jueves, 28 de abril de 2022

SECTAS, PANDEMIA Y CONSPIRACIÓN: NACEN 500 NUEVOS GRUPOS SECTARIOS EN FRANCIA

 El pasado 24 de marzo, la federación France Victimes y la UNADFI, que representa a víctimas de las sectas, firmaron un acuerdo para identificar y apoyar mejor a las personas bajo influencia desde la crisis sanitaria. Según informaba entonces Emmanuel Lucas en el diario francés La Croix, la pandemia ha proporcionado un terreno fértil para la propagación de creencias sin fundamento en materia de salud.

Ya hace un año, en abril de 2021, la Oficina Central para la Represión de la Violencia contra las Personas (OCRVP) estimó que se habían creado 500 nuevos microgrupos sectarios durante la crisis sanitaria del covid-19.

UN CASO PARTICULAR

Durante meses, Estelle ha notado la deriva de su marido. Ve a este ejecutivo, científico de formación, padre de un niño, “muy culto”, dice, pasar a la influencia sectaria durante la crisis sanitaria. “En pocos meses pasó de la simple curiosidad por el covid a afirmaciones como: ‘El hombre nunca ha pisado la Luna’ o ‘La guerra de Ucrania es un invento occidental’”, resume ella.

Todo empezó de forma banal, viendo vídeos en Youtube, “que minimizaban la gravedad del covid”, prosigue Estelle, “incluidos los de Didier Raoult. A partir de ahí, cayó “en una carrera precipitada”, viendo contenido cada vez más controvertido. Incluso su covid grave, que le valió dos semanas en cuidados intensivos, no cambió nada: concluyó que lo habían tratado mal.

 

Luego pasa a la mensajería cifrada de Telegram, sin moderación. Se alimenta de teorías cada vez más radicales… “Hoy está tan encerrado en sus certezas, que sentimos que está dispuesto a cortar lazos con nosotros, su familia, sus amigos, suspira la joven esposa. “Incluso a nivel profesional, se arriesga: comparte sus creencias en la red social profesional Linkedin, por ejemplo. Claramente, se pone en evidencia y no hay nada más que hablar”.

500 NUEVOS “MICROGRUPOS SECTARIOS”

¿Cuántas sectas hay? En abril de 2021, la Oficina Central para la Represión de la Violencia contra las Personas (OCRVP) estimó que durante la crisis sanitaria se habían creado 500 nuevos microgrupos sectarios y que 140.000 personas, incluidos 90.000 niños, estaban afectadas. Pero podría haber muchos más.

Para identificarlos y acompañarlos mejor, la federación France Victimes firmó, el pasado 24 de marzo, una asociación con la Unión Nacional para la Defensa de las Familias y del Individuo (UNADFI) para identificar mejor a las víctimas “que por sí mismas no llaman a la puerta de nuestras asociaciones”, explica Jérôme Moreau, vicepresidente de France Victimes.

De ahora en adelante, ellos y sus seres queridos tendrán un punto de entrada a la posibilidad del cuidado y apoyo. France Victimes aporta su amplia red de abogados y psicólogos, presentes en los 164 tribunales judiciales, para garantizar una atención rápida y adecuada.

Por su parte, la UNADFI ha desarrollado un conocimiento profundo del fenómeno: “Podemos así ayudar a esclarecer cada situación, decidir si se trata de un riesgo de deriva sectaria o no”, señala su portavoz Pascale Duval.

SECTAS: UN TRIPLE AISLAMIENTO

Para hablar de secta, la persona debe sufrir un triple aislamiento: frente a sí misma, cuando ha cambiado de estilo de vida, por ejemplo en cuanto a la alimentación; frente a sus allegados, a los que ya no escucha; y frente a la sociedad, cuando rechaza sus valores y cuestiona su legitimidad”, especifica la activista.

Otra particularidad de esta crisis la forman los puentes entre el conspiracionismo y las estructuras sectarias, que han sido numerosos. Así, la UNADFI conoce desde hace mucho tiempo a varias figuras antivacunas. “Por ejemplo, la quebequesa Gyslaine Lanctot ha estado en nuestro radar desde los años 90. En ese momento, afirmó que el SIDA no existía y que se podía curar por sí solo. Cuando apareció el Covid, simplemente adaptó su discurso”.

Otro ejemplo: la francesa Anne Givaudan también sería una de estas conspiranoicas “reconvertidas”. “Su pelea inicial fue por el 3G y los microchips, continúa explicando Duval. También menciona a Thierry Casasnovas, el defensor de los alimentos crudos, “ex alumno de Guy-Claude Burger, promotor de la instintoterapia”, y que fue objeto de un allanamiento en el marco de una investigación “por práctica ilegal de la medicina.

Secretaría RIES

 

ALERTA: LAS SECTAS CRECEN DURANTE LA EMERGENCIA POR EL COVID-19

CONCLUSIONES DEL EXPERTO LUIS SANTAMARÍA EN UN WEBINAR ORGANIZADO POR ALETEIA

Las sectas, por definición, parece que necesitan un contacto presencial y la posibilidad de reunión grupal para poder llevar a cabo sus actividades de proselitismo. Por tanto, este periodo de confinamiento debería haber provocado un descenso de la captación de estos grupos hacia nuevos adeptos.

Y sin embargo, ¡sorpresa! Según reveló el experto español Luis Santamaría, secretario de la Red Iberoamericana para el Estudio de las Sectas (RIES), en un webinar organizado por Aleteia, las sectas han crecido aún más en este tiempo. Lo constata desde la experiencia directa de esta organización, dedicada desde hace años a ayudar a las víctimas de las sectas, y que asesora a varias Conferencias Episcopales en este campo.

EL PODER DEL MIEDO

Santamaría explicó que, en efecto, «cualquier tiempo de crisis es un caldo de cultivo propicio para las sectas. Al tratarse de unos grupos que juegan, entre otras cosas, con el miedo y la debilidad de las personas, qué mejor que un contexto como el que estamos viviendo para aprovecharlo a favor de sus propios intereses». 

Estos grupos utilizan dos «palancas» para llegar a las personas: el ámbito afectivo y la necesidad de encontrar el sentido de la vida. «Precisamente, en un tiempo tan extraño como el que estamos viviendo, con lo que supone el confinamiento obligado, la parte afectiva (soledad) y la necesidad de encontrar sentido constituyen dos factores especialmente sensibles en muchas más personas que en una situación ordinaria».

«La soledad, el alejamiento físico de familiares y amigos, la imposibilidad de una práctica religiosa normal, la ausencia de actividades corrientes de ocio, cultura, deporte y esparcimiento, la falta de consultas médicas y de profesionales de la salud mental, el surgimiento de nuevos problemas económicos, duelos muy difíciles de elaborar después de muertes que no se han podido vivir ni acompañar con humanidad, y un largo etcétera».

Todo ello, explica el experto, constituye un «caldo de cultivo» de vulnerabilidad perfecto para exponer a muchas personas, que en otras circunstancias no se dejarían «captar» fácilmente.

El confinamiento, paradójicamente, «ha supuesto para los grupos sectarios la posibilidad de acercarse a muchas más personas de lo habitual, sin encontrar el rechazo que podrían percibir en otras ocasiones, y conectar con sus necesidades, preocupaciones o miedos». Y la herramienta han sido las redes sociales.

El experto constató, desde la experiencia de los últimos meses en RIES, que las sectas y pseudoterapeutas han «multiplicado» su actividad en internet. «Hemos visto casos de ofrecimiento de ayuda para personas que estuvieran solas y lo necesitaran: compra de medicamentos y comida, ayuda material, etc.»

Algunos grupos han aumentado el proselitismo telefónico y el buzoneo. «Otros han aprovechado para hacer circular por las redes sociales, WhatsApp principalmente, mantras o ejercicios que hacer para afrontar personalmente la crisis, e incluso oraciones de tipo mágico».

Y es que, explica Santamaría, «cuando el mundo de fuera se tambalea, cuando lo exterior está en crisis, crece mucho más la posibilidad para los líderes de reafirmar el carácter especial de la secta como único ámbito en el que se conoce la verdad profunda de lo que está pasando, su sentido, y en el que se puede afrontar las consecuencias que vendrán».

«¿VES CÓMO TENÍAMOS RAZÓN?»

El confinamiento además ha producido el efecto «vuelta a casa» en personas que estaban empezando el proceso de desvincularse de grupos sectarios. «El que suceda un evento a nivel mundial como es esta pandemia, ha servido para que más de uno se plantee si volver a su congregación, con este simple razonamiento: ¿y si al final tuvieran razón?».

Para algunas personas que estaban en proceso de ser captadas, el confinamiento ha «acelerado» su entrada, decidiendo romper con la familia y vivir el confinamiento en grupos sectarios.

Otros grupos, relacionados con pseudoterapias, «han aprovechado lo que estamos viviendo para volver a “demostrar” las maldades de la medicina occidental, de los sistemas sanitarios de las naciones, de la Organización Mundial de la Salud y, sobre todo, de la industria farmacéutica», explica Santamaría. O para defender el consumo de «sustancias milagrosas» o de psicotrópicos con el mensaje de que «protegen» contra el coronavirus.

«El ejemplo más visible y que más escándalo ha causado ha sido, por supuesto, el del MMS, el hipoclorito de sodio, que es un tipo de lejía al que llaman “solución mineral milagrosa”, de ahí las siglas. Hay algunos personajes en España, a quienes no quiero hacer publicidad, que defienden a capa y espada que este desinfectante industrial –que es lo que es – sirve para combatir el coronavirus. Y en otros muchos países. En América Latina, muchos católicos están también en esta onda, cosa que no acabo de entender», explica el experto.

En conclusión, añadió el experto, «un momento como éste es ideal para las sectas, para las pseudoterapias, para la conspiranoia irracional. Lo que está sucediendo es, según los gustos, «la crisis ya anunciada», « el cumplimiento de las profecías», «el final para un mundo inicuo que no ha reconocido a nuestro líder o que no ha hecho caso a nuestra predicación», «el advenimiento de una nueva era», etc. Pero, en resumen, una ocasión para aprovecharse de los miedos de las personas».

Inma Álvarez

LOS QUE SE APROVECHAN DEL CORONAVIRUS: SECTAS, GURÚS Y PSEUDOTERAPEUTAS

LO MÁS ABURRIDO PARA LOS “CONSPIRANOICOS” ES LA VERDAD

La Organización Mundial de la Salud está colaborando estrechamente con expertos mundiales, gobiernos y asociados para ampliar los conocimientos científicos sobre el nuevo virus, asesorando a los países y a las personas sobre las medidas para protegerse y prevenir la propagación de la COVID-19, a la vez que las autoridades sanitarias de los países afectados están tomando medidas basadas en la evidencia científica y los ciudadanos en general han mostrado un positivo rostro de solidaridad y responsabilidad con el bien común.

La opción por el autoaislamiento y seguir los cuidados recomendados en medio de la crisis está mostrando un rostro de solidaridad y fraternidad que no lo paraliza el miedo, sino que nos compromete en gestos cotidianos con una actitud de colaboración responsable. Pero no todos lo viven de esta manera, ya que todos los grupos, sean religiosos o no, que tienen un discurso apocalíptico, que alimentan teorías conspirativas, fomentan el miedo y la búsqueda de salidas irracionales a la crisis.

A esto se le agrega el incontable número de pseudoterapeutas y gurúes de moda que enseñan a la gente recetas “mágicas” para no contagiarse, desestimando el seguimiento de las recomendaciones sanitarias y sembrando la sospecha sobre las ciencias biomédicas.

Como en cada epidemia, catástrofe natural, crisis social o económica, aparecen las sectas y los “profetas del fin del mundo” avisando que “ya estaba escrito” y que “estos son los signos de que se acerca el fin”.

Además, ahora pueden amplificarse a través de las redes sociales llegando a un público impensable hace tan solo unas décadas. Mencionaremos brevemente las tendencias que más se han visto durante estos días: fundamentalistas bíblicos, paranoicos de las conspiraciones y gurús del pensamiento mágico.

FUNDAMENTALISTAS BÍBLICOS Y FALSAS PROFECÍAS

Iglesias neopentecostales en Brasil “ungían” a los fieles con aceite “consagrado por Jesucristo” que “inmuniza contra el Coronavirus” o invitaban a celebraciones del estilo “El poder de Dios contra el coronavirus”.

Otros grupos comenzaron a retomar textos bíblicos sobre el fin de los tiempos donde hay alusiones a que sobrevendrán pestes, así como también guerras, hambrunas y grandes terremotos. Lo cierto es que en cada siglo hemos tenido alguna que otra epidemia, más de una catástrofe natural, guerras y hambre.

Pero cuando la gente está desesperada y con miedo a un futuro incierto, aparece la prédica que interpreta el presente y problemas nada extraordinarios, pero con las mismas imágenes simbólicas y genéricas que podrían interpretarse cualquier calamidad.

Cualquier cosa puede usarse como símbolo para encontrar coincidencias, hasta se lo han atribuido a una profecía de Nostradamus. También en el campo de la astrología, donde algunos pretenden predecir cómo seguirá la situación según la influencia de los planetas, o quienes bajo supuestas interpretaciones de calendarios antiguos estaríamos cerca del fin. En estos días uno podría coleccionar profecías y anuncios de la llegada del Corona Virus.

PARANOICOS DE LAS TEORÍAS CONSPIRATIVAS

No faltaron en las redes sociales quienes ofrecían contar “la verdad” sobre el virus y comienzan a aparecer los Iluminatti”, “Los amos del mundo”, “El Vaticano”, “La Masonería” y un sinfín de supuestos culpables que en un plan de reducción de la población mundial serían los creadores del virus.

A esto se le agregan relatos con teorías extraterrestres, profecías, y hasta un supuesto programa de los Simpson que en realidad era un montaje que circuló por redes sociales “profetizando” la llegada del virus.

La inmanejable cantidad de información falsa que circula en las redes sociales, sobre los temas más variados, permite que se llene de contenidos delirantes presentados como la última investigación científica o la revelación de un secreto que “los poderosos del mundo” no quieren que se sepa. Y es que son muy seductoras las teorías conspiratorias porque nos simplifican la complejidad de los problemas, ya que siempre hay un enemigo poderoso que tiene un plan detallado que está llevando adelante y así todo tiene sentido.

Lo más aburrido para los “conspiranoicos” es la verdad, porque es siempre más compleja que las teorías de “buenos y malos” y seguro menos atractiva para contar.

LOS GURÚS DEL PENSAMIENTO MÁGICO.

En el ambiente New Age y sus derivados, son incontables las personas que predican contra la medicina y que optemos por frenar el virus con ejercicios de meditación y pensamientos positivos, evitando así el contagio “gracias al poder de la mente”.

Incluso los que enseñan la teoría pseudocientífica y mágica de la llamada “Ley de atracción”, pretenden que si uno se enferma es porque de alguna manera se buscó la enfermedad, ya que cada uno es quien crea su propia realidad.

La desesperación de las personas para protegerse los hace un blanco fácil de los manipuladores de turno que aprovechan la vulnerabilidad de una situación crítica para ofrecer recetas mágicas.

En este tipo de literatura o conferencias se alimenta la desconfianza en los tratamientos médicos y se prometen “secretos” que vencen cualquier mal, porque en general enseñan que todos los problemas vienen solamente de nuestros pensamientos o de un desequilibrio de nuestro mundo emocional, incluso un virus. ¡Así de simple! ¡Así de absurdo!

LA CRISIS COMO OPORTUNIDAD

Una crisis como la que estamos viviendo es una auténtica oportunidad. A nadie le es ajeno que las situaciones de vulnerabilidad, el miedo y la inseguridad nos convierten en posibles víctimas de manipuladores que venden recetas mágicas e irracionales. No es casualidad que las sectas más controvertidas hayan surgido siempre en tiempos de crisis social y económica.

Pero también es una gran oportunidad para fomentar el pensamiento crítico y la responsabilidad social con los temas sanitarios, valorando mucho más el trabajo de los profesionales de la salud.

La crisis se ha convertido también en una oportunidad Lo más aburrido para los “conspiranoicos” es la verdad, De hecho, la ciudadanía de varios países afectados ha mostrado con gran calidad humana que en una cultura que promueve el individualismo narcisista, la llegada de una pandemia es capaz de despertar también solidaridad y conciencia del bien común, del cuidado mutuo.

Muchos comenzaron a hablar de que compartimos el mismo mundo, de la “casa común”, en la que todos importan y donde aprendemos cuan responsables somos del bien de los demás, aunque no siempre lo tengamos presente. Y es que en crisis como estas es cuando redescubrimos que, como seres humanos, es más lo que nos une que lo que nos separa.

Miguel Pastorino

LA NEW AGE ES UN MOTOR IDEOLÓGICO PARA LAS "TEORÍAS DE LA CONSPIRACIÓN"

Portaluz. Luis Santamaría del Río

22 de enero de 2021

Se multiplican las ideas "alternativas" que pretenden explicar el fin último de nuestro mundo. ¿Qué peligros tienen estas nuevas formas de sectarismo difuso?

El reciente asalto al Capitolio de Washington, sede del poder legislativo en los EE.UU., enseña hasta dónde son capaces de llegar personas aparentemente inofensivas que alimentan y difunden las cada vez más frecuentes teorías de la conspiración e ideas negacionistas; ya sea sobre el COVID-19, la forma esférica de la Tierra o cualquier otro asunto.
 
Entre los exaltados asaltantes se encontraba una figura muy representativa de esos grupos contestarios. Hombre de singular apariencia, disfrazado y con cuernos, conocido por el seudónimo Q-Shaman”, que logró su objetivo de capturar la atención mediática mundial.
 
ALGO MÁS QUE “EXTREMA DERECHA”
 
En efecto, este personaje es parte del colectivo “QAnon”, una red de personas que se coordinan a través de Internet defendiendo una colección de ideas conspirativas. Según éstas, el mundo estaría controlado por una élite que, entre otras prácticas, lleva a cabo rituales satánicos y constituye una importante red de pederastia. Las lecturas más superficiales atribuyen todo esto a un sector de la población situado en la extrema derecha del espectro ideológico (se habla en concreto de la alt right o derecha alternativa). Pero las cosas no son tan sencillas.
 
El análisis en profundidad de los discursos que se entrecruzan para formar el gran complejo de QAnon -como también el de otros movimientos populares crecidos y alimentados en las redes sociales- nos muestra: doctrinas gnósticas y mensajes sobrenaturales; sincronías holísticas y profecías que se habrían cumplido; tutelas extraterrestres y cambios excepcionales que siempre están por cumplirse.
 
En definitiva, son parte de esa misma corriente sociocultural que lleva décadas presentes en todo el mundo: la Nueva Era (New Age), la espiritualidad esotérica que atrae a millones de personas.
 
LA NOVEDAD DEL MOMENTO ACTUAL
 
¿Qué ha pasado para que todo esto haya saltado a la primera plana de los medios de comunicación? ¿Por qué se ha disparado su popularidad entre tanta gente corriente? Aunque son muchos los factores que entran en juego –como decimos, más allá de lo simplemente político–, la convergencia de dos de ellos explica lo que estamos viviendo estos días: por un lado, las redes sociales de Internet como un mundo digital donde muchas personas se alimentan de contenidos sin criterio ni discernimiento, en una suerte de adoctrinamiento; por otro lado, la situación que ha creado la pandemia, sacando a la luz y potenciando muchas vulnerabilidades y miedos a nivel social e individual.
 
De esta forma, nos encontramos en el momento adecuado para que arraiguen y crezcan exponencialmente ideas de lo más absurdo y extravagante. Ideas que no se quedan en un plano teórico para muchas personas. En primer lugar, porque en ocasiones lo que está sucediendo a nivel mundial “coincide” con lo profetizado en gran cantidad de sectas y grupos esotéricos, siempre proclives al anuncio de crisis y catástrofes. Y, en segundo lugar, porque los efectos sobre sus “creyentes” son devastadores, en cuanto a anulación de la personalidad, aislamiento familiar y social, y generación de un estado de dependencia emocional de maestros y gurús con supuestos dones sobrenaturales.
 
¿UN SUICIDIO COLECTIVO?                                
 
La revisión exhaustiva de las redes sociales deja claro este trasfondo gnóstico y esotérico en muchos de quienes engrosan las filas de las teorías de la conspiración. En los últimos días, algunas asociaciones de afectados han divulgado alertas sobre lo que se está moviendo en torno a QAnon. También en el mundo hispanohablante, con grupos como la denominada “Federación Galáctica de la Luz”, muy activa en España, y con conexiones importantes en Francia y varios países iberoamericanos. Así lo ha hecho RedUNE. Mientras que algunos temen que haya desenlaces fatales. Si se habla de “ascensión”... ¿podría esto dar lugar a episodios de suicidios colectivos? La posibilidad está ahí, y no podemos subestimarla, como veremos después.
 
Los miembros de estos grupos bombardean las redes sociales con anuncios de diversos acontecimientos que serían inminentes y en todos los órdenes. Y lo que sucede, afirman, les va dando la razón. La pandemia del coronavirus, las catástrofes naturales, los problemas políticos... serían señales del cumplimiento de lo que les han anunciado los seres superiores (con los que están conectados esos pocos “iluminados”). Todo esto tendrá, obviamente, dimensiones cósmicas. “Se acerca el flash solar”, dicen. Y lo explican así: “una gran cantidad de rayos fotónicos y plasmáticos iónicos cambiarán tu ADN; su estructura o núcleo, donde existían un ion positivo, uno negativo y uno neutro, será elevado a 9 positivos, 9 negativos y 9 neutros... tu cuerpo se modificará”. Se da, de esta forma -aseguran- “un equilibrio perfecto del ser que se empodera y reconoce como un inmortal”.
 
ALGUNOS RASGOS FUNDAMENTALES
 
El primer elemento a tener en cuenta es que los mensajes más importantes que se difunden en estos medios proceden de la “canalización” (channeling), uno de los procedimientos más habituales de “revelación” sobrenatural en la Nueva Era. Es decir: habrían sido emitidos por un ser espiritual superior –un Maestro Ascendido, un alma de la antigüedad o un sabio extraterrestre– y recibidos por una persona sensitiva, capaz de recibir esos mensajes, y que por eso se considera “canal” (channel). Es la forma que tiene la New Age de llamar a lo que el espiritismo denomina médiums.
 
Un dato fundamental es la siembra continua que realizan estos grupos reaccionarios de la sospecha contra toda fuente de autoridad. “Todo lo que permitieron que llegara a nosotros fue antes manipulado y tergiversado”, explican en una página afín a sus objetivos. Sin embargo -prosiguen- “la verdad se expondrá ante los ojos que quieran ver y los oídos que se permitan escuchar”. Por supuesto esos privilegiados serían solo unos pocos “elegidos”. Una vez más, el elitismo gnóstico de saberse poseedores de un conocimiento especial. El remate a la reflexión lo confirma: “la verdad vive en tu corazón”, sentencian.
 
Las personas que se alimentan continuamente de estos contenidos son así adoctrinadas machaconamente con afirmaciones sobre una supuesta “gran mentira” que estaría dominando todo. Y se refieren a ella como: “la siniestra y criminal conspiración” que abarcaría la política, religión, medicina, educación, arqueología, historia, geografía, geología, etc. En el fondo, habría una raza extraterrestre (reptilianos y draconianos, principalmente) detrás de todas las esferas humanas de poder. En oposición, existiría una Confederación Galáctica luchando contra todos los malvados que quieren imponer su dictadura antihumana.
 
Otro elemento imprescindible para los objetivos de estos grupos es la invención y difusión de noticias falsas (fake news). Un ejemplo es la recopilación de “datos” -falsos por cierto- sobre el Vaticano y el Papa que hemos visto difundidos por una de estas páginas conspiranoicas: la Santa Sede tiene miles de toneladas de oro robado; Francisco ha afirmado que “Jesucristo es un tonto, un alcahuete y un inmundo”; ha sido arrestado por abusos sexuales a niños en rituales; y un largo etcétera. Hasta hay un fotomontaje donde se puede ver al Papa y otros cardenales y obispos adorando una estatua de Baphomet, símbolo ocultista y luciferino, con el rótulo “Misa nocturna en el Vaticano”. O un documento falso del Tribunal Penal Internacional ordenando la busca y captura del Pontífice. Despropósito tras despropósito.
 
El proselitismo es claro en estas páginas y grupos, que hacen sentir “especial” a quien se adhiere a sus postulados paranoicos. En un grupo de Facebook se dice en un momento preciso: “Si está leyendo esta publicación, es muy probable que pertenezca a los elegidos”.
 
DISTINTAS VIBRACIONES... DISTINTAS CLASES DE PERSONAS
 
Los teóricos de la conspiración no sólo piden un estado espiritual de quietud ante lo que sucederá. También incluyen un llamamiento a la acción. Aquí radica el peligro, en las interpretaciones que puedan darse a estas palabras: “debemos prepararnos en todo sentido”, leemos. “Este proceso es necesario para la liberación y la ascensión de la humanidad de nuestro planeta”. Dicha ascensión tiene que ver con “el nuevo nivel vibratorio de la tierra”, con el que sólo se han alineado unos pocos, los “despiertos”.
 
Una de sus consecuencias, según estas ideas, es la violencia que crece en muchos lugares del mundo. Atención a la explicación que dan: “una gran parte de la población del planeta está ascendiendo a una frecuencia superior y luego están los que están aterrorizados por la verdad y se aferran a su disonancia cognitiva como si no hubiera mañana”. De forma que están dividiendo a la humanidad en dos: en un lado están los elegidos, los “seres de luz” o “criaturas místicas” especiales que conocen la verdad y hacen el bien; en otro, la masa de gente que permanece en la oscuridad y retrasa la evolución planetaria y cósmica.
 
“Somos familia de luz”, repiten. “Somos la luz, la libertad, la compasión, la consciencia, el abrazo que nuestra humanidad necesita”, señalan, haciendo gala de una ausencia total de humildad. Y situando a sus partidarios en una realidad paralela, en una absoluta irrealidad donde todo se explica desde las claves de una guerra cósmica entre la Confederación Galáctica y las Fuerzas Oscuras.
 
PREGUNTAS ABIERTAS E INQUIETANTES
 
¿Cuáles serán las consecuencias de todo este proceso de evolución? Según explican quienes se consideran integrantes de la raza de los elegidos, “la Diosa Madre Gaia se sacudirá todo lo que no corresponda a su frecuencia: su realidad de amor”. En otro lugar podemos ver que “las almas que eligieron la oscuridad tendrán lo que merecen de manos de seres superiores”. ¿Podría justificar esto algún acto violento de las personas que sostienen estas ideas hacia los demás? No lo sabemos.
 
Y cuando leemos que un embajador de la Federación Galáctica y anciano del Alto Consejo Lyrano (además de emisario de la Diosa) ha afirmado que “este proceso de ascensión sin precedentes establece que llevas tu cuerpo físico contigo”, ¿podemos pensar en algún tipo de acción autolesiva de forma individual o grupal? Tampoco lo sabemos, pero las sospechas están fundamentadas. No olvidemos cómo en 1997 afirmaciones semejantes llevaron al suicidio colectivo de los adeptos de La Puerta del Cielo en San Diego (EE.UU.).
 
¿Debemos estar atentos a alguna fecha? Cada grupo y cada líder sectario tienen las suyas. Los hay que señalaron el 20 de enero, momento del cambio de gobierno en los EE.UU. En algunos lugares se dice que todo empezaría “a partir de su 22 de enero lineal”, por lo que “es tiempo de cerrar la página de su yo biográfico”. ¿Otro posible mensaje suicida?
 
LA TRAMPA DEL LENGUAJE RELIGIOSO
 
Algunos cristianos –tanto católicos como ortodoxos y evangélicos– han caído en las redes de estos grupos, que usan habitualmente expresiones tomadas de los Evangelios, referencias al “plan divino” y otras cuestiones propias de la fe cristiana. Además, parece que se sitúan de forma crítica ante los poderes fácticos del mundo, constituyéndose en alternativa ante una sociedad carente de valores, lo que puede parecer atractivo para muchos creyentes hastiados de las situaciones que viven.
 
Sin embargo, en estas líneas ha quedado claro que los planteamientos teóricos en los que se mueven estos movimientos no sólo atentan contra la racionalidad y el sentido común, sino también contra la fe cristiana –y podríamos decir que contra cualquier planteamiento religioso de la vida–, y sumergen a sus seguidores en una oscura niebla donde se entrecruzan la magia, la superstición y el fanatismo. Creyendo ser “seres de luz”, se hunden progresivamente en las tinieblas. Y eso está muy lejos de Dios.

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