No
para adorarlas, sino para aproximarnos al Misterio
1. No diremos
más “¡Dios nuestro!” a la obra de nuestras manos
Hay un texto de la Biblia, Oseas 14, 2-10, en que el profeta del amor de
Dios nos sigue mostrando el corazón compasivo de nuestro Dios y nos enseña una
oración breve para pedir perdón a Dios, expresándole nuestro arrepentimiento y
propósito de enmienda.
El versículo 4 es muy importante para dilucidar el tema de la idolatría:
Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo,
ni diremos más “¡Dios nuestro!” a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti
el huérfano encuentra compasión (Os 14, 4).
La idolatría consiste en darle
a la imagen un culto equivocado. Como se nota en este pasaje bíblico, la idolatría consiste en llamar “Dios” a lo que hemos hecho con nuestras manos.
En la Iglesia católica no adoramos a las imágenes ni pensamos que sean
dioses, ni les damos ese nombre, que sólo corresponde al Altísimo.
2. Excavan unos
mosaicos deslumbrantes en una antigua sinagoga de Israel
El 7 de julio de 2016, The National Geographic publicó, en su
sitio de Internet una importante noticia sobre el hallazgo de unos bellísimos
mosaicos en una antigua sinagoga del norte de Israel. Este es el link de la
noticia (
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/excavan-unos-mosaicos-deslumbrantes-antigua-sinagoga-israel_9537 ).
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/excavan-unos-mosaicos-deslumbrantes-antigua-sinagoga-israel_9537 ).
Los mosaicos, ubicados en la nave central de la sinagoga, representan
dos relatos bíblicos: el Arca de Noé y la separación de las aguas del mar Rojo
por Moisés.
En el panel del Arca de Noé aparece la legendaria embarcación rodeada de
pares de animales como elefantes, leopardos, burros, serpientes, osos, leones,
avestruces, camellos, ovejas y cabras.
En el panel del mar Rojo aparecen los soldados del faraón y unos peces
grandes que se los intentan tragar, además de carros de guerra volcados con sus
respectivos caballos y sus conductores.
Esto nos ayuda a recordar que Dios
prohíbe los ídolos (Ex 20, 4; Salmo 115, Salmo 135, etc.), pero permite las imágenes ( Ex 25, 18;
Nm 21, 8).
De hecho, hay, en hebreo, tres términos que nos ayudan a comprender
mejor el tema.
- Pesel
- Tselem
- Pittuach
Pesel (פֶסֶל) es el término
bíblico para designar un ídolo. Es el término que aparece en Éxodo 20, 4 y en Deuteronomio 4, 15, entre
otros. Pesel se refiere a un ídolo, a una imagen idolátrica, hecha con la
finalidad específica de adorarla, como el becerro de oro (Ex 32).
Tselem (צֶ֫לֶם) es el término
hebreo para imagen. Aparece, por ejemplo, en Génesis 1, 26, donde YHWH dice: Hagamos al
hombre a nuestra imagen y semejanza.
Pittuach (פִּתּ֫וּחַ) es el
término para grabado.
Tanto tselem como pittuach se refieren a imágenes
representativas no idolátricas; es decir, no se las fabrica para adorarlas. Es
lícito tener estas imágenes, como se ve en Éxodo 25, 18 a propósito de los
querubines de oro, y en Números 21, 6-9, a propósito de la serpiente de bronce.
El hallazgo de la sinagoga que nos presenta The National Geographic
corresponde con lo que describe la Biblia a propósito del Templo de YHWH
construido por el rey Salomón.
En el interior de la Casa, el cedro había sido
esculpido en forma de calabazas y de guirnaldas de flores: todo estaba
revestido de cedro y no se veían las piedras. El Santo de los Santos, en lo más
interior de la Casa, había sido preparado para poner allí el Arca de la Alianza
de Yahvé. Delante del Santo de los Santos, que tenía diez metros de largo, diez
de ancho y diez de alto, se levantó un altar de cedro recubierto de oro fino.
Salomón revistió de oro fino el interior de la Casa y una cadena enchapada en
oro cerraba el Santo de los Santos. Toda la Casa estaba pues recubierta de oro;
también estaba recubierto de oro el altar ubicado delante del Santo de los
Santos. En el Santo de los Santos puso
dos Querubines de madera de olivo silvestre de cinco metros de alto.
Cada una de las alas del querubín tenía dos metros y medio de largo, de manera
que había cinco metros de una punta a la otra de las alas. El segundo querubín
medía también cinco metros; ambos querubines tenían el mismo porte y la misma
forma. La altura del primero y del segundo era de cinco metros. Salomón puso
los querubines en el centro de la Casa, con las alas desplegadas; el ala del
primero rozaba uno de los muros y el ala del segundo tocaba el otro muro, y sus
alas se tocaban una con otra en el medio de la Casa. Salomón revistió de oro a
los querubines. Hizo esculpir en relieve en todas las paredes de la Casa, por
todo el derredor, tanto por fuera como por dentro, querubines, palmas y flores.
Por dentro y por fuera, el piso de la Casa estaba recubierto de oro. Las
puertas del Santo de los Santos eran de madera de olivo silvestre, el dintel y
los postes ocupaban la quinta parte de la puerta, ambas puertas de madera de
olivo silvestre estaban esculpidas con querubines, palmas y flores; todo estaba
recubierto de oro, incluso los querubines y las palmas. De igual modo la
entrada del Santuario estaba guarnecida de postes de madera de olivo silvestre,
que ocupaban un cuarto de la puerta. Las dos puertas eran de madera de ciprés;
cada una estaba constituida por dos paneles que se articulaban; allí habían
esculpido querubines, palmas y flores, todo recubierto de oro. Se construyó el
patio interior con tres hileras de piedra tallada y una hilera de postes de
cedro. El año cuarto, en el mes de Ziv, se pusieron los cimientos de la Casa de
Yavé, y en el undécimo año, en el mes de Bul, el mes octavo, se terminó el
Templo con todos sus detalles, de acuerdo al plano que se había diseñado;
Salomón construyó el Templo en siete años (1Reyes 6, 19-38).
Algo similar se lee en 1 Reyes 7, 25-51, donde se describen otros
elementos de la Casa de Yavé, que manifiestan que el Pueblo de Israel tenía imágenes en el Templo. La arqueología
nos presenta que en las sinagogas también había imágenes sagradas.
Un elocuente ejemplo lo tenemos en Dura-Europos, una población destruida
hacia el 272 d.C. y descubierta en 1919, donde hay una capilla paleocristiana y
una sinagoga. Pues bien, en ambas hay imágenes sagradas, como se puede ver en
el siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Dura_Europos
Conclusión
Los católicos no tenemos Pesel (פֶסֶל). La Iglesia nunca nos ha enseñado
que debemos adorar a las imágenes.
Los católicos tenemos Tselem (צֶ֫לֶם) y Pittuach (פִּתּ֫וּחַ), es decir,
imágenes representativas, no
idolátricas, a las que veneramos por las personas representadas por ellas.
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