jueves, 22 de diciembre de 2022

NOVIAZGOS CASTOS PRODUCEN MATRIMONIOS SANTOS Y FAMILIAS SANTAS

 Cristianiza tu manera de relacionarte con el sexo opuesto. Purifica tu corazón y tu mente, y verás cómo aprenderás a tener intenciones puras y limpias al relacionarte con la otra persona.

 

Recuerda que no existe matrimonio que viva tan sólo del sexo. De hecho, el tiempo que los esposos dedican al acto conyugal es muy poco. Obsérvese que hemos dicho “acto conyugal”, no “relación sexual”, porque existe abismal diferencia entre el uno y el otro.

La relación sexual fuera del matrimonio se caracteriza por ser un acto vacío, lleno de egoísmo y lujuria, en busca de la satisfacción del yo.

El acto conyugal sólo puede ser entre esposos que se aman y se donan mutuamente. Ese acto conyugal unifica y fortalece la relación. El acto conyugal renueva el sacramento matrimonial.

Quiénes van por la vida teniendo sexo con quien sea, acaban vacíos, incapaces de amar y de ser amados. Desean el amor, desean sentirse amados, pero no saben amar. Y al no saber amar, es imposible que encuentren amor.

¿Qué hace fuerte a un matrimonio? ¿El acto conyugal? No, claro que no. El acto conyugal fortalece lo que ya pre-existe entre ellos. Lo que hace fuerte a un matrimonio es el diálogo y la oración personal y en pareja.

No es tu cuerpo lo que necesitas desnudar para ser amada. No es el cuerpo de ella lo que tú, varón, necesitas desnudar para creer que amas y eres amado. Lo que ambos necesitan desnudar, es el corazón, y esto solo se logra mediante el diálogo constante y profundo, y la vida de oración.

Ave María Purísima

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