DIOS te salve, Reina y Madre de
misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. DIOS te Salve. A ti llamamos,
los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este
valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros ésos,
tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen
María! Ruega por nosotros, Santa Madre de DIOS, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
viernes, 1 de julio de 2016
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