viernes, 7 de julio de 2017

EL CONCEPTO DE GUERRA PREVENTIVA: ¡NO!


Le he estado dando vueltas al tema de si es lícito un ataque preventivo a Corea del Norte. Mi opinión es que no. Permitidme la brevedad en este post para no alargarme, yendo directamente a las conclusiones.

En un planeta en el que las naciones independientes se fueran conformando como una familia humana, habría que arbitrar un mecanismo de derecho internacional, un mecanismo ajeno a intereses particulares, que determinara en qué casos concretos la soberanía de un país no es un absoluto que hay no se pueda traspasar.

Es decir, si la Humanidad fuese una casa de vecinos, hace tiempo que la policía hubiese echado abajo la puerta de un vecino peligroso que acumula dinamita en su piso. ¿Pero se puede echar la puerta abajo cuando detrás de la puerta hay 25 millones de vecinos armados y unidos como un solo hombre? En mi opinión, no.

En un caso así, por muy duro que sea, hay que esperar a que se cometa la agresión para actuar de forma proporcionada. La familia humana debe estar tan preocupada por esos 25 millones de prisioneros como por el mal que pueden hacer a otros hombres libres. No deberíamos evitar un mal a cambio de otro mal superior. Por muy legal que pareciese, para evitar un mal de escala 5 estaríamos cometiendo un mal de escala 20.

Se debe hacer todo lo posible para que ese país de prisioneros respire la libertad, pero la solución no es matarlos ni a todos ni a la mitad ni a una cuarta parte.

Algunos dicen que su líder supremamente gordo sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Eso no es verdad. La cabecita loca de ese ser villano de película no entiende ningún lenguaje, no va a captar ninguna señal. Si se envalentona, no se va a detener ante nada ni ante nadie.

Así que es mejor no iniciar una carnicería. Si algún día hay que hacer algo, se hace; pero con la mayor prudencia, del modo más razonable, sometiéndose a los dictados de la razón. Si la respuesta puede ser limitada, mejor.

Algún día quizá haya que hacer algo. Pero no me arrepentiré, pase lo que pase, de haber esperado hasta el límite máximo de lo que el sentido común dicte. Algún día, a ese Mussolini-Kon-un le puede dar por invadir Corea del Sur totalmente engañado por el mundo de ilusión que le rodea en palacio.

Algún día ese sujeto puede hacerla muy gorda. Si ese día llega y la decisión más razonable es que hay que bombardear en una sola mañana todos los palacios presidenciales, la sede del Estado Mayor y los principales cuarteles militares de esa nación, pues se hace. Pero eso, como con el Adolf Kim Jon Un alemán que sufrimos, debe hacerse con la tranquilidad de que se esperó hasta el máximo posible.

Insisto, siempre es mejor que respondamos ante él con contramedidas limitadas, las estrictamente necesarias. Cuanto menos daño hagamos a un pueblo ciego, encadenado y vampirizado, mejor.

Si hacemos lo que es justo, lo que es lo mejor (tratándose de vidas humanas), podemos estar seguros de que Dios nos ayudará. Y si en algún momento se nos obliga a descargar la espada de la justicia con toda la fuerza posible, lo haremos con toda tranquilidad de conciencia.


P. FORTEA

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