domingo, 19 de junio de 2016

¿POR QUÉ NO VOLVER A INTRODUCIR LAS ORACIONES LEONINAS AL FINAL DE LA MISA? [YA QUE FUERON TAN EXITOSAS]


Las Oraciones Leoninas que se recitaban al finalizar la misa habían mostrado una eficacia notable, pero fueron quitadas en 1965. Ellas habían sido introducidas por uno de los pontífices reinantes que estuvo en el sillón de Pedro por más tiempo, el Papa León XIII (1878-1903).

De acuerdo con el Misal Romano: “Estas oraciones fueron introducidas por el Papa León XIII para obtener una solución aceptable para las relaciones del Vaticano con el Estado italiano después de la toma de los estados papales”.

Este fue el período en el que el papa estaba prisionero en el Vaticano en protesta por la apropiación de tierras por el nuevo Estado-Nación italiano que habían pertenecido a la Iglesia durante siglos. Es bueno recordar que Italia llegó a existir como país unificado sólo en la segunda mitad del siglo XIX.

Sin embargo, como el 1962 Misal Romano continúa diciéndonos: “Después de su resolución a través del Tratado de 1929 [entre el cardenal Pietro Gaspari y Benito Mussolini], el Papa Pío XI pidió que estas oraciones se dijeran para la conversión de Rusia”.

En pocas palabras, si algo parece estar funcionando con la oración, ¿por qué parar?

De hecho, junto con las advertencias de la Virgen de Fátima de hacer las oraciones por la conversión y consagración de Rusia, las oraciones leoninas después de la misa, tenían literalmente cientos de millones de personas orando por la misma causa.

Y funcionó otra vez, porque “el Imperio del Mal” se desintegró, la libertad religiosa se volvió a introducir en el país ex comunista, y Rusia es la única potencia mundial que hoy podría llamarse cristiana, lo que equivale a nada menos a un milagro.

Irónicamente, para los que todavía asisten a la misa en latín según la tradición tridentina, estas oraciones no han sido abrogadas. Y siguen siendo hermosas en su sencillez.

Inmediatamente después del último Evangelio (que es casi siempre el comienzo del Evangelio según San Juan), el cura y sus monaguillos se arrodillan ante el tabernáculo y dicen en voz alta con la congregación tres Avemarías en la lengua vernácula, y luego la ‘Salve’.

El sacerdote entonces añade una breve oración antes de invocar la oración a San Miguel Arcángel, unido a los fieles. Por último, se repite “Sagrado Corazón de Jesús” tres veces con el sacerdote y el pueblo golpeándose el pecho. Esta última oración fue una adición posterior por el Papa San Pío X.

Sin embargo, todavía hay casos en los que estas oraciones se dicen incluso después de la misa del Novus Ordo en algunas parroquias y por algunos sacerdotes; a veces cambiando sólo los tres Ave Marías por un canto a la Virgen María y jaculatorias, aunque en raros casos se recita la oración a San Miguel Arcángel.

Hoy estamos en una situación especial. Hay momentos en que nuestras oraciones parecen quedar sin respuesta. Las novenas, los ayunos, las devociones, se mantienen como un reloj suizo, y todo aparentemente sin ningún efecto (o al menos no el que esperamos), lo que hace acordar a las épocas de sequedad espiritual o abandono que el gran carmelita Doctor de la Iglesia, San Juan de la Cruz, trató como “La noche oscura del alma”.

Y luego hay momentos históricos en los que no sólo se da respuesta a las oraciones, sino que se hace de una manera milagrosa. Tal vez el mejor y más obvio ejemplo de esto es la derrota de la flota otomana por una flota cristiana en inferioridad numérica en la batalla naval de Lepanto.

La victoria se atribuye al rezar en continuo el Rosario a pedido del Papa San Pío V.

Más recientemente, las oraciones leoninas al final de la misa provocaron la creación del Estado del Vaticano y el fin de la Unión Soviética. No es difícil imaginar que, si se reintroducen estas mismas oraciones a María, San Miguel y el Sagrado Corazón de Jesús, se podría poner fin a la masacre de los cristianos en Oriente Medio y la creciente persecución en Occidente.

¿Qué te parece? ¿Qué opinas?

ORACIONES LEONINAS

Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (3 veces)

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia: vida, y dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos y, después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh Clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh Dulce Virgen María! Amen.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: Oh Dios, refugio y fortaleza nuestra, mira propicio al pueblo que clama a Ti: y, por intercesión de la gloriosa e Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, y del Bienaventurado San José, su esposo, y de tus Santos apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los santos, escucha misericordioso y benigno las preces que te dirigimos por la conversión de los pecadores y por la libertad y exaltación de nuestra Santa Madre la Iglesia. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímalo, Dios, pedimos suplicantes y tú, oh Príncipe de las milicias celestiales, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás, y a todos los espíritus malignos, que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén

Sagrado Corazón de Jesús
Ten piedad de nosotros (o en ti confío).
(3 veces)

Foros de la Virgen María

No hay comentarios: