lunes, 29 de agosto de 2016

EL ÚLTIMO PROFETA


"Es que Herodes, por causa de Herodías, había mandado apresar a Juan y le había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Felipe, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella. Y Juan le había dicho a Herodes: “No puedes tener por tuya a la mujer de tu hermano.”
Herodías odiaba a Juan y quería matarlo; pero no podía, porque Herodes le temía y le protegía sabiendo que era un hombre justo y santo; y aun cuando al oirle se quedaba perplejo, le escuchaba de buena gana. Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea. La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y tanto gustó el baile a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:
– Pídeme lo que quieras y yo te lo daré.
Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuese la mitad del país que él gobernaba. Ella salió y preguntó a su madre:
– ¿Qué puedo pedir?
Le contestó:
– Pide la cabeza de Juan el Bautista.
La muchacha entró de prisa donde estaba el rey y le dijo:
– Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
El rey se disgustó mucho, pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, no quiso negarle lo que pedía. Así que envió en seguida a un soldado con la orden de traerle la cabeza de Juan. Fue el soldado a la cárcel, le cortó la cabeza a Juan y la puso en una bandeja. Se la dio a la muchacha y ella se la entregó a su madre.
Cuando los seguidores de Juan lo supieron, tomaron el cuerpo y lo pusieron en una tumba."

Juan fue el último profeta. Y como todos los profetas acabó mal. Fue el último profeta bíblico, porque siguen habiendo profetas en nuestro tiempo. Y también suele acaban mal, o, por lo menos, son perseguidos por las autoridades. El profeta suele atraer a la gente sencilla, pero es rechazado y odiado por los poderosos. No les gusta oír las verdades que dice. Juan anunció a Jesús. Predicó la conversión y dijo que había que preparar los caminos al Señor. Esto no le gustaba a Herodes, que como todos los dictadores, de derechas y de izquierdas, acaban eliminando todo lo que no les gusta. La promesa hecha a una muchacha por su baile, fue la excusa para eliminar a Juan. ¿Qué excusas nos inventamos nosotros para eliminar a los profetas de hoy?
  

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