miércoles, 13 de marzo de 2024

LA SOBERBIA: EL VICIO QUE NOS ALEJA DE DIOS Y DE LOS DEMÁS

 La soberbia es un vicio que nos desafía como cristianos

Por: Redacción | Fuente: Catholic.net

La soberbia es uno de los vicios más peligrosos y destructivos que puede afectar al ser humano. Se trata de una actitud que nos hace creer que somos superiores a los demás, que merecemos más reconocimiento y admiración, que podemos prescindir de Dios y de su gracia. La soberbia nos lleva a despreciar a los demás, a no reconocer nuestros errores, a no pedir perdón, a no agradecer, a no servir, a no amar.

LA SOBERBIA COMO RAÍZ DE TODO MAL

La soberbia no es un vicio cualquiera, sino que es la raíz de todo mal. Así lo enseñó Jesús, cuando enumeró los vicios que salen del corazón del hombre y lo contaminan (cf. Mc 7,22). Entre ellos, mencionó la soberbia, que es la que los engendra y los alimenta. La soberbia es la que nos hace pensar que somos más que Dios, que podemos juzgarlo y desobedecerlo, que podemos vivir sin él. La soberbia es la que nos hace pensar que somos más que los demás, que podemos usarlos y abusar de ellos, que podemos vivir sin ellos.

 LA SOBERBIA COMO PECADO ORIGINAL

La soberbia no es un vicio nuevo, sino que es el pecado original, el que cometieron nuestros primeros padres, Adán y Eva, en el paraíso. Ellos cayeron en la tentación de la serpiente, que les prometió que serían como dioses si comían del fruto prohibido (cf. Gen 3,5). Ellos quisieron ser más de lo que eran, quisieron ser iguales a Dios, quisieron ser independientes de él. Por eso, perdieron la amistad con Dios, la armonía con la creación, la paz consigo mismos y entre ellos.

LA SOBERBIA COMO OBSTÁCULO PARA LA SALVACIÓN

La soberbia no es un vicio fácil de corregir, sino que es el obstáculo más grande para la salvación. Así lo mostró Dante, en su obra maestra, la Divina Comedia, donde situó a los soberbios en el primer círculo del purgatorio, el más cercano al infierno. Allí, los soberbios deben cargar con enormes piedras que simbolizan el peso de su orgullo, y deben caminar inclinados, mirando al suelo, para aprender la humildad. La soberbia es el vicio que nos aleja de Dios, que nos impide reconocer nuestra necesidad de él, que nos hace rechazar su misericordia, que nos hace resistir a su amor.

LA SOBERBIA COMO ENEMIGO DE LA FRATERNIDAD

La soberbia no es un vicio que solo nos afecta a nosotros, sino que es el enemigo de la fraternidad. Así lo advirtieron los escritores de espiritualidad, que describieron las consecuencias de la soberbia en la vida cotidiana, cómo daña las relaciones humanas, cómo envenena el sentimiento de hermandad que debería unirnos. La soberbia es el vicio que nos hace competir con los demás, que nos hace envidiar sus éxitos, que nos hace criticar sus defectos, que nos hace ignorar sus necesidades, que nos hace odiar sus diferencias.

LA SOBERBIA COMO DESAFÍO PARA EL CRISTIANO

La soberbia es, por tanto, un vicio que nos desafía como cristianos, que nos llama a una conversión constante, que nos exige una lucha permanente. No podemos ser cristianos auténticos si somos soberbios, si no imitamos a Cristo, que se hizo humilde, que se hizo siervo, que se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz (cf. Flp 2,8). No podemos ser cristianos auténticos si no seguimos el ejemplo de María, que se reconoció como servidora del Señor, que se fió de su palabra, que se entregó a su voluntad (cf. Lc 1,38). No podemos ser cristianos auténticos si no practicamos las virtudes opuestas a la soberbia, como la humildad, la sencillez, la gratitud, el perdón, el servicio, el amor.

TRES CLAVES PARA VENCER LA SOBERBIA Y CRECER EN HUMILDAD

 ·         RECONOCER TUS LÍMITES Y TUS DONES: La primera clave para vencer la soberbia es reconocer tus límites y tus dones. Esto significa ser consciente de que no eres perfecto, de que tienes defectos y debilidades, de que necesitas de Dios y de los demás. Pero también significa ser agradecido por los talentos y las virtudes que Dios te ha dado, y usarlos para su gloria y para el bien de los demás. Reconocer tus límites y tus dones te ayudará a ser más realista, más humilde, más confiado en Dios y más generoso con los demás.

·         APRENDER DE LOS DEMÁS Y VALORARLOS: La segunda clave para vencer la soberbia es aprender de los demás y valorarlos. Esto significa estar abierto a escuchar y a recibir consejos, correcciones y sugerencias, de las personas que te quieren y que te pueden ayudar a mejorar. Pero también significa apreciar y respetar las cualidades y los logros de los demás, sin envidiarlos ni menospreciarlos, sino reconociendo su mérito y su dignidad. Aprender de los demás y valorarlos te ayudará a ser más receptivo, más humilde, más amigo de Dios y más fraterno con los demás.

·         SERVIR A LOS DEMÁS Y AMARLOS: La tercera clave para vencer la soberbia es servir a los demás y amarlos. Esto significa estar dispuesto a poner tus dones y tus capacidades al servicio de los demás, especialmente de los más necesitados, sin buscar tu propio interés ni tu propia gloria, sino el bien común y la voluntad de Dios. Pero también significa amar a los demás como a ti mismo, sin juzgarlos ni condenarlos, sino perdonando sus ofensas y buscando su salvación. Servir a los demás y amarlos te ayudará a ser más generoso, más humilde, más santo y más feliz.

(Esta reflexión tiene como base la catequesis del Papa Francisco, del 6 de marzo de 2024).

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