miércoles, 15 de junio de 2011

AVISO IMPORTANTE: DIOS ES AMOR



Al echarle un vistazo a los principales blogs católicos, me parece que algunos autores, han optado por encerrar a Dios en una especie de código o reglamento, como si la fe, lejos de ser una experiencia, fuera algo rígido y equiparable a una obligación heredada por la tradición familiar.

Una cosa es defender el magisterio de la Iglesia, lo cual, desde luego, es un punto que no se puede pasar por alto, y otra, muy distinta, es confundir el sentido del evangelio, haciendo de Dios, un juez malhumorado, que tiene como principal objetivo, censurar y castigar. No se trata de caer en el relativismo o en la anarquía, tomando lo que nos gusta y dejando lo que nos disgusta, sino de recordar que el encuentro con el Dios vivo, parte del amor y no de un falso moralismo. Actualmente, muchos catequistas, están más preocupados por hacer que los niños memoricen las oraciones, que por ayudarlos a encontrarse con Jesús, para que lo tomen como el amigo que es en realidad.

Dios es amor (Cfr. 1 Jn 4:8), porque además de habernos creado, dando origen al universo, dio su vida por nosotros en la cruz, mostrándonos un nuevo camino orientado hacia la verdadera felicidad, es decir, aquella que se construye con entusiasmo y perseverancia. Dios, entendámoslo bien, no es algo, sino alguien, no es una idea, sino una experiencia llena de sorpresas. Cristo no vino al mundo, para destruirlo, condenando la humanidad del ser humano, sino para renovarlo, poniendo sobre la mesa, lo verdaderamente significativo y trascendente. Dios nos formó en el amor, porque de ahí surge la salvación.

Las discusiones, a menudo, exageradas, entre conservadores y progresistas, han llevado a un olvido paulatino del amor de Cristo, porque se preocupan más por las formas, que por el fondo, saturando y confundiendo a los cristianos de calle. El Papa Benedicto XVI, a través de su primer encíclica, titulada, Deus caritas est (Dios es amor), ha querido recordar cuál es la base, es decir, la piedra angular, sobre la que descansa la fe cristiana, pues fuera del amor, no se puede comprender el significado de la Palabra de Dios. Jesús camina a nuestro lado, formándonos en su mismo espíritu, porque nos ama sin ninguna medida o limitación. Tan es así, que fue capaz de llegar al despojo total, a partir de su entrega amorosa en la cruz.

Sólo quien ama, puede ser fiel. Es por esto, que para seguir a Cristo hasta las últimas consecuencias, tenemos que conocerlo, a partir del amor, es decir, más allá de las ideas y de los esquemas rígidos, uniéndonos a su voluntad. No busquemos a Cristo en los imposibles, sino en nosotros mismos, en comunión con toda la Iglesia. Dejemos a un lado, todo lo que nos separa de él, para poder ser fieles hasta el final. Que nuestra vida, le recuerde al mundo, que Dios, antes que cualquier otra cosa, es amor.

Carlos J. Díaz Rodríguez

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