11 consejos para
asistir en familia a la Eucaristía.
Por: Becky Roach | Fuente: Catholic-link.com
Este puede ser uno de los videos más tiernos que he visto en internet y
también, de alguna manera, un deseo de varios padres católicos que tienen niños
pequeños. Nos encantaría que alguno de nuestros niños pudiera actuar como
Isaiah y saberse la misa de memoria.
Ahora mismo, es para mí todo un tema llevar a mi
familia a misa y que aprendan el ritual y las palabras que en cada momento se
dicen. No importa lo temprano que
levante a todos y lo planificado que deje todo la noche anterior, siempre
sucede algo que finalmente nos retrasa. El caos sigue incluso cuando llegamos a
la iglesia, nunca falta algún golpe a alguien sin intención cuando ingresamos y
ni que decir cuando nos acomodamos en la banca (solo piensen lo que significa
poner en orden a 4 niños menores de 10 años y a una bebé).
Encontrar sitio es vital para el éxito de nuestra familia en misa y
siempre requiere de algún malabar para poder estar todos sentados. ¿Les pasó algo similar el domingo pasado?¿Por qué siempre tenemos que recordarles que
hagan silencio, que se arrodillen y que se queden quietos? No
voy a negar que algunas veces sucede un milagro y todos se quedan quietos
y participan contentos de la misa, y no falta quien nos felicite por nuestros
niños, pero… ¡ojalá todos los domingos fueran así!
Para ser honestos, sabemos que hay pocas cosas realmente sencillas en la
vida. Dios quiere a nuestros pequeños en su casa y es labor de nosotros los
padres llevarlos y enseñarles a conocerla. A pesar de que en ese tiempo no
escuchemos ni una sola palabra del Evangelio y que salgamos con la sensación de
haber participado en una lucha en lugar de una misa, Dios seguramente se
alegra de nuestra renuncia a la comodidad y de nuestros esfuerzo porque sus
pequeños hijos aprendan a amarlo. Les dejo unos
cuantos consejos que he ido aprendiendo con los años. No les prometo que servirán a la perfección,
ni que sus hijos se transformarán en el pequeño Isaiah, pero tal vez los pueda
ayudar en alguna misa o dos.
1. PRIORIZA
Ir a misa nunca debe ser una opción para tus hijos (a menos que alguno
esté enfermo o exista alguna situación que lo impida) La rutina es importante
para los niños. Desde una edad temprana es importante que aprendan con nuestro
ejemplo que ir a misa los Domingos es lo que la familia hace. Ellos llegarán a
entender que esto es parte de sus actividades semanales y algún día
esperarán con gusto el Domingo para ir a misa.
2.
RECUERDA EL OBJETIVO
¿Es tu objetivo tener niños bien educados o niños
que amen a Dios? Recuerda que no estamos enseñandoles simplemente que se puedan quedar
sentados quietos una hora, esa no es nuestra meta. El objetivo es enseñarles a
amar a Dios, a Jesús, a la Iglesia. Tener esto en mente puede ayudarnos a
mantener la calma, y con paciencia, aceptar si nuestros hijos no se comportan a
la perfección. Si nos enojamos y les llamamos a atención siempre van a asociar
el ir a misa con papá y mamá enojados. Enfoquémonos en enseñarles por qué
vamos.
3.
ESPERA LOS MALOS DÍAS Y ESPERA TAMBIÉN LA GRACIA DE DIOS
Así como habrán días en los que sentimos que perdemos la paciencia y el
mal genio sale, comprendamos que nuestros niños tendrán días en los que
simplemente no pueden portarse bien, esta es una oportunidad para dejar que la
gracia de Dios actúe sobre ellos.
4.
PLANIFICA Y PREPÁRATE
Es crucial que te prepares para ir a misa con tiempo, especialmente
cuando tienes niños pequeños. Explícales lo que sucede en la misa y porqué es
necesario hacer silencio. Mis hijos entendieron fácilmente que necesitan estar
quietos porque otras personas están rezando y escuchando a Dios, no es
simplemente que tengan que estar quietos por que sí. A medida que mis hijos han
ido creciendo solemos repasar las reglas para ir a misa en el auto, durante el
camino. Una buena estrategia es contarles el Evangelio con anticipación,
obviamente con palabras que ellos entiendan, así ellos comprenderán que no solo
vamos a sentarnos, arrodillarnos, y pararnos automáticamente y sin sentido.
Además que esto también te ayudará a ti, pues si tienes niños muy pequeños
a los que atender durante misa, ya conocerás con antelación el Evangelio y las
lecturas.
5.
PRACTICA
Conversa con tus niños sobre la misa y practiquen a modo de juego. Mis
hijos encontraron el video de Isaiah muy divertido y entretenido. Incluso
empezaron a jugar a la misa, claro sin todos los ornamentos, ¡pero usando un
lindo plato y una copa de plástico! Esto los ayuda mucho y los familiariza con
una actividad que es parte de su familia.
6.
REZA
Camino a la iglesia no está de más rezar, en realidad nunca está de más
rezar y pedirle al Espíritu Santo que te de la sabiduría y paciencia para
enseñar a tus niños a amar a Dios.
7.
VÍSTANSE PARA LA OCASIÓN
Tomarse el tiempo para ayudar a que los chicos
estén vestidos para la ocasión les enseña que ir a misa es un acto
importante, no es cualquier lugar donde ir a jugar, es la casa de Dios y Él te
está esperando con una fiesta. Por lo tanto debemos vernos bien para Él a modo
de respeto y honor, los niños a veces se quejan pero poco a poco se van dando
cuenta y ellos mismos van eligiendo la vestimenta apropiada.
8. LLEVA
PROVISIONES
Sé que aquí hay varias opiniones y posiciones. Yo personalmente,
dependiendo de la edad de mis niños y de su personalidad llevo algunas cosas
como agua, o algún pequeño snack (cereales o galletitas) que ayude a que alguno
de los pequeños se quede en calma. Nosotros tenemos una regla, luego de los dos
años, no se llevan snacks. También llevamos para los mayores, un misal para
niños, para cada uno de ellos.
9.
PARTICIPA DE LA MISA Y EXPLÍCALA
A los niños les encanta cantar y rezar las plegarias que ellos se
saben. Anímalos y enséñales lo que ellas significan. Susúrrales al oído lo que
cada parte significa, participa de la misa y no estés distraído, si tú lo
haces, ellos lo harán. «¡Mira! Este es el momento
en que el pan se convierte en el cuerpo de Jesús». Ellos poco a poco
empezarán a esperar por esos momentos especiales.
10.
RETÍRATE AL FONDO SI TU BEBÉ O TU HIJO MENOR LLORA, O INCLUSO SAL UN MOMENTO
PERO SOLO HASTA QUE SE CALME
No te quedes fuera de la misa siempre. En mi experiencia mis chicos se
terminan comportando peor fuera de misa que dentro. Sal afuera y cálmalos pero
luego vuelvan a entrar.
11.
HABLA DE LA MISA LUEGO DE QUE TERMINE
Habla con tus niños sobre la misa luego de que esta termine, o durante
la semana. Que te cuenten qué entendieron de la homilía o qué fue lo que
experimentaron. Revisa con ellos su comportamiento y felicítalos cuando lo
hayan hecho muy bien.
Recuerda que la niñez es una edad que pasa muy rápido y lo que formes
ahora perdurará, como dice el dicho: “habrán días
largos, pero los años son cortos” y esta época terminará antes de lo que
piensas. Tómate el tiempo para gozar de esa ternura e inocencia de tus niños.
Observa cómo se maravillan ante la grandeza de Dios. Tal vez sean tus
niños los que te den las mayores lecciones de fe.
«…el
llanto del niño es la voz de Dios”. “Los niños lloran, hacen ruido, por todos
lados” “nunca hay que echar a los niños que lloran de la Iglesia» (Papa Francisco).
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