domingo, 4 de marzo de 2012

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


DADO EN ROMA, ITALIA 29 DE FEBRERO DEL 2012

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

CAMINANDO Y PEREGRINANDO, ESCULPIENDO A MIS HIJOS CON AMOR Y VERDAD CON DULZURA Y PERSEVERANCIA, CON AMONESTACIÓN Y REALIDAD. ASÍ CONTINÚO, SIENDO PEREGRINA DE AMOR, SIN QUE ME CONOZCAN, NI SEA ESCUCHADA.

Hijos, son autómatas de las innovaciones, se han entregado pasivamente para que les posean
la mente. La inspiración no existe sino en pocas creaturas, y éstas son miradas como extrañas. Es el instante en que la humanidad no piensa sino imita a aquellos a los que por su propia conveniencia les llevan por lo mundano.

Esperan al anticristo, y convive en el mundo tomando el Tesoro de Mi Hijo: la humanidad,
tentándoles con lo placentero y fácil, controlándoles por medios tecnológicos que les facilitan la vida.

EL MICROCHIP ES LA CULMINACIÓN DEL GRAN ENSAYO QUE LOS PODEROSOS HAN
LLEVADO A CABO PARA CONTROLAR TODO PASO DEL SER HUMANO, con medios que les hacen fácil la vida, tales como tarjetas de crédito y demás, sin ser conscientes de que el arrogante y poderoso mundo de lo pasajero y superfluo ha tomado posesión de todos. Sólo falta el instante de la presentación formal de aquel que llevará a Mis hijos a padecer como jamás el hombre ha padecido.

BABEL HA SIDO CONSTRUIDA TENIENDO COMO BASE A SODOMA Y COMO CULMEN A GOMORRA.

¿Qué será de los Míos en medio de tanta maldad y desenfreno, conviviendo con la tentación?

SOLAMENTE DESLIGÁNDOSE DE LO MUNDANO Y PECAMINOSO, CRECIENDO EN EL ESPÍRITU Y AUMENTANDO LA FE, MEDIANTE LA PRÁCTICA DEL EVANGELIO, SIENDO AUTÉNTICOS, VERDADEROS Y AMADORES DEL ESPÍRITU SANTO, SÓLO ASÍ ESTARÁN PREPARADOS.

Los días serán más cortos para que Mi Hijo se apresure a recoger la cosecha.

La Tierra se une a la renovación total de este ciclo, develando sus capas internas para
mostrarse nueva.

Mi Hijo es Misericordia pero no es un Dios que se roza con el pecado, el cual será expulsado de la faz de la Tierra. Mantengo junto a Mí a Mis Legiones Angélicas, las que Mi Hijo me ha confiado para que protejan y resguarden al hombre y le auxilien en medio de las caídas.

Es el instante de la oración y de la práctica de las verdades del Evangelio.

Es el instante de los hijos del Rey, de los que no temen y de los que esperan, de los que viven cada amanecer con lo portentoso del Cielo, en donde el sol luce penetrándolo todo, y la tierra impaciente desea renovarse.

Oren por Méjico, éste Mi Pueblo lamentará en gran medida.

Oren por Libia, sufrirá.

Oren por Ecuador, vivirá tensión.

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