lunes, 11 de diciembre de 2023

GARABANDAL ·

 MARI LOLI MAZÓN Y LOS SACERDOTES.

Garabandal, destinado a ser conocido mundialmente, era un lugar muy pobre y apartado cuando Mari Loli vio su primera luz el 1 de mayo de 1949. Ella fue uno de los ocho hijos de Ceferino Mazón, presidente de la Junta Vecinal de San Sebastián de Garabandal, y su esposa Julia González. Ellos atendían una taberna en la planta baja de su vivienda.

Loli no era distinta de las demás niñas de su edad en la aldea hasta ese profético día del 18 de junio de 1961, cuando formó parte del grupo de cuatro niñas escogidas para participar de las visiones de Nuestra Señora y de San Miguel. Durante estas visiones la Virgen enfatizó la importancia de orar por los sacerdotes, y Loli, en mayor medida que las demás, parecía tener una vocación especial a este respecto. Su madre recuerda una de estas visiones:

“Estábamos las dos solas cuando entró en éxtasis, ¡cómo lloró esa noche!, ¡cómo lloró esta criatura, Dios mío, y cómo sufrió! Nuestra Madre Santísima le dijo que rezara mucho por los sacerdotes y que debía hacer muchos sacrificios por ellos. Muchos sacerdotes van por el camino de la perdición, las cosas estaban mal y eso era algo que no me gustaba escuchar. Para mí los sacerdotes representaban lo más sagrado en el mundo y ¿escucharía lo que mi hija estaba diciendo?”

Posteriormente Loli diría que el rezar por los sacerdotes y hacer sacrificios por ellos eran de las cosas más importantes que haría durante su vida.

Después que las visiones terminaron para ella en enero de 1963, comenzó a experimentar locuciones, la única de las niñas, junto con Conchita, que las tuvo. Ella las describía como comunicaciones interiores ya sea con Jesús o con María. En las últimas que tuvo con la Santísima Virgen le fue recordada la necesidad de rezar por los sacerdotes: “… La Virgen me hizo capaz de saber cuándo un sacerdote estaba en pecado. Ella me ayudó a comprender que ellos necesitan muchas oraciones y sacrificios. También me hizo comprender la Crucifixión en la santa misa, de tal manera que entendiera la humildad y el sacrificio por el mundo”.

El 13 de octubre de 1963 ella escribió a Fr. Luis Retenaga acerca de una locución que recién había tenido de Nuestra Señora, en la cual Mari Loli le pedía una cruz de sufrimiento por los sacerdotes. La Virgen le respondió que podía ser cualquier carga que se llevara con paciencia y con humildad. En esta locución, quizás por primera vez, Loli comprendería acerca de las pruebas que tendría que soportar durante su vida. Y de nuevo le fue recordada la necesidad de rezar por los sacerdotes.

En otra locución cuya fecha es del 7 de febrero de 1966, Nuestra Señora de nuevo describió a Loli los sufrimientos que le esperaban. Ella escribió:

“Tuve una locución con la Santísima Virgen, ella me dijo que yo tendría que experimentar una gran cantidad de sufrimientos en este mundo, que tendría muchas pruebas que me harían sufrir mucho… Le pedí que diera a mi padre una prueba de las apariciones para que también creyera, ella me dijo que estaba muy complacida con mis sacrificios, pero que tenía que mejorar cada día y mortificarme en todas las cosas, que debía rezar el rosario todos los días como lo había hecho hasta el momento, ya que es una devoción que le agrada mucho, que nos ama mucho a todos y que desea que todos seamos muy buenos para que pronto nos reunamos en la gloria celestial con ella.”

Ella aceptó la voluntad de Dios por todo lo que tuvo que soportar en esta vida.

(Es un artículo de Harry Hanratty, 2009.)

Juan Cruañes 

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