miércoles, 8 de marzo de 2017

MENSAJE DE JESÚS A ISABEL DE ESPAÑA



Israel, aquí está tu Señor y tu Dios.

Cuánto tiempo he esperado estar ante ti como en los tiempos antiguos, abrir tus ojos a la Luz.
Desaparecerá la luz de tus ojos porque elegiste la ceguera. ¡Oh! No habrá salvación fuera de Mí.Los montes hablarán y las montañas retozarán ante el Santo de Israel porque estuve ante ti, vine a ti y despreciaste el Amor de un Dios que sólo quiso tu Salvación. Despreciaste al Santo de los santos porque te prostituiste como las fieras del campo porque en ti no habitaba la luz. ¡Fuera de ti el espíritu de incredulidad, el espíritu de fornicación, el espíritu que habita en los corazones que no distinguen el bien del mal, porque no siguen Mis caminos; están bajo sus instintos día y noche, y no saben descubrir la derecha de la izquierda! Estáis embotados por las cosas de este mundo y no salís de ellas.

¡Oh, Israel! ¡Oh, pueblo Mío! Días de confusión y maldad caerán sobre este viejo mundo y os cubrirán las tinieblas porque elegisteis la sombra y no la luz, el mal y no el bien. Llorarán las parturientas y las que dan el pecho a sus hijos porque ya no habrá más luz ni calma en vuestras vidas.

Os dejáis embaucar por los charlatanes que os ofrecen una vida regalada y llena de bajos instintos, pero os habéis alejado de la luz del Único Dios Verdadero, que ahora te habla, hijo, pero despreciáis Mis Palabras, no tenéis piedad con los que siguen Mis caminos, os burláis de ellos y no hay paz en vuestros corazones, sólo buscáis el vino que emborracha, pero no el que da la Vida.

¡Oh! Las tinieblas se ceñirán sobre este mundo y del cielo caerá la lluvia de fuego que purificará con rigor toda maldad, toda perversidad que ha vertido el enemigo de vuestra salvación.

¡Oh, hijos! Qué lejos estáis de vivir como se requiere en estos momentos, y estáis tan tranquilos aunque veis llover y granizar no hacéis caso y por eso vuestro Salvador ya no tendrá piedad de todo el que le dé la espalda, el que no quiere saber nada de Él; porque, hijos, ya he venido a traer todo lo que ansiabais para vuestra salvación, pero soy despreciado, os burláis de todo lo santo y ya no queréis hacer caso de Mis avisos.

¿Por qué, Israel? ¿Por qué te fuiste detrás de otros dioses?, dioses que no han llenado tu corazón y han vaciado tu vida. Pero está ante ti el Santo de los santos y miras a otro lado, no haces caso de Mis advertencias y te ríes y burlas de Mis profetas.
¿Por qué tanta maldad en tu corazón pervertido y obstinado?
¿Por qué tanto dolor en tu vida? Por seguir tus propios caminos y no los de tu Maestro.

Os aseguro que el fruto de la vid tiene sus días contados y no volveréis a beber de ella como podéis hacer ahora. Porque, ¡ya basta!, tanta maldad y tanta hipocresía en vuestras vidas, en vuestras relaciones. Ya no hay tiempo para más contemplaciones con el que no quiere saber nada de Mí. Mi Padre está asqueado de tanta maldad como el mal está vertiendo en este mundo, creado para el amor y la felicidad de Sus hijos, y vosotros, hijos, seguís tantas veces las insinuaciones y perversiones del enemigo de vuestras almas. ¡No! Ya empieza el tiempo del rigor y sabréis lo que es la Justicia, la Paz y la Misericordia porque no sabéis nada de la Verdad que va a Reinar en este mundo, sólo atisbáis pequeños rayos de luz pero estáis aún muy lejos de vivir y palpar en vuestras vidas y las de vuestros hermanos La Venida del Señor.

No caerá del cielo nada que no haya sido pensado para vuestra Salvación. Todo será en orden a la Redención de este mundo.

Y no hay tiempo para más titubeos. Mis mensajes son paralizados por el mal de este mundo que los persigue con una rabia que no llegáis a conocer, no quiere que Mis Palabras de Salvación y de Amor lleguen a Mis hijos, los están obstaculizando desde Mi propia Iglesia y no tienen piedad con los que los quieren vivir, obstaculizando una y otra vez, a Mis hijos, sus caminos en el seguimiento que Yo les he marcado para prepararse a todo lo que está por venir. Os aseguro que serán juzgados con rigor los que impidan Mis Palabras de Salvación porque el tiempo apremia.

El tiempo de la calamidad está en vuestras puertas y todavía os lo prometéis muy felices porque aún no ha llamado a la vuestra, pero ya está cerca y no habrá tiempo para prepararos, si no empezáis ahora.

Yo os protejo, queridos hijos, del mal y de la serpiente infernal, pero vosotros deberéis poneros a resguardo de un mundo que no conoce Mi Amor, que no conoce Mi Voz, porque ha preferido la vida de las tinieblas.

Yo os hablo por Mi instrumento. Instrumento que he elegido para haceros llegar Mi voz, y que seáis advertidos de la situación que reina, y reinará en este mundo abocado ya al fin de sus días.
¡Cuánto tiempo tendré que deciros que ya no hay tiempo! Pero os reís de Mis palabras, no hacéis caso de Mis advertencias, seguís viviendo como si nada pasara.

No hay lugar para Mí en vuestras vidas. El lugar que merece vuestro Dios está ocupado, ocupado por tantas cosas y personas que no os llevan a Mí, que os alejan de Mí. ¡Fuera de vuestras vidas el pecado y el estar vacíos de la Gracia! ¡Fuera todo lo que no es de Mí! Pues así, ¿cómo podréis avanzar y luchar contra el pecado en este Año de Misericordia?

No gastéis Mi Paciencia con tanta bisutería barata en vuestra vida. No malgastéis el tiempo que os queda. Porque todo un Dios se rebaja hasta ti para hacerte llegar estas palabras de Salvación, y tú te burlas, las ignoras y no las crees. ¿Qué necesitáis para creer en Mis palabras? ¿No os dije que el Espíritu Santo no cesaría de derramar Mis carismas sobre este mundo, en orden a la Salvación de las almas? Entonces, ¿por qué no lo creéis cuando lo tenéis delante?

¡Oh, hijos! El infierno espera con las puertas abiertas a Mis hijos y, ¿qué puede hacer vuestro Dios que no haya hecho ya? Os lo he dado todo: Mi Vida, Me he quedado con vosotros pero este mundo malvado no quiere saber nada de su Dios. Pero temblaréis ante lo que se os viene encima y entonces miraréis al cielo pidiendo, suplicando Mi ayuda y Mi favor. Que Dios os proteja ese día porque el camino que lleváis es un camino de egoísmo y maldad; y eso, hijos, os pasará factura el día que imploréis Mi Misericordia. Porque estuve ante ti y no Me creíste, envié a Mis profetas a las puertas de tu casa y las cerraste. ¿Qué más puedo hacer?

Está todo en la Sagrada Escritura pero no la leéis, no la entendéis, porque estáis ebrios de borrachera de este mundo y no dejáis lugar para el silencio, la meditación, la reflexión, y no encontráis la luz que os hago llegar a través de Mis Sacramentos, porque no los recibís con fe, sino con rutina y desgana.

Un alma que Me busque con sincero corazón y que acuda a la fuente de Mi Gracia es un tesoro difícil de encontrar por vuestro Dios, pero Yo os sigo buscando sin cesar, no Me canso de estar a tu puerta y llamar. Un día te darás cuenta de cuánto sufrí por ti, por tu amor, y reconocerás el Amor que estuvo a tu puerta, que te llamó, que esperó, que estuvo bajo la inclemencia del tiempo por ti, por tu amor, por tu salvación.

El tiempo de rigor está ya cerca de ti; a otros hermanos ya les ha llegado en su vida. Todo termina, todo se acaba.

Déjate seducir por el Amor de Dios que llama a tu corazón.
Déjate amar por Quien día y noche clama al Padre por tu Salvación.
Déjate enseñar por el Único Maestro, el Único guía al que debes abrir tus oídos.

Oh, hijo, ya se acaban Mis avisos. Vendrán días de confusión a este mundo y no sabréis cuál camino elegir para escapar del terror del demonio que se apoderará del trono más sagrado que hay sobre la Tierra.

Yo te aviso, Yo te llamo a poner en paz tu alma Conmigo, con tu Hacedor, tu Salvador, tu Santificador. Hazlo, hijo, y no te lamentarás. Después no llores perdido y sin rumbo buscando a un ministro del Señor para que, en Mi Nombre, perdone tus pecados. No los tendréis tan cerca como ahora. Ellos sufrirán la persecución despiadada de Mi enemigo, el que en el cielo se puso frente a Mí despreciando Mi Santidad, él os perseguirá para quitaros la vida, para haceros desaparecer del mundo, de la faz de la Tierra. Pero Yo cobijo en Mi Corazón a Mis santos sacerdotes, y los protegeré como a Mi Gloria del enemigo infernal. No tengáis miedo, santos de Dios, pues vuestra recompensa será grande un día en el cielo.

Abrid vuestras puertas de par en par al Sol que llega a regir esta Tierra, con la Justicia que no conocéis, pero que será la alegría que enjugará vuestras lágrimas.

No tengáis miedo los que leéis estas palabras, que os hago llegar por Mi querida niña del alma, pues os protejo con la Gracia que llevan.

Acogeos fuertemente a la Cruz.

No os separéis de Mis santos sacerdotes, cuidadlos con vuestra oración y no os alejéis de ellos, porque ellos os llevarán Mi Gracia en los momentos en que no podréis encontrarla por la persecución despiadada, que se ceñirá sobre toda la Tierra.

Hacedme caso, hijos, y os alegraréis un día. No hay tiempo para muchos más avisos, pero sed agradecidos con los que os hago llegar, y con los que siguen Mis caminos ayudando al Rey de los cielos en orden a la Salvación de este mundo.

Ya no tardo, estoy en la puerta, preparad vuestros corazones pues allí Me reuniré con vosotros y os haré llegar Mi Justicia y Mi Piedad. Pero será un día de rigor como no habéis conocido pues la Verdad se abrirá paso en medio de las tinieblas más hostiles, y vuestra vida pasará ante vosotros con la clemencia de vuestro Dios, pero también con la Justicia y el Rigor.

Poneos en camino, ya no hay tiempo, acogeos fuertemente a la Mano de Mi Madre. Ella os espera cada día en vuestro corazón para acompañaros de Mi mano. Haced caso, hijos, y un día os alegraréis de escuchar Mis palabras.

No hay tiempo. Poneos a caminar en orden a Mi Salvación. Dejad ya las cosas caducas, y pensad en las eternas. Un día os dije que vendría a por vosotros, ya ha llegado. Ya llega.

Tened cuidado con los que maldicen Mi Santo Nombre. Alejaos de ellos, pues el espíritu de Satanás vive en ellos, y busca vuestra perdición. Alejaos de los que os instan a seguir caminos contrarios a Mis Mandamientos, pues están puestos por Satanás para la perdición de vuestras almas. Huid de ellos.

Yo os aviso, hijos, abrid vuestras vidas y vuestro corazón a la Voz de Dios. Yo, Jesús, os hablo y estoy con vosotros hasta el fin del mundo. Porque, hijos, Mi Corazón está sediento de vuestro amor. Consolad a vuestro Dios y Salvador. Amad al Redentor. Dadme de beber, porque estoy sediento de vuestro amor.

Adiós, hijos, os espero en Mis Sacramentos, que os hago llegar por Mis sacerdotes santos.
Estoy con vosotros; no Me alejo de vosotros; no os alejéis de Mí. Vendrán días de rigor y desolación a vuestras vidas, pero Yo, Jesús, estoy con vosotros, y os defenderé por Mi Gloria. Porque sois Míos, hijos, sois Míos; os compré al precio de Mi Sangre. Sois valiosos para Mí, como un pequeño niño recién nacido es valioso para su amada madre; nada ni nadie podría separarla de su querido niño. Fiaros de Mí; nada ni nadie os arrebatará de Mi mano, si vosotros no os separáis de Mi Gracia, de Mis Mandamientos, de la Ley del Amor. Amén. Amén.

Vuelvo. Estad preparados con las lámparas encendidas, en vela. Custodiad vuestra alma del enemigo infernal; no le dejéis entrar en vuestra vida. Proteged el tesoro de la Gracia, que lleváis en vosotros.

La oscuridad y el resplandor están cerca. Entended, hijos, entended y leed las Sagradas Escrituras.

Nota: El director espiritual de Isabel escribe lo siguiente:

"Conviene tener presente que las citas bíblicas que van a pie de página no forman parte del mensaje, sino que son un añadido posterior: son sólo ilustrativas e indican una concordancia textual entre el mensaje y las mismas. Pero no se pretende demostrar o interpretar la Palabra de Dios a la luz del mensaje.

Al poner a disposición estos mensajes de todo el que quiera conocerlos se hace con la confianza de que un día gocen de alguna aprobación eclesiástica y en el sometimiento al juicio de la autoridad de la Iglesia en cuanto a su origen sobrenatural, pero con la persuasión de que no contienen nada que vaya en contra ni del dogma, ni de la moral de la Iglesia. De momento están acogidos al decreto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (AAS, 58, nº 16, de 29-12-1966) aprobado por el Beato Pablo VI permitiendo la publicación de escritos de esta índole. Ojalá contribuyan a la nueva evangelización que el Papa Francisco nos propone incansablemente." http://elpastorsupremo.es/

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