martes, 11 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO DE LA VIDA




He encontrado esta fotografía en Camino Misionero y quiero compartirla con vosotros. Creo que nos muestra una gran verdad. El Evangelio cada día está más alejado de nuestra sociedad. Ese Evangelio que empezamos mamando en nuestra familia, de la mano de nuestras madres. Ese ambiente evangélico ha desaparecido de muchas familias. En la escuela, incluida la religiosa, tras uno de los debates más estériles e incomprensibles que hemos protagonizado, el Evangelio también está prácticamente ausente. Discutiendo si la formación religiosa debía darse en la escuela o en la parroquia, la hemos perdido de las escuelas y, al dejar los padres de asistir a las parroquias, esta se hace prácticamente inútil.

Es decir, que el único Evangelio que muchos van a leer es la vida de los cristianos. Esa es y será la única Nueva Evangelización. Si creemos que con catecismos y conferencias vamos a acercar a la gente a un Cristianismo real, vivido, andamos frescos. Es como si quisiéramos llenar los campos de futbol repartiendo ejemplares del reglamento...Es viendo jugar a los grandes equipos que la gente se aficiona. Después ya aprenderán el reglamento.

Los cristianos tenemos la enorme responsabilidad de que nuestra vida ha de ser reflejo del Evangelio. Ese fue el ideal de Francisco de Asís. Y así, aquel sencillo frailico de la Umbría, revolucionó toda la Europa de su tiempo.

Perdemos el tiempo, y hacemos más daño que bien, discutiendo sobre fruslerías de hábitos sí, hábitos no, comuniones de rodillas o de pie, en la mano o en la boca...y olvidamos lo más importante: vivir el Evangelio. Un Evangelio cuyo mensaje nos dice que a Dios hemos de alcanzarlo a través de los hombres. Que hemos de amar a Dios sobre todas las cosas, amando a los hombres con todas nuestras fuerzas.

Si nuestra vida muestra ese Evangelio, no lo dudemos, estamos haciendo la Verdadera Evangelización.

Joan Josep Tamburini

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