LA ABOGADA GABRIELA ARÉVALO ADVIERTE SOBRE LOS PELIGROS DE LA NUEVA ERA: «SON PUERTAS DE ENTRADA»
TRAS UNA ATERRADORA EXPERIENCIA DEMONÍACA, LA
ABOGADA GABRIELA ARÉVALO ADVIERTE SOBRE LAS TERAPIAS NEW AGE: BASTA CON UNA
SOLA VEZ PARA PONERTE EN PELIGRO.
Tras una juventud alejada de la fe y en plena pandemia, la abogada venezolana
Gabriela Arévalo siguió los consejos de sus amigos y conocidos y comenzó a practicar la meditación.
Pese a que eran prácticas de "iniciación"
a la Nueva Era,
estas tuvieron consecuencias: tras
"regresar" de un viaje astral, supo que no había vuelto sola.
Explica en el canal de
YouTube El rosario de las 11 pm que, pese a que fue educada en una familia
católica, no tardó en abandonar toda práctica religiosa.
Durante el confinamiento, "me encontré sola en mi apartamento y comencé
a leer libros de de positivismo y meditación como si fuese algo
muy normal", explica.
Lo que entonces no sabía es que
estaba dando los primeros pasos de un viaje aparentemente motivador, pero
que le haría conocer el significado del miedo y la
desesperación.
ENTRE
MARÍA Y LOS ESPÍRITUS CAÍDOS
Un día "llegue
al viaje astral, una experiencia desagradable y de la que no esperaba el
resultado. Comencé a sentir presencias en mi casa, como si me
acompañaran, haciéndome creer que eran ángeles". Pero detrás de esa
apariencia, Arévalo sentía una ansiedad y miedo crecientes y
comenzó a sospechar de que "algo no anda
bien" con esas prácticas.
Símbolos de la Nueva
Era: energías, feminismos, autocentrarse, ecologismo, angelología... Pero, en
la práctica, la Nueva Era aleja a las personas de Dios y del prójimo.
"Uno de los
primeros síntomas que me alertaron de que iba por un camino equivocado fue que
estaba muy asustada. Estaba a merced de los espíritus caídos que
rigen las prácticas orientales y no podía dormir", relata.
Sin embargo, ese primer indicio
de terror vino acompañado de uno de esperanza: "Pensé que
lo primero que tenía que hacer era comprarme un rosario y aprender a rezarlo.
Cuando me metí en la página de una parroquia cercana para saber cuando era el
próximo rosario, vi que me enviaron un mensaje privado, sin yo haberles
contactado antes, diciéndome que me habían guardado un rosario. Fue el
primer indicio para saber que la Virgen estaba obrando en mi vida".
EL
AVEMARÍA LES HIZO DESAPARECER
Pero pronto los ataques
aumentaron, las pesadillas y las parálisis del sueño eran cada vez más
frecuentes y perturbadoras.
"En la segunda
ocasión, estas entidades se mostraron durante tres noches seguidas. Sentí una
opresión en el pecho y una energía que daba vueltas alrededor de mí.
Mi alma estaba fatigada y asustada mientras oía voces. Hacía
alabanzas y dejé de escucharlas, pero cuando paraba volvía a oírlas
ridiculizando mis oraciones. Sentí que trataban de convencerme de que no eran
nada malo y que debía abandonar el camino de Dios", menciona.
De pronto, Arévalo sintió el deseo de rezar el avemaría mientras
se le vino a la cabeza la imagen del Sagrado Corazón de Jesús: "Sentí que todo lo que las presencias intentaban hacerme
o decirme desapareció. Se hizo un silencio impresionante".
El Corazón de Cristo
tiene su propia simbología y significado: el fuego del Amor de Dios, sus
heridas y vulnerabilidades por las que sana a los hombres.
Casi de inmediato, fue a
confesarse y comenzó a asistir a misa y a adoraciones tras años sin frecuentar
los sacramentos. "Así comenzó una etapa de
limpieza espiritual muy grande, empecé a comulgar a diario y leer la
Biblia", pero en las noches, las presencias regresaban para
atormentarla.
"UNA
SEÑORA LIBRABA LA BATALLA POR MI ALMA"
"Estuve tres
meses sin poder dormir, las entidades que se habían pegado a mí
comenzaron a perturbarme porque no querían irse, algo imposible
con la misa y la comunión diaria", menciona.
Cuando ya creía que no había
solución, una noche sucedió algo distinto. "Entré
en parálisis del sueño -un fenómeno asociado con frecuencia a los viajes
astrales- y en medio de la confusión pude ver una señora con una
corona en la cabeza. Era la Virgen
María que me decía que estaba librando y dando la batalla por mi alma",
recuerda.
Entonces "escuché
una voz de mujer que me dijo: vengo en tu auxilio, me dijo que hiciese
penitencia y comencé en los grupos de reparación de la iglesia". Poco
después llegó a la comunidad carismática católica y tras varias sesiones de liberación, la "actividad diabólica" desapareció.
"Me di cuenta
de que lo que había sufrido era real y supe que lo que había en la Nueva Era,
en el hinduismo, budismo y lo relacionado con el control mental eran espíritus
de verdad", menciona.
DOS
CONSEJOS: SACRAMENTOS Y SUFRIR CON CRISTO
Desde entonces, Arévalo ha
abierto un canal de YouTube y se dedica a aconsejar a quienes practican
cualquiera de las variantes de la Nueva Era, especialmente a los católicos.
"Lo que si
hago es advertir de la importancia de conocer nuestra fe y los
instrumentos que nos da la Iglesia, que tiene todas las herramientas
que necesitamos para afrontar el dolor, la tribulación o la enfermedad" frente a la Nueva Era, que hace creer que estas se pueden evitar con
determinadas terapias.
Por ello, uno de sus primeros
consejos es "aprender a vivir el sufrimiento desde el
Evangelio y Cristo, que padeció
por nosotros".
Del mismo modo, urge e invita a
quienes ya han experimentado la Nueva Era a acudir "a
la confesión, la Eucaristía y la adoración al Santísimo, a hacer mucha
oración y a acudir a un sacerdote que haga liberaciones y
exorcismo".
PUERTAS
DE ENTRADA DEMONÍACAS
Porque, como explica de su propio
caso, no es necesario invertir muchos años en estas terapias para que
supongan un peligro espiritual.
"Cuando te
entregas al demonio [a través de la Nueva Era], al principio te da una
respuesta positiva pero después se revierte en tu contra, sientes miedo,
angustia, pánico" y otros
síntomas que pueden ir desde la infestación y la
obsesión hasta la posesión diabólica. Algo que ha visto en varias ocasiones
relacionadas con el reiki.
Su conclusión es tajante: "Que un católico practique yoga, meditación, reiki,
hinduismo o budismo va a traer consecuencias espirituales muy
fuertes. Son las principales puertas de entrada de entidades
malignas a tu vida y una vez abres esos canales, cerrarlos es
bien difícil".
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