martes, 25 de septiembre de 2012

LA KGB ESPIABA A KAROL WOJTYLA DESDE QUE ERA SACERDOTE EN 1946, 25 AÑOS ANTES DE LO QUE SE PENSABA



Era considerado un enemigo.

Lo cuenta el periodista Marek Lasota en el libro "Karol Wojtyla spiat" (Karol Wojtyla espiado), tras investigar los archivos de los servicios secretos polacos.

Hasta ahora se pensaba que fue en 1971, año en el que Karol Wojtyla fue nombrado cardenal, cuando la KGB lo puso en su punto de mira. Pero no era cierto: muchos años antes la policía secreta de la Unión Soviética ya lo había localizado y catalogado como alguien peligroso. «

En Polonia, bajo el Gobierno comunista, todo miembro del clero era considerado un enemigo. También los seminaristas, los estudiantes y sus familias eran vigilados por la Policía política», y Wojtyla no era la excepción. Lo cuenta Marek Lasota en el libro Karol Wojtyla spiato (Karol Wojtyla espiado) publicado por Interscienze.

Lasota ha investigado en los archivos de los servicios secretos polacos, y ha sacado a la luz documentos que demuestran hasta qué punto el Papa fue puesto bajo estrecha observación y vigilancia: «Comenzó a ser controlado por el aparato represivo ya en 1946». Nada menos que 25 años antes de lo que se pensaba.

¿QUÉ ESTABA HACIENDO KAROL WOJTYLA EN AQUEL ENTONCES?

«Durante la guerra, Wojtyla era miembro de una organización secreta de resistencia», explica el autor en una entrevista a la revista Famiglia Cristiana en su edición de la pasada semana. «Poco después de la guerra, estuvo más bien sumergido y activo en la vida académica, en el relanzamiento democrático».

Mientras Karol Wojtyla era un joven sacerdote se ocupaba de los estudiantes y de los intelectuales, y trató de contribuir en la medida de sus posibilidades a reconstruir la élite cultural y social del país: «Había suficiente para que fuera espiado más que los demás», asegura Lasota.

Es lógico pensar que el control se intensificó de manera exponencial cuando el sacerdote polaco, que había sido nombrado cardenal en 1971, pasó a ser el Sumo Pontífice en 1978: «Hay muchas pruebas que evidencian el notable interés de la KGB por Juan Pablo II. Ya en diciembre de 1978, durante una reunión del departamento, se decidió investigar sobre la posibilidad de acercarse físicamente al Papa», indica el autor de Karol Wojtyla spiato.

«Esta decisión puede ser interpretada de diversas maneras, obviamente. Los documentos que aún quedan del Instituto Polaco de la Memora Nacional (IPN) y en institutos similares en los países ex comunistas, sobre todo en Alemania, demuestran que el Papa ha tenido que ver con las autoridades de seguridad de esos países», asegura.

EL ATENTADO DE 1981: ¿LOS SOVIÉTICOS DETRÁS?

Según Marek Lasota, que es además director de la sección de Cracovia del citado Instituto, durante años la IPN y la Comisión para los crímenes contra la nación polaca investigaron el atentado de 1981. Las conclusiones, o al menos las hipótesis, son sorprendentes: «Después de haber analizado miles de documentos, incluidos aquellos que provenían del sistema judicial italiano, y después de haber entrevistado a diferentes personas que podían estar relacionadas por su papel, parece confirmarse la hipótesis de un intento de asesinato por parte del KGB soviético».

Sara Martín / ReL

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