DAREL E. PAUL LO ANALIZA EN «EL FRACASO DEL NATALISMO FEMINISTA»; SE NECESITA UNA VISIÓN PROFAMILIA
Feministas chilenas cantan El Violador eres Tú en
2019... pero sus vendas pueden expresar su ceguera a la realidad
Con el manifiesto de 2004 del
parlamentario británico David Willetts y su incendiaria sentencia de que "el feminismo es el nuevo natalismo" surgió una corriente, la del "feminismo natalista" o el "feminismo de la fecundidad".
Un postulado transversal que
ligaba el incremento de la natalidad a la desaparición del
hipotético "patriarcado", de modo que solo con la
incorporación masiva de la mujer al trabajo o la desaparición de los llamados "roles tradicionales de género" se
podría revertir la extendida pirámide de población invertida y el invierno
demográfico.
Los países nórdicos, Finlandia,
Suecia o Noruega, son frecuentemente enmarcados en esta tendencia feminista por
sus propuestas de conciliación laboral, fomento
de la natalidad y división de responsabilidades.
En Finlandia,
por cada hijo se ofrecen hasta 320 días de permiso a repartir entre el padre y
la madre -además de 40 días a la madre antes del parto-, manteniendo el sueldo
al 100% hasta los tres primeros meses de vida. Según declaró un padre español
residente en Finlandia a COPE, el
ejecutivo también ofrece una asignación por hijo, dan alrededor de 90 euros al
mes hasta que cumpla 18 años y con el segundo hijo se incrementa.
En Suecia hay
18 meses de baja. Por su parte, el gobierno de Noruega da hasta 3.600 euros por nacimiento, con una
baja de 49 semanas -19 de ellas a escoger entre padre y madre- y si la madre no
quiere trabajar en su segundo año de vida, recibe hasta 700 euros mensuales
para cuidados.
Tanto es así que en su
estudio La revolución de género, Frances
Goldscheider, Eva Bernhardt y Trude Lappegård prometían en 2015 grandes
resultados para la Suecia "extraordinariamente igualitaria" de
los "valores más progresistas".
El relato oficial es que Suecia
es el vivo ejemplo de la compatibilidad entre el igualitarismo de género y el
fortalecimiento de la familia. Su revolución de género, una
legión de hombres feministas y un Estado con ayudas a espuertas para madres embarazadas parecían
estar cerca de lograr la deseada tasa de reemplazo generacional.
Sin embargo, en un reciente
artículo publicado en Compact,
el investigador y profesor de Ciencia política Darel E. Paul preconizaba El fracaso del natalismo feminista: según sus cálculos, los nacimientos previstos para
2023 en Suecia se encuentran en su nivel más bajo en dos décadas y la
tasa de fertilidad apunta a mínimos históricos, probablemente por
debajo de 1,5 hijos por mujer.
Según sus datos, el número de nacimientos en Suecia ha disminuido más del 12% y la tasa de
fertilidad ha caído casi un 14% desde
2021. El futuro no es alentador. Las posibilidades de que las mujeres suecas
alcancen una recuperación de la fertilidad a finales de la década de 2020 son,
según Paul, "remotas".
Suecia no es el único país
con mal pronóstico. De hecho, los otros dos socios del "paraíso"
de la maternidad feminista, Noruega o Finlandia, asisten igualmente a
una disminución en las tasas de fertilidad y de nuevas familias.
"Especialmente
preocupantes" son las cifras en "en todo Europa", pero especialmente en Francia,
Italia o España, donde el investigador habla de "desastre".
Según los datos recogidos por el investigador
relativos a la natalidad europea de 2023:
·
En República Checa los nacimientos caerán un 11% respecto al
año anterior y un 19% desde 2021.
·
En Polonia,
los nacimientos podrían disminuir en más de un 10% respecto a 2022 y casi un
18% desde 2021.
·
Los nacimientos en Alemania caerán más
del 7% después de un 2022 igualmente sombrío.
·
En Finlandia los nacimientos caerán en un 13%, seguido
del 10% en Dinamarca o el 9% en Países Bajos.
·
En Francia, se prevé un descenso del 7% desde 2022 y del 9%
desde 2021.
Un gráfico de Newtral muestra la
evolución de la tasa de fertilidad en los países europeos desde 2001 a 2021.
Según estos datos, ninguno alcanza los 2,1 hijos por mujer necesarios
para el remplazo generacional (la perpetuación de una sociedad de padres a
hijos). También refleja el retroceso y fracaso del feminismo natalista
nórdico.
FEMINISMO
Y PATRIARCADO YA NO SON VIABLES: "TENDRÁN QUE SER CREATIVOS"
Para el investigador, el futuro
no es alentador porque revertir las políticas actuales
no es viable en el corto plazo, tras una generación educada en "la creencia en el poder del igualitarismo de
género, del doble sueldo y el doble cuidado".
Habiendo renunciado al modelo del
hombre como sostén de la familia desde hace décadas y promovido el
igualitarismo de género durante el mismo tiempo, "regresar
al patriarcado no es un modelo viable", pero según los datos de la
última década, "el feminismo tampoco es ya un modelo viable".
La afirmación del investigador no
da lugar a dudas: las explicaciones económicas o
sociales no son suficientes para explicar la caída de la natalidad, sino que
deben añadirse otras de corte "psicológico, biológico y ambiental".
"Los
formuladores de políticas en los países occidentales tendrán que ser mucho más
creativos si esperan evitar el fracaso de la función social más
básica, la reproducción de la próxima generación", concluye Paul.
EXPLICACIONES
QUE TRASCIENDEN LO POLÍTICO
El veterano de Mercatornet, Louis T. March, se ha hecho eco de otras
reflexiones que expliquen la caída de la natalidad y el fracaso
del "feminismo natalista", como
la demógrafa Anna Rotkirch, convencida de que "sea lo que sea lo que ocurre en países como
Finlandia, no está impulsado por la economía o las políticas familiares",
sino que se trata de "algo
cultural, psicológico, biológico, cognitivo".
Ross Douthat, columnista del New York Times,
profundiza en una explicación de corte moral y trascendental. Especialmente en
una sociedad que fomenta la formación de la familia
"como una opción entre muchas" o en la que se ha
asumido que la responsabilidad o la estabilidad material justifican el retraso
a la hora de tener hijos o de familias de tamaño reducido.
LA
VÍA ESPAÑOLA: MÁS INMIGRACIÓN Y FEMINISMO Y MENOS NATALIDAD
Lo descrito por los especialistas
es sin lugar a dudas un problema fundamentalmente
demográfico: hay pocos
nacimientos -menos que defunciones-, la esperanza de vida es cada vez mayor, la
población envejece y el leve crecimiento demográfico es posible, según el
Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones "gracias a un saldo migratorio positivo" en el que
las entradas superan a las salidas.
El caso español es especialmente
sangrante: según los datos del Instituto Nacional
de Estadística, los 322.075 nacimientos de 2023 -6.629
menos que en 2022- representan la cifra más baja desde que se recogen los
datos en 1941, gravemente mermada porque el aborto en España elimina
90.000 vidas humanas cada año.
Por eso es llamativo que los
diversos ministerios aporten medidas centradas exclusivamente en la "cohesión territorial, la sostenibilidad
ambiental y la habitabilidad humana", siendo difícil
encontrar propuestas relativas a la natalidad o la familia.
Así, la primera propuesta
del Ministerio de Trabajo,
Migraciones y Seguridad Social es
el fomento de "la igualdad de mujeres y
hombres en el mercado de trabajo y en el sistema de protección social".
En el caso del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico,
la principal herramienta para abordar dicho reto es su plan de recuperación
y 130 medidas frente al reto demográfico.
Un documento que en 130 páginas desglosando las
vías de enfrentar un problema fundamentalmente demográfico, menciona:
·
74 veces la palabra mujer
·
7 veces al empoderamiento de
la mujer
·
1 vez la palabra hijos
·
1 vez la palabra familia
·
Y en ninguna ocasión menciona las palabras matrimonio, pareja, fertilidad o natalidad
LOS
MINISTERIOS QUIEREN SOLVENTARLO "EMPODERANDO" A LA MUJER
Dicho plan consta de diez ejes de
actuación, uno de ellos dedicado por entero a la "igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres" como vía para enfrentar la crisis
demográfica y de natalidad. A través de este eje, se lee en el documento,
se pretende "impulsar el empoderamiento de las
mujeres, asegurar la equidad en políticas de igualdad o garantizar la máxima
seguridad y atención a las víctimas de violencia contra las mujeres".
Cuando en el buscador del Ministerio del reto demográfico se
introduce la palabra "familia" en
búsqueda del papel de la unidad social básica para enfrentar la cuestión
demográfica, los pocos resultados que arroja son relativos al ecoturismo y a
una serie, La familia sostenible, con 47 capítulos enmarcados en los Objetivos de
Desarrollo Sostenible 2030 según la Asociación para las
Naciones Unidas en España. Nuevamente no se encuentra ninguna referencia a la natalidad.
Por su parte, el Ministerio de Igualdad continúa
profundizando en la vía del "fracaso
del natalismo feminista" descrito por Darel E. Paul
tendente hacia "el reparto de tareas"
con la creación de aplicaciones como
"Te toca", que comparan lo
que trabaja en casa un hombre y una mujer. "No se
encuentran resultados" para la palabra natalidad, pero sí varias páginas para el
término derechos sexuales.
El de la "colaboración"
entre hombre y mujer es un discurso muy difundido, aunque endeble según
los argumentos y datos expuestos por Paul.
La igualdad de
género y el feminismo, dirían sus defensoras, "no es enemiga de la
natalidad, todo lo
contrario": si las mujeres tienen menos hijos, no se debe a su
incorporación masiva al mercado laboral, a los anticonceptivos o al aborto sino
a un "sistema desigual" en la responsabilidad exclusiva de su
cuidado. "Si la carga de los hijos no reposara exclusivamente sobre
nosotras, las mujeres que lo desean tendrían incentivos para tener más
hijos", aseguran algunas
feministas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario