¿Qué obtienes orandole a Dios?
Ella
respondió:
Generalmente
“no gano nada”, sino “pierdo cosas”
Y citó
todo lo que perdió orando a Dios regularmente:
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Perdí el orgullo.
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Perdí la arrogancia.
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Perdí la codicia
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Perdí la envidia.
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Perdí mi ira
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Perdí la lujuria.
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Perdí el placer de mentir
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Perdí el gusto por el pecado.
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Perdí la impaciencia, la desesperación y el desánimo.
A veces
oramos, no para ganar algo, sino para perder cosas que no nos permiten crecer
espiritualmente.
La oración educa, fortalece y sana.
“La
oración es el canal que nos conecta directamente con Dios"
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