viernes, 6 de julio de 2012

GARABATOS – PEQUEÑAS HISTORIAS


ESTÁS NERVIOSO PORQUE NO SABES DÓNDE HAS DEJADO LAS LLAVES?
Solución barata: Levántate y encuéntralas.

Solución verdadera: Ponte en contacto con tus propios sentimientos, enfréntate con tu nerviosismo, admítelo, acéptalo, abrázalo hasta que te calmes y vuelvas a sentir paz. Luego sí, levántate, busca y recobra tus llaves. A fin de cuentas, también las vas a necesitar.

UNA VEZ UN PÁRROCO LES ESTABA PREDICANDO UN SERMÓN DE INFIERNO A SUS FELIGRESES CON RAYOS Y CENTELLAS.

-Todos vosotros moriréis, y cada uno de los miembros de esta parroquia habrá de presentarse un día ante el Juez Eterno a dar cuenta de todo lo que ha hecho en su vida con todos sus pecados, y someterse al castigo que el Justo Juez le imponga. Atemorizaos y temblad!

Mientras los fieles temblaban al unísono, alguien se hecho a reír desde el centro mismo de la Iglesia. El párroco le increpó desde el púlpito:

 -Estás loco, qué te ríes. Eres el único que no se da cuenta de lo serio de la situación?

A lo cual el buen hombre contestó:

-Es que yo no soy de esta parroquia.

-Pues ya lo sabéis. Aquí todos somos de la misma parroquia.

UNA HISTORIA CON SEGUNDAS INTENCIONES.

Un señor iba todos los días a comprar el periódico a un puesto cercano a su casa, pero cuyo dueño era tan arisco que, al venderle el periódico, le insultaba y se reia de él a diario. Un amigo de aquel señor lo notó y le dijo:

-Por qué te empeñas en comprarle todos los días el periódico a ese vendedor que tan mal te trata? A la misma distancia tienes otro puesto cuyo dueño es muy amable y tendrá sumo gusto en proporcionarte todos los días el periódico sin que tengas que someterte a los insultos de ese loco.

A lo que la victima de los insultos contestó:

-Y por qué ha de ser ese señor, que según tú me insulta, quien decida dónde he de comprar yo el periódico?

Nota: Entiendes?

A VECES LA MEJOR MANERA DE DECIR LA VERDAD ES CON UNA MENTIRA.

Una vez, un hombre estaba a punto de morir, y en sus últimos momentos expresó el deseo de ver a su único hijo antes de fallecer. Buscaron al hijo, lo encontraron y lo llevaron al lado del moribundo, que había perdido la facultad de ver y hablar, pero aun podía oír y sentir. El hijo entró y llegó a su lado, pero, al verle la cara de cerca, cayó en cuenta de que el moribundo no era su padre. Alguien se había equivocado, y no había ya tiempo para emprender otra búsqueda. Qué hacer en estas circunstancias? El supuesto hijo reaccionó rápidamente, tomó la mano del moribundo entre las suyas, se inclinó con cariño y le dijo al oído:

-Padre, he llegado… soy tu hijo. Aquí me tienes a tu lado.

Una sonrisa de felicidad iluminó el rostro del moribundo, y en paz murió con su mano aun cogida a la de su supuesto hijo.

Nota: Fue eso una verdad o una mentira?

UN PASTOR APACENTABA SU REBAÑO EN LE CAMPO CUANDO UN FORASTERO SE ACERCÓ Y COMENZÓ A HACERLE PREGUNTAS SOBRE LAS OVEJAS.

-Dime – le preguntó – cuánto andan tus ovejas en un día aproximadamente.

El pastor contestó:

-Se refiere a las blancas o a las negras?

-Digamos las blancas.

-Unos cuantos kilómetros.

El forastero volvió a preguntar:

-Y las negras?

-Unos cuantos kilómetros.

El forastero volvió a preguntar:

-Y cuánto comen?

-Se refiere usted a las blanca o a las negras?

- A las blancas.

-Como tres kilos.

-Y las negras?

-Tres kilos.

El forastero empezaba a escamarse, pero siguió preguntando:

-Y, cuánta lana dan sus ovejas?

Al pastor no se le olvidó precisar una vez más:

- Las blanca o a las negras?

- Veamos las blancas primero.

-Cinco medidas al año, señor.

-Y las negras?

-Cinco medidas.

Con esto se acabó la paciencia del forastero, que exclamó con justificada indignación y sorpresa:

-Es que usted me está tomando el pelo o qué? Yo te hago las preguntas bien claras y directas sobre tus ovejas, y tú cada vez me haces decir que “a ver si es de las blancas o las negras; y cuando te pregunto por separado, me das siempre exactamente las misma respuesta para las unas como para las otras. Dime de una vez: Hay alguna diferencia entre las blancas y las negras o no?

-Claro que sí, señor – contestó el pastor con la serena sonrisa de la sabiduría campesina en los labios – Las ovejas blancas son mías.

-Y las negras? – preguntó el forastero para satisfacer una ultima curiosidad.

El pastor, sin perder la sonrisa, contestó:

-Las negras también son mías, señor.

Nota: Y tú… cuántas  veces hubieses preguntado?

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE ES… SU NARIZ

La respiración consciente, el fijarse al inhalar y exhalar el aire, el ponerse a tono con los ritmos del cuerpo… gran secreto de paz interior.

 SAN IGNACIO DICE: Al comer, pensad en Jesús.

EL ZEN DICE: Al comer, pensad en el comer.

Son estos enfoque tan distintos? No es Jesús nuestro alimento? No es toda comida símbolo de la Eucaristía? No está Dios presente en todo lo que comemos? No es cada acto nuestro un acto de fe?

Nota: Has lo que haces, y come cuando comes. “Jesús está contigo”

CADA VEZ QUE TE QUEJAS DE ALGUIEN ESTÁS DICIENDO QUE TÚ ERES MEJOR QUE ÉL.

EL DÍA QUE DIGAS, ESTOY LOCO YO… O ESTÁN LOCOS TODOS LOS DEMÁS? ESE DÍA HA COMENZADO TU SALVACIÓN

SABEIS LA HISTORIA DE LA BODA DE LOS ITALIANOS?

La pareja andaba en busca de un lugar para la fiesta después de la ceremonia religiosa, y, al no conseguir  ningún salón y temer un festejo al aire libre, porque podía llover, le pidieron al párroco que les dejara tener la fiesta en la Iglesia misma después de la celebración de la Misa y el Sacramento del matrimonio. El párroco accedió al final, después de muchos ruegos, pues tenía sus dudas y sus miedos; y puso una condición indispensable que ni se bebiera ni se bailara en la Iglesia.

Los novios prometieron eso alegremente… y alegremente se olvidaron de ello. Cómo puede concebirse una boda en Italia sin música y sin baile?

El párroco oyó el barullo y fue a pararlo inmediatamente, pero antes llamó al Vicario para que le ayudase a echar fuera de la Iglesia a los del festejo. El Vicario le hizo reflexionar:

-“Piense usted en Cana de Galilea. No era esa una boda con buen vino y, sin duda, buen baile, en presencia de Jesús y María?

-Sí – contestó el recio párroco – pero ahí no tenían el Santísimo Sacramento.

Nota: Hay que tener ojos para ver a Jesús.

LA HISTORIA DEL PACIENTE Y EL TERAPEUTA

EL PACIENTE: Tengo una depresión.

EL TERAPEUTA: De modo que tiene una depresión.

EL PACIENTE: De hecho estoy pensando en suicidarme.

EL TERAPEUTA: Creo oírle decir que está pensando en suicidarse.

EL PACIENTE: Sí, en efecto, estoy pensando en tírame por la ventana ahora mismo.

EL TERAPEUTA: Sí, le entiendo bien, dice que usted ésta pensando en tirarse por la ventana.

El paciente a la ventana y se tira: PLAF!

El terapeuta se asoma a la ventana y repite: PLAF!

Acaba la entrevista.

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