lunes, 23 de octubre de 2017

AY, QUÉ PACIENCIA HAY QUE TENER CON LOS INQUISIDORES ESPONTÁNEOS


Me gustaría ahondar un poco en el tema de la teología en general y sus enfoques. A nadie se le escapa que este tipo de reflexiones, en el fondo, son un intento mío para que la gente entienda que el Papa Francisco no es un hereje (como dicen algunos extraviados) sino simplemente el Sumo Pontífice nº 266 de la Iglesia Católica, o el 265 sucesor de Pedro, obsérvese que es un número menos.

En la teología no cabe todo, hay expresiones de la verdad que tienen la exactitud de una fórmula matemática:

Las tres personas de la Santísima Trinidad son un solo Dios.
Asesinar al inocente es un pecado grave.
Los sacramentos son siete.

Hay dogmas más complejos, como el proclamado en el Concilio de Calcedonia acerca de que en Cristo hay dos naturalezas sin que haya confusión, ni división, ni separación entre ellas. Dogmas que requieren de explicación pausada, pero que expresan la verdad de un modo preciso.

No, en la teología no cabe todo, no todo es verdad. Ahora bien, sería un error creer que la teología sigue como en la época de la epístola de León Magno a Flaviano. Quien lea los enfoques de Trento y quien lea a Ur von Balthasar verá que la teología ha evolucionado. No escribe de la misma manera el autor de Rerum Novarum que san Juan Pablo II.

Por eso, cuando algunos amateurs enarbolan una frase suelta como si fuera una espada o una piedra en una honda frente al Papa, frente a ciertos cardenales, pues “me llama mucho la atención”, por decirlo de un modo ultracaritativo.

Escribía un señor de mediana edad en su Facebook este comentario a mi último post sobre el infierno:

Qué importa lo que usted piense y crea y cómo pueda entender. Lo que de VERDAD importa es lo que DICE Y ENSEÑA JESUS.

Ja, ja, gracias, gracias. Fíjese, no se me había ocurrido. Pero, bueno, créame, todos lo que queremos es profundizar en lo enseñó Jesús. Te aseguro que buscamos sólo la voluntad de Dios.

Otro, un treintañero, escribía también en facebook:

El Padre Fortea, seguramente por instigación del demonio, dice que el concubinato no es pecado.

Aunque semanalmente recibo muchas instigaciones del demonio, francamente no dije tal cosa. Estoy seguro.

Aunque este ardiente joven olvida que todos los autores tradicionales de antes del Vaticano II afirman que la ignorancia invencible en los segundos principios morales cabe durante largo tiempo. El padre Royo Marín pone varios ejemplos. Sin ninguna duda, dos personas pueden estar de total buena fe conviviendo maritalmente sin que cometan ningún pecado. El pecado subjetivo requiere conciencia de estar cometiendo pecado.

Ya ves, querido Flanders, cuando vayas al más allá, te puedes encontrar con que hasta Homer Simpson te está esperando con un ramo de flores a la entrada. Algunos torquemadas tal vez se encuentren a la entrada con Lutero y Buda en la puerta de entrada. Y es que, como le dijo Morfeo a Neo en Matrix: El destino no está exento de cierta ironía.

Nota de un crítico: Más le valdría a Fortea citar más el Génesis que a Mátrix.


P. FORTEA

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