Llegó ante el Anacoreta quejándose de aquellos, que según decía él, intentaban cambiarle
la religión.
Sonrió el anciano y dijo:
- A veces caemos en el error de creer que la religión es intemporal, que no puede cambiar. Aunque parta de una "revelación divina", es una obra humana, condicionada por la historia, la cultura, el contexto social...
Tras una breve pausa prosiguió:
- Como toda obra humana, histórica, está sujeta al cambio. Debe irse adaptando al hombre
contemporáneo, debe eliminar el barro que se le ha ido adhiriendo durante el camino y corregir el rumbo que puede haberse desviado.
Miró a los ojos del hombre y concluyó:
- Lo que queda inmutable es Jesús, su Evangelio, su Buena Noticia, su Palabra...Y nosotros debemos esforzarnos para vivirla aquí y ahora. La religión no es intemporal, sino encarnada. La
religión, si no es seguimiento de Jesús, si no es VIDA, se queda en mera ideología...
- A veces caemos en el error de creer que la religión es intemporal, que no puede cambiar. Aunque parta de una "revelación divina", es una obra humana, condicionada por la historia, la cultura, el contexto social...
Tras una breve pausa prosiguió:
- Como toda obra humana, histórica, está sujeta al cambio. Debe irse adaptando al hombre
contemporáneo, debe eliminar el barro que se le ha ido adhiriendo durante el camino y corregir el rumbo que puede haberse desviado.
Miró a los ojos del hombre y concluyó:
- Lo que queda inmutable es Jesús, su Evangelio, su Buena Noticia, su Palabra...Y nosotros debemos esforzarnos para vivirla aquí y ahora. La religión no es intemporal, sino encarnada. La
religión, si no es seguimiento de Jesús, si no es VIDA, se queda en mera ideología...
No hay comentarios:
Publicar un comentario