sábado, 21 de octubre de 2017

¿CUÁLES SON LOS DONES SOBRENATURALES QUE APARECEN ENTRE LOS CRISTIANOS?


Lo sobrenatural se define como algo que está más allá de lo natural. O sea fuera de las leyes de la naturaleza. Lo sobrenatural es el corazón del cristianismo.
El cristianismo tiene una base sobrenatural, que recorre la vida de Jesús y sus milagros narrados en la Biblia.
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Porque no corresponden a las leyes naturales de este mundo físico: su nacimiento, ni sus sanaciones, ni su resurrección, y ni siquiera la complejidad y estética de la doctrina cristiana.
Esto es bíblico: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían” (Marcos 16:15-20). En este artículo nos dedicaremos a los hechos sobrenaturales que suceden a las personas. Que suelen llamarse milagros. Pero hay una serie de milagros externos a las personas que no trataremos aquí.
¿QUÉ ES UN MILAGRO?
Lo que sucede fuera de las leyes naturales se denomina milagro. Milagro viene de la palabra  ‘mirari’ (ser sorprendido), y parece ser un raro e inexplicable hecho que va más allá de nuestras expectativas. Los milagros son realizados por alguien que tiene capacidad de operar por sobre las leyes naturales. Los seres humanos, que en general no tenemos tal capacidad, aunque no seamos creyentes, oramos por “milagros” de una u otra clase en algún momento. Porque como dice el refrán popular “ateo hasta que el avión empieza a caer” o “no hay ateos en las trincheras”. Tal vez un aficionado a los deportes ore por un pase imposible al final de un partido de fútbol o un estudiante pida poder pasar un examen que espera reprobar. Alguien que pierde la esperanza de encontrar una billetera perdida podría suplicar desesperadamente por un poco de ayuda. Esperamos obtener el trabajo que soñamos y rogamos para superar una dificultad financiera por algún tipo de intervención sobrenatural y milagrosa. En momentos en que una grave enfermedad afecta a uno de los seres queridos, nos acercamos a los sobrenatural con mucha, fe con nuestra petición desesperada para que salve sus vidas. Y a veces las pequeñas casualidades de la vida diaria parecen ser milagros que nos aseguran que el mundo sobrenatural existe y está allí.
EL QUE PUEDE HACER MILAGROS ES DIOS
La causa de los milagros sólo puede ser Dios, aunque la propia naturaleza o el demonio pueden imitar algunos de estos fenómenos para confundir, cuando en realidad no son tales.
A veces, supuestos milagros tienen como fuente elementos de orden fisiológico, o la imaginación, o estados depresivos, o enfermedades.
Produciendo supuestos fenómenos “sobrenaturales” que en realidad se pueden explicar naturalmente. Estos son los más fáciles de discernir. Pero existen también los demonios quienes, por permiso divino, pueden actuar sobre la naturaleza y los hombres.
El demonio no puede producir verdaderos fenómenos pues es gracia exclusiva de Dios.
Por ejemplo resucitar un muerto, curar instantáneamente heridas, profecías, conocer los pensamientos, violar las leyes de la naturaleza como la gravedad, etc. Pero pueden falsificar visiones, éxtasis, curación de enfermedades producidas por él mismo, hacer aparecer estigmas, esconder objetos y moverlos. Siguiendo al Padre Jorge Enrique Mújica ordenaremos los fenómenos sobrenaturales en tres grupos: de orden cognoscitivo, de orden corporal y de orden afectivo.
FENÓMENOS DE ORDEN COGNOSCITIVO
LAS VISIONES
Están referidas al sentido de la vista, son percepciones de objetos mediante los ojos corporales. Hay tres tipos de visiones:
Las externas o corporales, llamadas apariciones, donde se percibe una realidad objetiva naturalmente invisible al hombre y fuera de éste.
Se trata de una visión corpórea de Jesús, de la Virgen María o de los santos a uno o más testigos normalmente en el mismo lugar a lo largo del tiempo. Las apariciones más famosas son las de María bajo títulos como Nuestra Señora de Fátima (1917), Nuestra Señora de Lourdes (1858) y Nuestra Señora de Guadalupe (1531).
Las imaginarias, que son representaciones sensibles internas circunscritas a la imaginación.
Las intelectuales, son las que se producen por la visión por medio de la inteligencia, sin impresión o imagen sensible.
LAS LOCUCIONES
Son fórmulas o ideas que enuncian afirmaciones o deseos referidos al sentido de la audición. A diferencia de las apariciones, las locuciones no son percibidas como apariciones corporales a los ojos de un vidente.
Sino que son mensajes audibles o entendimientos interiores experimentados por el destinatario.
Famosos ejemplos modernos, de locuciones aunque no aprobados, son los reportados por el Padre Stefano Gobbi (1930-2011) y los mensajes asociados con el fenómeno de la Virgen de Akita (1973). Se dividen en:
Auriculares, percibidas por medio del oído
Imaginarias, se perciben con la imaginación durante el sueño o la vigilia.
Intelectuales, las que se dejan oír directamente en el intelecto sin el concurso de los sentidos, que es como se comunican los ángeles.
LAS REVELACIONES
Son las manifestaciones sobrenaturales de una verdad oculta o un secreto divino. Hechas por Dios para el bien general de la Iglesia o para la utilidad de quien la recibe. Son de dos tipos:
Privadas, hechas a un individuo y que no entran en el depósito de la fe.
Públicas, que designa la acción reveladora de Dios destinada a toda la humanidad y que ha encontrado su expresión literaria en la Sagrada Escritura.
Las primeras nunca contradicen a las segundas si son auténticas. Sólo a la Iglesia corresponde declarar si un mensaje es o no revelación privada auténtica.
DISCERNIMIENTO DE LOS ESPÍRITUS
Por tal se entiende el conocimiento sobrenatural de los secretos del corazón comunicados por Dios a sus siervos.
Fue el caso del cura de Ars. En esta categoría también entra el descifrar y aclarar si otros fenómenos vienen o no de Dios.
IEROGNOSIS
Es el conocimiento de lo que es sagrado manifestado en el poder o facultad que tuvieron algunos santos para reconocer las cosas santas y distinguirlas de las profanas.
Este fue el caso de las beatas Luisa Lausteau y Ana Catalina Emmerich que podían reconocer una hostia consagrada o no y verdaderas reliquias de santos de las falsas.
CIENCIA INFUSA
Es el caso de personas, que sin estudio alguno, llegan a tener un vastísimo conocimiento de la Sagrada Escritura, la historia de la Iglesia y los principios de la vida espiritual.
También el conocimiento sobrenatural de teología, como los casos de santa Gertrudis y santa Catalina de Siena. Habilidad infusa para el ejercicio de las artes por ejemplo san Francisco de Asís, y Jacopone da Tordi, compositor del «Stabat Mater» para la poesía. Santa Catalina de Bolonia, para la música y el beato Angélico da Fiesole para la pintura, etc.
FENÓMENOS MÍSTICOS DE ORDEN CORPORAL
Éstos se reflejan principalmente sobre el organismo, en cualquiera de sus funciones vitales o en diferentes aspectos de su actividad y manifestaciones exteriores.
LOS ESTIGMAS
Considerado como un signo visible de la santidad, los estigmas son apariciones místicas espontáneas de las heridas de Cristo en el cuerpo del receptor. Un estigmatizado puede manifestar una o todas las marcas de la crucifixión. La tradición sostiene que el primer estigmatizado fue San Francisco de Asís (1181-1226), mientras que el ejemplo moderno más famoso es el de San Pío de Pietrelcina (1887-1968).
Consisten en la aparición espontánea de llagas sanguinolentas en manos, pies, costado izquierdo, en la cabeza o en la espalda. Pueden ser visibles o invisibles.
Algunos han tratado de dar una explicación racionalista al fenómeno atribuyéndolo al fanatismo. Pero nadie ha podido producir heridas físicas visibles y que no se infecten, solamente haciendo el intento de tenerlas. También existen los estigmas diabólicos.
EL SUDOR DE SANGRE
Consiste en la expulsión, en cantidad considerable, de líquido sanguinolento a través de los poros de la piel, particularmente los de la cara.
El hecho histórico por excelencia es el de Nuestro Señor Jesucristo referido por San Lucas 22: 44. Luego algunos santos y personas pías han tenido sudor de sangre: santa Ludgarda (1182-1246), la beata Cristina di Stumbeln (1242-1312), Magdalena Morice (1736-1769), María Domenica Lazzari (1815-1848), Caterina Putigny (1803-1885).
Una variante son las lágrimas de sangre, que son una efusión sanguinolenta a través de la mucosa de los ojos.
Los casos de lágrimas de sangre son más raros, aunque hay registrados dos casos muy famosos, el de Rosa María Andriani (1786-1845) y el de Teresa Neumann a mediados del siglo pasado.
LA RENOVACIÓN O CAMBIO DE CORAZÓN
Es un fenómeno que consiste en la extracción del corazón de carne y en la sustitución con otro que es el de Cristo mismo.
Son famosos los casos de las santas Catalina de Siena, Ludgarda, Gertrudis, María Magdalena de Pazzi, Caterina de Ricci, Juana de Valois o Margarita María de Alacoque. Así describía el confesor de santa Catalina de Siena el fenómeno de la sustitución de corazón: “Se encontraba un día en la capilla de la iglesia de los hermanos predicadores en Siena… Recuperada del éxtasis se puso de pie para regresar a casa. Una luz del cielo la envolvió y en la luz apareció el Señor que tenía en su mano un corazón humano, verdadero y esplendoroso… El Señor se le acercó, abrió el pecho de ella por la parte izquierda e, introduciéndole Él mismo el corazón que tenía en las manos, le dice: ‘Querida hijita, como el otro día tomé tu corazón, he aquí que te doy el mío con el cual siempre viviréis’.
De lo dicho queda la apertura que le hizo en el costado; en signo del milagro ha quedado en aquel lugar un cicatriz, como me han asegurado a mí las compañeras que han podido verla.
Queriendo saber la verdad de lo sucedido, ella misma fue obligada a confesármelo”.
INEDIA (AYUNO ABSOLUTO)
Se le denomina “Inedia” y su significado literal es “no comer”.
Y es el fenómeno místico de sobrevivir sin comida, teniendo solo la Eucaristía como sustento.
Está demostrado que el hombre puede sobrevivir naturalmente en una abstinencia total de alimento prolongada sólo por algunas semanas. Pero en la Iglesia han sido años. Los casos más notables de ayuno absoluto son los de santa Catalina de Siena (cerca de 8 años), santa Ludovina de Schiedman (28 años), las beatas Caterina de Raconigi (10 años), Domenica Lazzari y Luisa Lasteau (14 años). Todas ellas llevaban una vida normal e incluso muy activa. El ayuno por sí mismo no prueba la santidad pero sí la Iglesia reconoce en algunos de sus santos un privilegio similar dado por Dios como recompensa por sus virtudes.
LA VIGILIA O PRIVACIÓN PROLONGADA DEL SUEÑO
Es análogo a la Inedia. Los casos más notables son los de san Macario de Alejandría quien pasó 20 años continuos sin dormir. Santa Colette dormía una hora a la semana y una vez en su vida permaneció un año sin dormir. San Pedro de Alcántara dormía una hora y media al día por cuarenta años, como testimonió santa Teresa de Jesús. Santa Rosa de Lima limitaba a dos horas el tiempo concedido para el reposo. Y santa Catarina de Ricci no dormía más que dos o tres horas por noche.
Las largas vigilias y abstinencias se encuentran sobre todo entre los contemplativos.
Los médicos y los fisiólogos coinciden en el decir que sin salir de las leyes normales de la naturaleza orgánica no se puede privar a una persona del sueño.
LA AGILIDAD
Consiste en la traslación corporal casi instantánea de un lugar a otro, a veces remotísimo del primero.
Es diferente a la bilocación porque no hay simultaneidad de presencia en ambos lugares sino únicamente traslación de un lugar a otro. En la mismísima Biblia leemos que el diácono Felipe fue trasportado por el Espíritu de Dios a la ciudad de Azoto después que instruyó y bautizó sobre el camino de Jerusalén a Gaza al eunuco Candace (Hechos de los apóstoles 8, 39-40). Aunque quizá sea más famoso el caso de Habacuc, trasportado por el ángel de Judea a Babilonia para que llevase alimento a Daniel en la fosa de los leones (Dan 14, 33-39). Otros santos conocidos también la han tenido: santa Teresa contaba que san Pedro de Alcántara se le aparecía, aún viviente, varias veces. También san Felipe Neri se apareció muchas veces mientras estaba en vida. San Antonio de Padua llegó a hacer, en una sola noche, el viaje de Padua a Lisboa; y regresó en la misma noche. En la vida de san Martín de Porres se narran prodigios de este tipo.
LA BILOCACIÓN
Es uno de los dones más difíciles de explicar a menos que se recurra al milagro.
Consiste en la presencia simultánea de una misma persona en dos lugares diversos en el mismo momento.
Se han dado muchos casos en la historia de la vida de los santos. Entre los más conocidos están los de san Francisco de Asís, san Antonio de Padua, san Francisco Xavier, san Martín de Porres, san José de Cupertino o san Alfonso María de Ligorio. Y últimamente el Padre Pío. De san Alfonso María se lee en su proceso de canonización que el 21 de septiembre de 1774, mientras estaba en Arienzo, pequeña villa de su diócesis, cae en una especia de desvanecimiento. Permanece cerca de dos días inmerso en un dulce y profundo sueño, sentado sobre un sillón. Uno de sus siervos habría querido despertarlo, pero su vicario general, D. G. Nicola de Rubino, ordenó que lo dejaran reposar. Cuando se despertó, el santo sonó la campana. Acudieron prontamente sus familiares. Viéndolo grandemente agitado le preguntaron: “¿Qué te sucede?, son dos días en que no has hablado ni dado ninguna señal de vida”. Él respondió asegurando que había ido a asistir al Papa que acababa de morir hace una hora. Poco tiempo después llegó la noticia de la muerte de Clemente XIV, acaecida el 22 de septiembre a la una de la tarde. El momento preciso en el que el santo había sonado la campanilla. San Alfonso fue visto en ambos lugares contemporáneamente por una multitud de testigos.
LAS LEVITACIONES
La levitación es la elevación mística de un cuerpo humano en el aire.
San José de Cupertino (1603-1663) fue un fraile franciscano muy conocido por sus frecuentes levitaciones. En el proceso de canonización de san José de Cupertino se registran más de sesenta casos de levitación. Fue visto volar sobre el púlpito de la iglesia, por los muros y delante de un crucifijo o una imagen pía; aterrizar sobre el altar o cerca del tabernáculo; sostenerse como un pájaro sobre ramas débiles; hacer saltos de grandes distancias. Una palabra, una mirada, la mínima cosa en relación con la piedad le producía estos transportes. En un periodo de su vida llegaron a ser tan frecuentes que sus superiores debieron exceptuarlo del rezo común en el coro para que, contra su voluntad, no interrumpiera ni perturbase las ceremonias de la comunidad con sus vuelos extáticos. Muchas personas fueron testigos, entre ellos el Papa Urbano VIII y el príncipe protestante Juan Federico de Brunswick, el cual no sólo quedó impresionado sino que se convirtió al catolicismo y vistió el sayal franciscano. Por regla, le levitación mística se verifica mientras el sujeto está en éxtasis.
Si el cuerpo se eleva un poco, se llama éxtasis ascensional; si se eleva a gran altura, recibe el nombre de vuelo extático; y si comienza a andar velozmente a ras del suelo, pero sin tocarlo, se llama marcha extática.
Está claro que la simple naturaleza no puede alterar las leyes de la gravedad, siempre fijas y constantes. La Iglesia ha explicado este fenómeno como una anticipación del don de agilidad propia de los cuerpos gloriosos.
LAS SUTILEZAS
Consisten en el paso de un cuerpo a través de otro.
En el momento del tránsito supone la compenetración o coexistencia de los dos cuerpos en un mismo lugar. Este prodigio se verificó en la persona de Jesús cuando a puertas cerradas se presentó a sus discípulos, como narra san Juan 10: 20-26 . También es célebre el caso de san Raymundo de Peñafort que entró en su convento de Barcelona a puertas cerradas.
LAS LUCES O ESPLENDORES
Son ciertos esplendores que algunas veces irradian los cuerpos de los santos sobre todo durante la contemplación o el éxtasis.
Este fenómeno se verificó en san Luis Beltrán, san Ignacio de Loyola, san Francisco de Paula, san Felipe Neri, san Francisco de Sales, san Carlos Borromeo, san Juan María Vianey, etc. Es uno de los más frecuentes entre los grandes santos.
OSMOGÉNESIS (PERFUME SOBRENATURAL)
Consiste en un perfume de exquisita suavidad y fragancia que emana del cuerpo mortal de los santos o del sepulcro donde reposan sus restos.
Se trata de un aroma singular que nada tiene de común con los perfumes terrenos. Los testigos que lo han experimentado no encontraron analogías para hacer entender la suavidad y fragancia de un aroma inconfundible jamás sentido en la tierra. El perfumero de la corte de Saboya fue enviado un día al convento de la beata María de los Ángeles para que buscase individuar la naturaleza del olor que la sierva de Dios emanaba. Debió confesar que no se asemejaba a ninguno de los perfumes de esta tierra. Las religiosas, sus compañeras, lo llamaban “olor de paraíso o de santidad”. Han exhalado suave olor las reliquias o los sepulcros de san Francisco de Asís, santo Domingo de Guzmán, santo Tomás de Aquino, santa Rosa de Lima, santa Teresa, santa Francisca Romana, etc.
Pero también estos olores se perciben en algunos vivos.
Las llagas del san Padre Pío exhalaban este tipo de perfume, que incluso podía ser captado a kilómetros de distancia por algunos de sus ‘hijos’ como forma de mensaje.
GLOSOLALIA (HABLAR DE LENGUAS)
La glosolalia es el don espiritual conocido normalmente como “Don de lenguas”.
El término puede significar tanto la capacidad de comunicarse en un lenguaje natural no estudiado con anterioridad o en la expresión de sílabas sin sentido que se dice es el “lenguaje de los ángeles”.
Puede dividirse en dos. Hablar propiamente en lenguas y comprender y traducir lo que otra persona habla en lenguas.
San Pablo ha manifestado hablar en lenguas y según las Escrituras era un don frecuente entre los primeros cristianos. Hoy es cultivado por la Renovación Carismática Católica.
INCORRUPTIBILIDAD
Se trata de los cuerpos que han evitado el proceso normal de descomposición.
Es visto generalmente como una señal de que el individuo fallecido es un santo. Hay muchos casos. Un ejemplo famoso es el cuerpo incorruptible de santa Bernadette Soubirous (1844-1879), la vidente de Lourdes. Pero también podemos mencionar a Juan XXIII, el santo Cura de Ars, Jacinta Marto la vidente de Fátima, Santa Clara de Asís, Beata Imelda, santa Margarita, santa Rita de Cascia, san Juan Bosco, santa Catalina de Labouré, el argentino Fray Mamerto Esquiú, san Peregrino Laziosi.
Una variante de esto es la licuefacción de la sangre seca de santos, que sucede en fechas determinadas y durante siglos.
Esto sucede con la sangre de san Genaro y de san Pantaleón por ejemplo.
FENÓMENOS DE ORDEN AFECTIVO
Se consideran dos tipos: los éxtasis místicos y los incendios de amor.
Algunos estudiosos llaman a este tercer tipo de fenómenos, psico-fisiológicos pues tienen, en buena medida, su raíz principal en la voluntad. De ahí que algunos autores los clasifiquen entre los fenómenos de orden orgánico.
LOS ÉXTASIS MÍSTICOS
Entran en el desarrollo normal de los grados de oración mística y constituyen un fenómeno normal en el desarrollo de la vida cristiana.
Es un estado en que el sujeto se siente por fuera de su cuerpo, trascendiéndose a sí mismo, logrando una unión mística con Dios.
Pero como su aspecto exterior es espectacular, presenta ciertas semejanzas con los fenómenos de tipo extraordinario que se han mencionado.
LOS INCENDIOS DE AMOR
Son un hecho comprobado en la vida de algunos santos en los que el amor hacia Dios se manifiesta algunas veces hacia el exterior.
Esto es bajo la forma de fuego que quema, incluso materialmente, la carne y la ropa cercana al corazón.
Esta manifestación se produce en grados diversos:
Simple calor intenso: es un extraordinario calor del corazón que se dilata; este calor se expande a todo el organismo.
Es clásico el episodio de la vida de san Wenceslao, duque de Bohemia. De noche visitaba la iglesia a pies descalzos. Al siervo que le acompañaba le recomendaba meter los pies en los zapatos que él dejaba para no congelarse.
Ardores intensísimos: el fuego del amor divino puede llegar a tal intensidad que a veces es necesario recorrer a refrigerantes para poderlo soportar.
Se cuenta de san Estanislao de Kotska, que era tan fuerte el fuego que lo consumía, que en pleno invierno era necesario aplicarle sobre el pecho paños empapados de agua helada. Santa Caterina de Génova no podía acercar su mano al corazón sin experimentar un calor intolerable.
La quemadura material: cuando el fuego del amor llega a producir incandescencias, las quemaduras se realizan plenamente.
Es lo que se llama a pleno título incendios de amor. El corazón de san Pablo de la Cruz, fundador de los pasionistas, ardía de tal manera, que más de una vez su túnica de lana aparecía completamente quemada por la parte del corazón. El beato Nicolás Factor, religioso franciscano, incapaz de soportar el fuego que ardía en su corazón, se echó un vaso de agua helada en pleno invierno. Consta en su proceso de beatificación que el agua inmediatamente se evaporó. Existe sin duda una estrecha relación entre el amor y el fuego producido. La naturaleza prodigiosa de todos estos fenómenos exige recurrir a lo sobrenatural para poder ser explicados.
FENÓMENOS EXTERNOS A LAS PERSONAS
No es el objetivo de este artículo, pero como adelante mencionaremos algunos.
ACHEIROPOEITA
Los objetos Acheiropoeita  (“no hecho de manos humanas”) son un tipo particular de iconos que se dice que han venido a la existencia milagrosamente por manos de ángeles.
La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe (1531) y la Sabana de Turín son ejemplos famosos, pero hay muchos casos de imágenes santas que alegan ese origen.
MILAGRO EUCARÍSTICO
Los milagros eucarísticos son fenómenos extraordinarios relacionados con una hostia consagrada.
Los ejemplos incluyen la Hostia volviéndose visible dentro de la carne humana, sangrado o preservada cientos de años sin descomposición.
El milagro eucarístico más famoso ocurrió en Lanciano, Italia, en el siglo VIII. Puede leerse aquí un muy completo informe que realizamos sobre los milagros eucarísticos.
DANZA DEL SOL
La Danza o Milagro del Sol es otro fenómeno que tiene su popularidad en estos momentos.
Se trata de movimientos y apariencias  diferentes y extraordinarias que adquiere el sol, con la particularidad que los presentes pueden mirarlo y no dañarse la vista.
El caso más famoso es el de Fátima el 13 de octubre de 1917, que puedes leer aquí. Pero Pio XII manifestó que vio cuatro veces en su vida el milagro del sol, que puedes leer aquí. Y en los lugares de muchas apariciones marianas los fieles han informado haber visto el milagro del sol, como por ejemplo en Medjugorje y Kibeho.

Fuentes:

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