martes, 9 de abril de 2019

«YIHAD SARASÚA NO NOS REPRESENTA»


MUSULMANES DE LA MEZQUITA ISHBILIA DE SEVILLA PIDEN PERDÓN AL REY POR LA CARTA SOBRE LA RECONQUISTA
La carta de Yihad Sarasúa, presidente de la mezquita Ishbilia, al Rey de España exigiéndole perdón por lo que ocurrió hace 500 años en España con la Reconquista y la expulsión de los moriscos no ha sentado nada bien en la comunidad islámica. Hasta el punto de que le va a costar el puesto.
 (Abc) Así se desprende de otra nueva carta que el vicepresidente de la mezquita sevillana Hussein Pardo, ha mandado a Su Majestad Felipe VI pidiéndole literalmente «perdón». Pardo se dirige al Rey y le informa de que «en fechas breves procederemos a la renovación de nuestra directiva para dar de baja como presidente a Yihad Sarasúa Helices y promoverme al cargo de inmediato. Todo esto con motivo de la carta que este señor le envió recientemente haciéndole responsable y culpable de unos hechos acaecidos hace más de 500 años».
«Queremos significarle -continúa la misiva llegada a este periódico- que Yihad Sarasúa no nos representa y no estamos en absoluto de acuerdo ni en el contenido ni con los términos de aquella. Si de algo nos sentimos orgullosos en esta comunidad es de la diversidad interreligiosa de los componentes de su directiva, abierta a la ciudad de Sevilla, sus conciudadanos y riqueza cultural».
«Mi comunidad y yo pedimos perdón al Rey y a todos los ciudadanos de nuestro país por el desagravio de Yihad Sarasúa, manifestado de forma únicamente personal y nunca representando a nuestra comunidad. Reiteramos nuestras más humildes disculpas por todo lo que ha podido suscitar la carta antes mencionada», explica despejando cualquier duda.
Por último, se depide el futuro candidato a sustituir a Sarasúa, de forma efusiva y respetuosa con el Rey y la Carta Magna: «Reconocemos al Estado Español, a sus representantes y a la Constitución Española, como marco de convivencia y norma suprema del ordenamiento jurídico español. Sólo puedo acabar este escrito con un ¡viva España! y ¡viva el Rey!».

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