VATICANO, 08 Abr. 16 / 08:44 am (ACI).-“Muchos esperaban una nueva
norma canónica y ahora se quedarán desilusionados” ya que el Papa Francisco “no
innova en este documento sino que sigue la gran tradición pastoral y prudencial
de la Iglesia”,
afirmó esta mañana el Cardenal Christoph Schonborn durante la presentación de la exhortación
apostólica post sinodal Amoris Laetitia sobre el amor en la familia.
El Arzobispo de Viena y encargado de presentar el documento del Santo
Padre en la Sala Stampa de la Santa Sede, resaltó que el
Pontífice destaca en el texto dos criterios que deben guiar la lectura del
mismo: el discernimiento y el acompañamiento.
“Este discernimiento nunca podrá prescindir de las exigencias de la
caridad de la Iglesia”, precisó.
Por su parte, el Cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario del Sínodo de
los Obispos agradeció al Papa esta nueva exhortación y resaltó que en ella “el Santo Padre afirma la doctrina del matrimonio y la familia,
especialmente en el capítulo tres”.
“Es significativo que Amoris Laetitia aparezca cuando se celebra el
Jubileo de la Misericordia y cuando la institución familiar afronta una crisis
en el mundo entero”. El texto, dijo, “representa una espléndida síntesis del
pontificado del Papa Francisco”.
A una pregunta sobre el acceso a la comunión de los divorciados en nueva
unión, el Cardenal Schonborn explicó que con este texto “no hay una nueva disposición canónica”.
Para ampliar su respuesta recordó que años atrás, en 1981, un cardenal
alemán que era conocido por su claridad de pensamiento respondió a una pregunta
similar aconsejando que el tema lo vea “con su confesor porque no se puede jugar con los sacramentos y tampoco se
puede jugar con la consciencia”.
“El Papa habla mucho de la consciencia. ¿Cómo
estás en tu consciencia frente a Dios? No se puede jugar con Dios”, alertó.
El Purpurado austriaco dijo luego que muchos se
han concentrado en este tema de la comunión para los divorciados en nueva unión
cuando “el Papa Francisco quiere exponer una visión conjunta y no fijarse solo
en un punto particular, que es importante pero aún particular” que no puede
abordarse sin el criterio del discernimiento sin el cual “todo se caería ‘desde
el cielo’
porque no tendría conexión”.
Sobre estos fieles, el Cardenal señaló que
existe la posibilidad de que decidan vivir “como hermano y hermana, pero esto
no es solo un asunto centrado nada más en las relaciones sexuales sino que
involucra toda la vida.
El Papa Francisco no entra en la
casuística pero sí da las instrucciones principales” para acompañar a
estas personas e integrarlas en la Iglesia adecuadamente.
“Nadie
debe temer que con la Amoris Laetitia el Papa Francisco nos invite a un camino
no fácil”, subrayó.
“Que el Papa alce la voz sobre su alegría y
confianza en la familia, esto ya es un mensaje para toda la sociedad”, precisó
luego.
La
alegría de la familia
El Arzobispo de Vienna compartió al inicio de su
presentación su alegría por el modo “en el que el Papa Francisco habla de la
familia” en la exhortación que es “un texto bellísimo. Puedo decir que a veces
nuestros documentos eclesiásticos son un poco fatigosos, pero pese a lo extenso
del texto, la lectura es bellísima”.
En el texto el Santo Padre quiere integrar a
todos porque cada uno necesita misericordia, también “un matrimonio en el que
todo va bien necesita el perdón y un nuevo inicio”.
“El Papa Francisco ha logrado hablar de todas
las situaciones sin catalogarlas y con una benevolencia fundamental, con los
ojos de Jesús que no excluye a nadie”, agregó. “Por esto la lectura de Amoris
Laetitia es tan importante. Nadie debe
sentirse condenado ni despreciado”.
El Cardenal se refirió también al modo en el que
el Papa usa el lenguaje y “cambia el tono” con el que “muestra un profundo
respeto a cada persona donde ya no son un problema sino que cada cual es
alguien único en camino hacia Dios. Esta actitud fundamental atraviesa toda la
exhortación”.
“Esta
exhortación –prosigue– no favorece el laicismo, un everything goes (todo
vale) y el Papa Francisco no deja ninguna duda sobre su intención y
nuestra tarea” como resalta en el numeral 35 del documento: “los cristianos no
podemos renunciar a proponer el matrimonio con el fin de no contradecir la
sensibilidad actual, para estar a la moda, o por sentimientos de inferioridad
frente al descalabro moral
y humano”.
El Purpurado subrayó además que los capítulos centrales de la exhortación son el
cuatro y el cinco, titulados respectivamente “El amor en el matrimonio” y “Amor
que se vuelve fecundo”.
“No podemos alentar un camino de reciprocidad
sino consolidamos el amor conyugal.
El cuarto capítulo es un amplio comentario del
himno de la caridad, para creer en el amor y crecer en él. Se trata de un
proceso dinámico”.
El Papa, explicó el Cardenal, anima a caminar
hacia la santidad y a “descubrir la riqueza del matrimonio lo que significa
descubrir la riqueza el amor”.
El capítulo octavo, prosigue, muestra “cómo la
Iglesia trata las heridas”. Es el resultado da la reflexión de los Sínodos de
los Obispos de 2014 y 2015. Allí, dijo “se manifiesta la fecundidad del método
del Papa Francisco que quería una discusión abierta sobre al acompañamiento
pastoral de las situaciones irregulares”.
Para el Arzobispo de Vienna una clave de lectura
puede ser la vida de los pobres “en quienes se ve con claridad los pequeños
pasos” que las personas dan para avanzar. En el texto, indica, se ve además “la
experiencia del Papa Francisco que ha caminado con tanta gente pobre”.
Preguntado sobre quiénes son los autores de la
exhortación que han colaborado con la redacción del texto, el director de la
Sala de Prensa del Vaticano, P. Federico Lombardi, explicó que “cuando hay un
documento firmado por el Papa, esto es Francisco, no hay otros autores. Puede
haber otros colaboradores pero no podemos atribuírselo a nadie más”.
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