viernes, 22 de abril de 2022

129 – MISCELÁNEA

«Al saltar a tierra, ven unas brasas…, un pescado…, y pan. Jesús les dice: Vamos, almorzad» (Jn 21, 9ss)

El hombre necesita perder, de vez en cuando, los aires solemnes, los tonos engolados, los trabajos importantes y aceptar el descanso del ocio trivial.

También la fe, trabajada penosamente desde los más arduos argumentos teológicos, necesita perder de vista, de vez en cuando, a un Dios arcano para airarse con la frescura elemental de un Dios que se sienta a la rueda de  los que comen el bocadillo y comparte con ellos los peces recién pescados.

Bendita la amistad que solaza las almas y benditos el agua, el monte, la brisa que acaricia, el aguacero que empapa, la mochila que guarda las reservas para ganar la última apuesta a la fatiga.

Bendito Dios que nos deja gozar de su presencia en el marco amable de la naturaleza y del ocio distendido.

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