobre el estudio.

PSICOSIS CANNÁBICA Y ESQUIZOFRENIA
También se ha encontrado psicosis cannábica.
La psicosis cannábica es definida como un estado psicótico producido por el consumo de cantidades de esta sustancia y que producen sensación de confusión, amnesia o desorientación.
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Sin que haya una historia personal o familiar de psicosis.
Estos síntomas suelen desaparecer en días o semanas si se deja de consumir el cannabis. Aunque, habría que añadir que algunos investigadores y psicólogos afirman que después se vio que estas personas, diagnosticadas con psicosis cannábica, fueron diagnosticadas posteriormente de esquizofrenia por lo que pusieron en duda su reversibilidad. A lo largo del tiempo se han realizado estudios longitudinales que han mostrado como el consumo de cannabis en edades tempranas incrementa el riesgo de psicosis en la edad adulta. Este riesgo sería mayor en función del aumento de la cantidad de cannabis consumido y el inicio precoz del consumo
Lo que los estudios afirman y confirman es que el consumo de cannabis puede aumentar en dos o tres veces el riesgo de desarrollar esquizofrenia o un trastorno esquizofreniforme. 

LA MARIHUANA EN EL CEREBRO DE LOS ADOLESCENTES
La adolescencia es un periodo clave para la conformación de circuitos neuronales.
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Diversos estudios indican que el uso de la marihuana entorpece este proceso de maduración del cerebro.
Al dejar la marihuana, los consumidores regulares experimentan fallas en la memoria, el aprendizaje y la fluidez verbal. La probabilidad de revertir estas fallas cognitivas es menor y toma más tiempo en personas que comenzaron a consumir marihuana en la adolescencia. El uso de la marihuana antes de los 18 años aumenta el riesgo de aparición de trastornos psicóticos y rasgos de esquizofrenia. El riesgo es aún mayor en menores de 15 años. Las capacidades de autocontrol, planeación y toma de decisiones resultan más afectadas a largo plazo si el consumo de marihuana comenzó en la adolescencia.
Desarrollar dependencia a la marihuana o consumirla más de cuatro veces a la semana durante más de tres años deteriora el coeficiente intelectual, especialmente en quienes comenzaron a consumirla antes de los 18 años.

CÓMO TRATAR LA ‘ENFERMEDAD DE LA MANIPULACIÓN’
Los psicólogos que tratan esta enfermedad dicen que es una de las peores por su estatus a caballo de una droga que hace daño pero con una buena prensa.
El consumidor sabe internamente que no es buena, pero manipula a sus familiares y amigos no fumadores para que no reaccionen negativamente, se despreocupen de lo que pasa y hasta justifiquen su consumo. Llegando a las peores maniobras y agresiones contra allegados que le denuncian firmemente su adicción. Quien quiera interiorizarse debe saber que el consumidor pasa por varias etapas.
En su primera etapa se instala la negación y el ocultamiento, el ‘yo no consumo’.
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Pero como todo sale a la luz, llega un momento en que debe admitir por la fuerza de los hechos que consume.
Y ahí comienza la segunda etapa que es la minimización: ‘consumo de vez en cuando’, ‘ya dejé de consumir porque me caía mal’.
Esta trama de mentiras no es gratis, le pesa al consumidor porque por un lado siente placer y por otro siente sus efectos negativos. Y la única forma de soportarlo sin caerse psicológicamente es apoyarse en sus amigos fumadores, o sea entrar en la cultura fumadora, lo que lleva a la tercera etapa que es la racionalización.
En la etapa de racionalización el consumidor comienza a admitir que consume pero elabora narrativas para justificarlo: ´¡que te va a hacer!, ‘peor es el alcohol y es de venta libre’.
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Y la de moda en estos momentos: ‘la están usando como medicamento en los hospitales’.
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A pesar que él no la consume como medicamento controlado por un médico sino como una droga para el placer.
Es en esta etapa que se producen las apropiaciones para el consumo, porque el vicio cuesta dinero. Y quizás en medio de este proceso el consumidor haya perdido su empleo por falta de concentración en el trabajo, cansancio, somnolencia, falta de motivación. Y también probablemente hayan comenzado a usar drogas más pesadas y más caras. Ante esta enfermedad altamente manipuladora ¿cómo detectar su consumo?  La recomendación es buscar el síndrome de abstinencia, que es la reacción del cuerpo a ya no tener la droga en su sistema, que resulta un indicador de que hay una dependencia física de la droga. Algunos de los síntomas del síndrome de abstinencia son: irritabilidad, cambios de humor, dificultad para dormir, disminución del apetito, antojos, agitación, malestares físicos,

¿Y cómo ayudar a la persona a vencer la adicción?  

Los Centros de Salud de EE.UU. dicen que los adultos que buscan tratamiento para algún trastorno relacionado con el uso de marihuana, han usado marihuana casi a diario por más de diez años y han intentado dejarla más de seis veces. Ver aquí la referencia.
Uno de los mayores obstáculos para ayudar a alguien con dependencia de la marihuana es probarle que su consumo puede ocasionarle adicción o efectos negativos físicos y psicológicos.
Hay que estar preparado espiritualmente para dar la batalla de las excusas y negaciones.
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Y en esta etapa hay que hablar con las personas de forma comprensiva y sin juicios de valor, pero estableciendo límites, con firmeza.
El consumidor debe saber que estás ahí listo para ayudarle cuando quiera abordar el problema, pero no para apoyarle para que continúe la adicción. El enfoque de sermonear, castigar a la personas y discutir permanentemente con ella sobre su consumo es un paso a que la persona se aleje de ti.
Y cuando la persona esté lista para combatir la adicción deberías ayudarla a buscar lugares y terapias de rehabilitación.
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Y luego que comenzó, estar atento a las recaídas. Ver más aquí.
Finalmente, quien trata de ayudar a un adicto debe evitar culparse a sí mismo por la adicción del otro, ni buscar otros culpables.

POSICIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LAS DROGAS
La posición de la Iglesia respecto a la drogadicción puede leerse en el documento “Familia y Toxicodependencia. De la desesperación a la esperanza”, redactado por el Pontificio Consejo para la Familia. En resumidas cuentas dice que la droga no es el problema principal del toxicodependiente. El consumo de droga es sólo una respuesta falaz a la falta de sentido positivo de la vida. En los motivos personales al origen del consumo de sustancias estupefacientes, prescindiendo de la edad y de la frecuencia con que las usan, se constata un motivo constante y fundamental: la ausencia de valores morales y una falta de armonía interior de la persona. Quien hace uso de la droga vive en una condición mental equiparada a una adolescencia interminable.
Fundamentalmente el toxicodependiente es un “enfermo de amor”; no ha conocido el amor; no sabe amar en el modo justo porque no ha sido amado en el modo justo.
Frecuentemente se encuentra en ellos el temor del futuro o en el rechazo de nuevas responsabilidades. El toxicodependiente viene frecuentemente de una familia que no sabe reaccionar al stress porque es inestable, incompleta o dividida. Hoy van en preocupante aumento las salidas negativas de las crisis matrimoniales y familiares: facilidad de separación y de divorcio, convivencias, incapacidad de ofrecer una educación integral para hacer frente a problemas comunes, falta de diálogo, etc. La propuesta de la Iglesia es un proyecto evangélico sobre el hombre. Al toxicodependiente, carente fundamentalmente de amor, hay que hacer conocer y experimentar el amor de Cristo Jesús. En medio de una desazón atormentada, en el vacío profundo de la propia existencia, el itinerario hacia la esperanza pasa por el renacer de un ideal auténtico de vida.

Recientemente el Papa Francisco ha dicho que las drogas:
“Son un flagelo”. “Las drogas no se vencen con la droga”, dijo el Pontífice.
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“La droga es un mal, y como un  mal no podemos ceder o comprometernos”.
Fue muy explícito al insistir que es contrario a la legalización de las llamadas ‘drogas blandas’, “El flagelo de las drogas continúa haciendo estragos en formas y dimensiones impresionantes, impulsado por un mercado que cruza las fronteras nacionales y continentales. De esta manera, existe el peligro cada vez mayor para los jóvenes y adolescentes. Frente a este fenómeno, siento la necesidad de expresar mi dolor y mi preocupación”. La posición del Papa parece fundamentarse en los trastornos que a todo nivel trae la dependencia de la droga, especialmente en los jóvenes.

Fuentes:

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