El 22 de febrero de 1931,
santa Faustina recibió la primera revelación de la Misericordia de Dios, ella
lo anota así en su diario: “En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor
Jesús vestido de blanco”.
Una mano estaba levantada en
ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un
poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro
blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de
miedo pero también rebosante de felicidad…
Después
de un rato, Jesús me dijo:
Pinta
una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción : “¡Jesús, yo
confío en Ti!.” Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y
después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no
perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra,
pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi
propia Gloria.
Cuando
contó esto en confesión, el padre le dijo que seguramente Jesús deseaba
pintar esta imagen en su corazón pero ella sentía que Jesús le decía
“Mi
Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una fiesta de la
Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo. Esta fiesta será
el primer domingo después de Pascua. Deseo que los sacerdotes proclamen esta
gran misericordia Mía a los pecadores.”
Por
orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado
de los rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón y el Señor le
respondió:
“Los
dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que
justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las
almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia
cuando mi corazón agonizado fué abierto por una lanza en la Cruz…
Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no
le seguirá hasta allí”.
El
Señor manifiesta su Corazón, y el agua y la sangre que de el brotaron como
manantial de reconciliación para todos los hombres.
Esta
revelación es una continuación de la misericordia divina que Jesús nos
ofrece en la cruz y que se reveló también a Santa Margarita María.
LA CORONILLA DE LA
MISERICORDIA
El
viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló a santa Faustina un poderoso
medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo. Ella lo escribe así:
“Padre
Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu
amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo por nuestros pecados y los pecados
del mundo entero. Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del
mundo entero.”
A
la mañana siguiente, cuando entraba en la capilla, escuché estas palabras
interiormente:
“Cada
vez que entres en la capilla, inmediatamente recita la oración que te enseñé
ayer”. Cuando había recitado la oración, escuché estas palabras dentro de mi
alma:
Esta
oración sirve para aplacar la ira de Dios. La rezarás por nueve días en tu
rosario ordinario de la siguiente manera: al principio rezarás un Padre
Nuestro, una Ave María y un Credo. Después rezarás en las cuentas grandes:
“Padre Eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Tu
Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo para implorar el perdón de nuestros
pecados y de los del mundo entero” En los granos pequeños: “Por Su dolorosa
pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. Al final rezarás tres
veces: “Santo Dios, Santo Omnipotente, Santo Inmortal, ten Misericordia de
nosotros y del mundo entero”(474_476).
Esta
es la corona que Jesús le pidió a santa Faustina introducir a su comunidad y al
mundo entero.
En
1936, el Padre Miguel Sopocko hizo imprimir esta corona (en la Editorial
Cebolski en Cracovia) en el reverso de la estampa con la imagen de la Divina
Misericordia que Eugenio Kasimierwsko pintó.
El
Señor ha prometido que las almas que recen esta corona serán
abrazadas con Su Misericordia durante su vida y especialmente en la hora de su
muerte:
“Yo prometo al alma que venere ésta imagen que no perecerá … Protegeré durante toda su vida, cual madre a su hijo, a las almas que propagaren el culto a Mi Misericordia; en la hora de la muerte no seré para ellos Juez sino Salvador…”. Promesa hecha durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia.
“Yo prometo al alma que venere ésta imagen que no perecerá … Protegeré durante toda su vida, cual madre a su hijo, a las almas que propagaren el culto a Mi Misericordia; en la hora de la muerte no seré para ellos Juez sino Salvador…”. Promesa hecha durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia.
FORMA DE REZAR LA CORONILLA DE
LA DIVINA MISERICORDIA
Se utiliza un rosario común de cinco decenas.
1.
Comenzar con Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.
2.
Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.”
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.”
3.
En las cuentas pequeñas del Ave María:
“Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”
“Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”
4.
Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.”
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.”
5.
Jaculatoria final
“Oh Sangre y Agua que brotasteis del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Vos confío”.
“Oh Sangre y Agua que brotasteis del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, en Vos confío”.
Según el diario de Santa María Faustina Kowalska :
“Alienta
a las personas a decir la Coronilla que te he dado… Quien la recite recibirá
gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los
pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas
empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la
gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a
aquellos que confían en Mi Misericordia.”
“Escribe
que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre
mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador.”
NOVENA A LA DIVINA
MISERICORDIA
La
Novena a la Divina Misericordia comienza el Viernes Santo y culmina el Domingo
de la Misericordia (Domingo posterior al de Pascua).
PRIMER DÍA
Hoy,
tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en
el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza
en que me sume la pérdida de las almas.
Jesús
misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de
perdonarnos,
no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad
infinita. Acógenos en la morada de tu Compasivísimo Corazón y nunca los dejes
escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu
Santo.
Padre
Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente
a los pobres pecadores que están encerrados en el Compasivísimo Corazón de
Jesús y por su dolorosa Pasión
muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
SEGUNDO DÍA
Hoy,
tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas
en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para
soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi
misericordia fluye hacia la humanidad.
Jesús
Misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos
dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean,
glorifiquen al Padre de misericordia que está en el Cielo.
Padre
Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de
los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu
bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas,
concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la
salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por
los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
TERCER DÍA
Hoy,
tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas
almas me consolaron a lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en
medio de un mar de amargura.
Jesús
Misericordiosísimo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos
tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu Compasivísimo
Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible
amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre Celestial.
Padre
Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por
su dolorosa Pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu
protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe,
sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu
infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
CUARTO DÍA
Hoy,
tráeme a aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba
en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón.
Sumérgelos en el mar de mi misericordia.
Jesús
Compasivísimo, que eres la Luz del mundo entero, acoge en la morada de tu Piadosísimo Corazón a
las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te
conocen. Que los rayos de tu gracia las iluminen para que también ellas, unidas
a nosotros, ensalcen tu misericordia admirable y no las dejes salir de la
morada de tu Compasivísimo Corazón.
Padre
Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa sobre las almas de aquellos que no
creen en ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerradas en el Compasivísimo
Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen
la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la
generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
QUINTO DÍA
Hoy,
tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi
misericordia.
Durante mi amarga Pasión, desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi
Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo
alivian mi Pasión.
Jesús
Misericordiosísimo, que eres la Bondad Misma, tú no niegas la luz a quienes te
la piden.
Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas de nuestros hermanos
separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar
de la morada de tu Compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas
glorifiquen la generosidad de tu misericordia.
Padre
Eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente
a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por
persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de
tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están
encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos
glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
SEXTO DÍA
Hoy,
tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y
sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón.
Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles
terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes
enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia;
concedo mi confianza a las almas humildes.
Jesús
Misericordiosísimo, tú mismo has dicho: “Aprended de mí que soy manso y humilde de
Corazón”. Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas mansas y
humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el
cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre Celestial. Son un ramillete
perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas
almas tienen una morada permanente en tu Compasivísimo Corazón y cantan sin
cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.
Padre
Eterno, mira con misericordia a las almas de los niños pequeños que están
encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia
asciende desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda
bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te
proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas
las alabanzas de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
SÉPTIMO DÍA
Hoy,
tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y
sumérgelas en mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron mi Pasión
y penetraron más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de
mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz especial en la
vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo
especial a cada una en la hora de la muerte.
Jesús
Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en la morada de tu
Compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo
particular la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder
de Dios mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen
adelante confiadas en tu misericordia y unidas a ti, ellas cargan sobre sus
hombros a toda la humanidad. Esta almas no serán juzgadas severamente, sino que
tu misericordia las envolverá en la hora de la muerte.
Padre
Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu
mayor atributo,
es decir, tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo
Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas
de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a ti, oh
Altísimo, un canto de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales tu
misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en ti. Que se cumpla
en ellas la promesa de Jesús quien les dijo que: “a las almas que veneren esta
infinita misericordia mía, yo Mismo las defenderé como mi gloria durante sus
vidas y especialmente en la hora de la muerte. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
OCTAVO DÍA
Hoy,
tráeme a las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en el
abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor
del Purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el
justo castigo que se debe a mi Justicia. Está en tu poder llevarles el alivio.
Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su
nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías
continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que
tienen con mi Justicia.
Jesús
Misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo
llevo a la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas
que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu Justicia.
Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego
del Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu
misericordia.
Padre
Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que
están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por
la dolorosa Pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su
Sacratísima Alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo
tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu
amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites.
Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
NOVENO DÍA
Hoy,
tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son
las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi
alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa
de ellas dije: Padre, aleja de mí este Cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la
última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.
Jesús
Misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a
la morada de tu Piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a
cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor
puro. Oh Jesús Compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y
atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo
puedes todo.
Padre
Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están
encerradas en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la Misericordia, te suplico por la amarga
Pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también
ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
DIVERSAS ANOTACIONES DE SANTA
FAUSTINA EN TORNO A LA NOVENA Y A LA CORONILLA
El
Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la
Misericordia.
Debe iniciarse el Viernes Santo. “Durante
este novenario concederé a las almas toda clase de gracias“. (Diario, 796)
28
de diciembre de 1936. Hoy he iniciado la Novena a la Divina Misericordia. Es decir, en
espíritu me traslado delante de la imagen y rezo la coronilla que me enseñó el
Señor. El segundo día de la Novena vi esta Imagen como si estuviera viva,
rodeada de innumerables agradecimientos y veía una gran multitud de personas
que acudían y vi que muchas de ellas eran felices. Oh Jesús, con que alegría
latió mi corazón. … (Diario, 851)
Jesús
me ordena hacer una Novena antes de la Fiesta de la Misericordia y debo
emplearla hoy por la conversión del mundo entero y para que se conozca la
Divina Misericordia.
“Para que
cada alma exalte Mi Bondad. Deseo la confianza de Mis criaturas, invita a las
almas a una gran confianza en Mi Misericordia insondable. Que no tema acercarse
a Mí el alma débil, pecadora y aunque tuviera más pecados que granos de arena
hay en la tierra, todo se hundiría en el abismo de Mi Misericordia“. (Diario, 1059)
“…Reza
incesantemente esta Coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece
recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la
recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el
pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la
gracia de Mi Misericordia Infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi
Misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en
Mi Misericordia.” (Diario, 687)
“Hija
Mía, anima a las almas a rezar la Coronilla que te he dado. A quienes recen
esta Coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los
pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será
feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la
gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el
abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje
con confianza en brazos de Mi Misericordia, como un niño en brazos de su madre
amadísima. Estas almas tienen prioridad en Mi Corazón compasivo, ellas tienen
preferencia en Mi Misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado Mi
Misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco
particularmente en el alma que confía en Mi Bondad. Escribe: cuando recen esta
Coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante
no como el Juez justo sino como el Salvador Misericordioso.” (Diario, 1541)
Foros de la Virgen María
No hay comentarios:
Publicar un comentario