miércoles, 4 de julio de 2012

LA PIEDRA Y EL ESCÁNDALO


Benedicto XVI, en la Santa Misa con los nuevos arzobispos metropolitanos, del pasado 29 de junio, hablo en su homilía de un tema muy interesante: la fragilidad y la fortaleza del papado. A continuación comparto con ustedes unos pasajes que seguro que les harán reflexionar:

“En el pasaje del Evangelio de san Mateo que hemos escuchado hace poco, Pedro hace la propia confesión de fe a Jesús reconociéndolo como Mesías e Hijo de Dios; la hace también en nombre de los otros apóstoles. Como respuesta, el Señor le revela la misión que desea confiarle, la de ser la “piedra”, la “roca”, el fundamento visible sobre el que está construido todo el edificio espiritual de la Iglesia Pero ¿de qué manera Pedro es la roca? ¿Cómo debe cumplir esta prerrogativa, que naturalmente no ha recibido para sí mismo? El relato del evangelista Mateo nos dice en primer lugar que el reconocimiento de la identidad de Jesús pronunciado por Simón en nombre de los Doce no proviene ´de la carne y de la sangre´, es decir, de su capacidad humana, sino de una particular revelación de Dios Padre. En cambio, inmediatamente después, cuando Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección, Simón Pedro reacciona precisamente a partir de la “carne y sangre”: Él “se puso a increparlo: … Señor eso no puede pasarte” Y Jesús, a su vez, le replicó: “Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo”. El discípulo que, por un don de Dios, puede llegar a ser roca firme, se manifiesta en su debilidad humana como lo que es: una piedra en el camino, una piedra con la que se puede tropezar”

Es evidente que el Papa es un ser humano con toda la carga de fragilidad que conlleva. En estos tiempos estamos viendo como se acosa al Papa y a la Iglesia desde muy diversos frentes. Seguramente muchos pensarán que desacreditando la Papa se consigue confundir a muchos católicos y no van descaminados. Muchas personas recogen únicamente las referencias que se hacen desde los medios generalistas que tienen una especial pugna con la Iglesia. Son los clichés de siempre lo que continuamente nos echan encima. Son los prejuicios que necesitan de valentía para ser vencidos. Ya nos dijo Cristo que la Verdad nos hace libres, pero la Verdad necesita ser aceptada en nuestros corazones antes de liberarnos.

El papado es frágil, porque el ser humano es frágil. Pero es frágil en el sentido de que puede ser desacreditado con facilidad. Los católicos que conocemos qué sentido tiene la figura del Santo Padre, sabemos que los cantos de sirena son sólo eso, melodías enfocadas a atraer a quienes le prestan oídos. Cantos que realimentas los prejuicios que alejan a tantas personas de la Iglesia.

Pero el papado también es fuerte. Es la Piedra que se apoya en Cristo para que prevalezca a la maldad de la sociedad. ¿En qué sentido es firme el papado? En su capacidad de ser símbolo de Cristo en la tierra y en la función de guía que tiene para todos nosotros. Esto no cambia por muchos Vatileaks o complots se pongan en práctica.

Pero hay que ser consciente que la misma Roca puede conformarse en piedra que el enemigo utiliza para hacernos tropezar en nuestro camino. Es el escalón que no vemos y nos hace tropezar si desconocemos su existencia. Por eso es tan importante conocer el sentido de Primado de Pedro más allá de las maniobras de descrédito que se ciernen sobre la Iglesia.

“Así se manifiesta la tensión que existe entre el don que proviene del Señor y la capacidad humana; y en esta escena entre Jesús y Simón Pedro vemos de alguna manera anticipado el drama de la historia del mismo papado, que se caracteriza por la coexistencia de estos dos elementos: por una parte, gracias a la luz y la fuerza que viene de lo alto, el papado constituye el fundamento de la Iglesia peregrina en el tiempo; por otra, emergen también, a lo largo de los siglos, la debilidad de los hombres, que sólo la apertura a la acción de Dios puede transformar”.

Cuando nos echen en cara los “escándalos” del Vaticano, pensemos que la palabra escándalo proviene de la voz griega “skandalon”: piedra de tropiezo. Comuniquemos a quien nos intenta retar que es necesario separar la Piedra de las debilidades humanas que le rodean. Mostremos la luz que emana de la Iglesia y la fuerza que nos hace seguir adelante siglo tras siglo.

Sepamos también capaces de comunicar que las limitaciones y traiciones que todos cometemos sólo pueden ser transformadas por la Gracia de Dios. Esta es la única manera de hacer mejor la Iglesia: siendo cada vez mejores los que la conformamos.

“En el Evangelio de hoy emerge con fuerza la clara promesa de Jesús: ´el poder del infierno´, es decir las fuerzas del mal, no prevalecerán (...) Pedro ha de ser protegido de las ´puertas del infierno´ del poder destructor del mal (...) Es confortado con respecto al futuro de la Iglesia, de la nueva comunidad fundada por Jesucristo y que se extiende a todas las épocas, más allá de la existencia personal del mismo Pedro”.

Oremos por el Papa y sus intenciones.

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