sábado, 3 de diciembre de 2016

EL PAPA AVISA DE UN MUNDO “MARCADO POR GRANDES INQUIETUDES” Y PIDE RECONOCER EL MAL


VATICANO, 03 Dic. 16 / 06:26 am (ACI).- Al recibir en el Vaticano a los participantes en el encuentro “Fortune-Time Global Forum” sobre el tema “El desafío del siglo 21: crear un nuevo pacto social”, el Papa Francisco afirmó que es verdad “la necesidad urgente de modelos económicos más inclusivos y económicos” y afirmó que el mundo está inmerso en inquietudes.
“Cuando reconocemos finalmente el mal en medio de nosotros podemos buscar sanarlo aplicando la atención adecuada”, aseguró.
El Pontífice explicó que “nuestro mundo está hoy marcado por grandes inquietudes”. “La desigualdad entre los pueblos continúa creciendo y muchas comunidades son golpeadas directamente por la guerra y la pobreza o la huida forzada de los inmigrantes y los prófugos”, dijo también.
Francisco pidió entonces “nuevas ideas concretas y una acción eficaz que beneficiará a todos y comenzará a responder a las cuestiones apremiantes de nuestro tiempo”.
Hablando de poner la dignidad de persona en el centro de las instituciones y modelos económicos, Francisco invitó a prestar también atención a "la plaga de los pobres y de los refugiados, que a menudo son olvidados por la sociedad”. “Cuando ignoramos el grito de tantos de nuestros hermanos y hermanas en cada parte del mundo no solo les negamos los derechos y valores que han recibido de Dios, sino también rechazamos su sabiduría e impedimos que sean ofrecidos al mundo sus talentos, sus tradiciones y sus culturas”. Y esto “acrecienta el sufrimiento de los pobres y de los marginados, y nosotros mismos nos convertimos en más pobres, no solo materialmente, sino moral y espiritualmente”, añadió.
Pero además para lograr todo esto “se requiere un cambio de corazón que otorga el primado a las más profundas expresiones de nuestra común humanidad, de nuestras culturas, de nuestras convicciones religiosas y de nuestras tradiciones”.
Esto implica también “el bien común de la humanidad, el derecho de cada persona de tener parte en los recursos de este mundo y de tener la misma oportunidad de realizar sus propias potencialidades, que en última instancia se basan en la dignidad de hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza”.
En definitiva, “nuestro gran desafío es responder a los niveles globales de injusticia promoviendo un sentido de responsabilidad local, así como personal, de modo que ninguno sea excluido de la participación social”.
“La renovación, la purificación y el refuerzo de sólidos modelos económicos depende de nuestra conversión personal y generosidad hacia los necesitados”. 

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