lunes, 3 de abril de 2017

HUMANIDAD ESTÁ “EN GRAVE PELIGRO DE DESTRUCCIÓN” POR ALEJARSE DE DIOS, DICE CARDENAL

LIMA, 02 Abr. 17 / 10:20 am (ACI).- El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, expresó recientemente que la humanidad se encuentra en un “grave peligro de destrucción” pues ha perdido el sentido de la naturaleza del hombre “hecho a imagen y semejanza de Dios”.
“La sociedad está en una crisis que nos preocupa cuando hay un problema político o cuando hay un desastre del clima como está pasando ahora en el Perú. Pero todo esto está debajo de una mayor crisis, que yo creo que la humanidad está en grave peligro de destrucción”, aseguró durante el programa Diálogo de Fe del 1 de abril, en la cadena radial RPP.
El Cardenal dijo que “estas situaciones no son problemas de planes de gobierno ni planes de trabajo”, sino de “volver a descubrir que el hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, tiene una dignidad que hay que cuidarla, hay que estudiarla, hay que protegerla, hay que promoverla”.
En ese sentido, enfatizó que se debe velar por la educación, seguridad pública, justicia social, “pero sobre todo con la dimensión espiritual de la fe”.
“No podemos relegar la fe a una cosa privada que no tiene derecho a ser expresada en público, la fe es algo muy serio, no se impone pero sí se propone”, resaltó el Purpurado.
Además, lamentó que inevitablemente “todo se irá derrumbando” en la medida que se pierda el respeto por la familia “y cada uno revise la verdad a su entender”, se le falte el respeto a la verdad al reemplazarla por la “percepción”; y cuando a Dios se le reemplace “por todas las divisiones sobre mejorías económicas”.
El Cardenal Cipriani recordó que “la persona humana es el centro del esfuerzo de todos los países”, pero cuando esto se subordina al poder, a la imagen o a la calumnia, “se destruye todo”.
Finalmente, el Arzobispo de Lima pidió al Señor que ilumine a la persona humana, a cada familia y a quienes tienen la responsabilidad en el gobierno, en la empresa y en políticas públicas.

“Tiene que haber una valoración moral de ayudar a la familia, de ayudar a las personas, de ayudar a los niños, de ayudar a los ancianos. Tiene que volver al primer lugar la sensibilidad de la humanidad por las personas, especialmente por los más desprotegidos: los niños, los pobres, los enfermos”, dijo.

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