LA LOCALIDAD DE LA VERA CRUZ ES UN IMPORTANTE DESTINO PARA PEREGRINOS Y TURISTAS
El pasado 7 de enero quedaba inaugurado un nuevo
Año Jubilar de la Vera Cruz, en esta ocasión bajo el lema `Camino a la Cruz,
camino de amor´. Un tiempo en el que llegarán hasta esta ciudad murciana
peregrinos de todos los rincones del mundo.
La mañana del pasado 7 de enero
tenía lugar la apertura del Año Jubilar de la Vera Cruz de Caravaca de la Cruz.
En la misa de inauguración, el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, se refirió a la localidad murciana
como un "foco de espiritualidad y de peregrinación" equiparable a Santiago de Compostela, Santo Toribio
de Liébana, Roma o Jerusalén. Con la misa, presidida por el arzobispo de
Granada, José María Gil Tamayo (diócesis de la que es sufragánea la de
Cartagena), daba comienzo el cuarto jubileo consecutivo de la región desde que
en 2003 Juan Pablo II concediera
dicha celebración "in perpetuum" cada
siete años.
Las autoridades de la región
coinciden con el obispo en que el nuevo año jubilar potenciará enormemente
el turismo religioso en la región. Ya en el de 2017
Caravaca recibió medio millón de visitantes, cifra que este año se pretende duplicar.
Como destacó el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando
López Miras, el año jubilar será "un
tiempo de gracia, un camino de amor y de espiritualidad" que
convertirá a Caravaca en "una tierra de fe,
casa de Dios, guardiana de la Vera Cruz, protectora del afligido y del
desamparado y hogar del peregrino".
La llegada de peregrinos no se ha
hecho esperar: solo un mes después de la apertura
del año jubilar, las autoridades ya celebraban el considerable aumento en la
afluencia de peregrinos respecto al mismo periodo de 2017.
Buena parte de los miles de
caminantes que visitarán la localidad a lo largo del año jubilar lo hacen
buscando la indulgencia plenaria, cuyas condiciones y
vías se recogen en el portal de la Oficina
de turismo de la
región de Murcia, junto con otra información práctica relativa a la preparación
de los caminos, lugares de hospedaje y eventos.
Respecto a la indulgencia
plenaria, será concedida los días 3 de mayo y 14 de septiembre, festividades
de la Invención y Exaltación de la Cruz. También una vez al año, en el día que
libremente se elija por los fieles, siempre que por devoción se peregrine en
grupo, en las celebraciones de la solemne Apertura y Clausura del Año Santo y
en los días en que el obispo diocesano presida algún rito solemne.
Para recibir la gracia del
jubileo, se establecen varias condiciones, como la
visita y participación en cualquier celebración en la basílica, rezar por las
intenciones del Sumo Pontífice -rezar por la paz en el mundo y las intenciones
del Papa, en caso de no poder participar en una celebración- y acudir a la
confesión sacramental y la comunión eucarística, ya sea en la misma visita a la
basílica o los días inmediatamente previos o posteriores.
Puedes consultar en
el portal de turismo de la
región de Murcia los siete caminos de peregrinación posibles a Caravaca de la
Cruz.
A la recepción del jubileo y las
respectivas indulgencias, los peregrinos deben agregar el intangible que
supone residir durante días en un lugar único dentro de la cultura hispánica y religiosa.
El protagonismo de Caravaca lo
acapara sin duda el lignum crucis presente en la basílica, conformado por dos
fragmentos concedidos por Pío XII en 1942, después de que la reliquia original
fuese robada, y a la que la Santa Sede concede el culto de latría por
pertenecer a la Pasión de Cristo.
EL
MILAGRO DE LOS ÁNGELES PORTANDO LA CRUZ
Sobre el origen de la reliquia se
ha especulado mucho. Según la tradición, el lignum crucis original llegó de forma milagrosa al primitivo santuario -que acabaría por llamarse "de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca"- durante
el segundo tercio del siglo XIII.
La Cofradía de
la Santísima y Vera Cruz de Caravaca apunta al 3 de mayo de 1231, cuando
Caravaca estaba bajo dominio del sayid almohade Ceyt-Abuceyt. El almohade, llevado por la
curiosidad, mandó a uno de sus sacerdotes cautivos, Ginés Pérez
Chirinos, que celebrase la Santa
Misa, después de haberle advertido de muerte por predicar el Evangelio. Una vez
comenzada la celebración, el sacerdote se detuvo al ser consciente de que no
había ningún crucifijo en el improvisado altar.
En ese momento, dos ángeles aparecieron sobre el altar cargados con una cruz
que depositaron para que concluyese el santo sacrificio.
LA
CONVERSIÓN DE UN ALMOHADE PERSEGUIDOR, DE SU CORTE Y FAMILIA
A este primer milagro le siguió
el de la conversión de Ceyt-Abuceyt, que se
bautizó y adoptó el nombre cristiano de Vicente Bellvis, poniéndose a las
órdenes del rey Jaime I y contribuyendo a la reconquista de Valencia. Tras su conversión, sucedió la de "otros muchos moros con él y poco
después sus hijos y mujer", según las fuentes. Más tarde se comprobaría que
la cruz traída por los ángeles había pertenecido al Patriarca Roberto de
Jerusalén.
Algunos historiadores como Ángel Luis Molina Molina mencionan
que el episodio tuvo lugar algo más tarde, en 1232. Desde entonces, como
explica el historiador Pedro Francisco Sánchez Albarracín, la reliquia "hará
de bandera y talismán contra ulteriores ataques andalusíes,
consolidando Caravaca como bastión de la frontera hispano-musulmana".
Los Caballos del Vino es,
junto con `moros y cristianos´, una de las principales atracciones de las
fiestas de Caravaca, en la que cuatro mozos corren junto a cada caballo en
una galopada que termina en la explanada del Castillo.
La devoción popular se extendió a
lo largo del siglo XIV. Un tiempo marcado por los estragos de la peste negra, la
violencia propia de un territorio fronterizo en guerra o por las hambrunas. A finales de
siglo, la actividad y peregrinaciones se revitalizaron en Caravaca gracias a
las indulgencias concedidas por Clemente VII por visitar y dar limosna a la
Vera Cruz. Y especialmente por el ritual del Baño del Agua de la Vera Cruz, con
numerosos milagros atribuidos frente a catástrofes o epidemias y enfermedades.
INMUNIDAD,
LIBERACIONES Y SANACIONES: MILAGROS DE LA VERA CRUZ
Lo muestra el presbítero Juan de Robles Corbalán, cuando en 1615 publica su Historia del
Mysterioso Aparecimiento de la Santísima Cruz de Carabaca e innumerables
milagros que Dios ha obrado y obra por su devoción.
Entre los muchos milagros
descritos, destaca el "autorizado por Alonso
Ruiz, notario público de Caravaca", cuando en torno a 1348 un grave incendio amenazaba con reducir a cenizas la iglesia de la Vera
Cruz. Se relata que entonces
un escudero "con gran devoción dijo que quería
morir en servicio de la santa Vera Cruz" tratando de impedir que
pereciese bajo las llamas. "Y entró, sacó
la caja con la santa Vera Cruz y no se quemó ni hizo mal alguno, y
luego fue muerto el fuego", relata el presbítero.
El Cristo hiperrealista
de Mistery Man estará en Caravaca de la Cruz
entre el 15 de marzo y el 31 de julio de 2024.
También se relatan milagros
referentes a la liberación de cautivos
cristianos. Era el caso de la mujer de Diego Gil y un
primo suyo, apresados entre 1360 y 1375, liberados tras encomendarse a la Vera
Cruz. Algo similar ocurrió en 1473 con don Pedro Ruiz de
Alarcón, comendador de la
Membrilla del Tocón (Ciudad Real), que considerándose liberado de la cautividad
musulmana por la Vera Cruz, hizo donación de una lámpara de plata a la Santa
Vera Cruz de Caravaca.
Entre otros asombrosos milagros
se mencionan también las curaciones. Como la de 1376, cuando Alonso Martín,
vecino de Sevilla y ciego tras ser lanceado por una
partida de musulmanes, que lo
dieron por muerto. Al ser recogido por un pastor y encomendado a la Vera Cruz, "cuando despertó fue sano de ellos, y vio,
y tan bien como cualquiera de nosotros, y quedó sano", relata
la fuente.
Desde hace al menos 600 años, los
diversos fragmentos lignum crucis de Caravaca de la Cruz son un reclamo para el
turismo religioso de miles de personas cada año, lo que se potencia enormemente
en la celebración del Año Jubilar cada siete años.
También es conocida la impronta
milagrosa de la Vera Cruz en el rito
del Baño, quedando el agua de esta forma bendecida por la
reliquia. En el tomo se menciona que, para combatir las plagas de langosta, se
procedió a la aspersión de agua bendecida en este rito en las zonas afectadas,
de modo que "donde quiera que la echasen no
haría mal la langosta".
EL
MISTERIO DE LA VERA CRUZ ROBADA EN LA SEGUNDA REPÚBLICA
Fruto del culto cada vez más
extendido y de la devoción que inspiraba en las autoridades, reyes y monarcas a
partir de los Reyes Católicos y
los Austrias redoblaron el embellecimiento y protección de la Vera Cruz con
engastes y relicarios para albergarla, preservando la madera al mismo tiempo
que seguía siendo visible para los fieles y fácilmente transportable de cada a
las procesiones desde la baja Edad Media.
El último engaste, en oro, plata
y pedrería, fue donado en 1777 por el Duque de Alba. Este engaste sustituyó al
donado en 1711 por el Duque de Montalto. Tras la sustitución, el Duque de Alba
pidió conservar el de Montalto, puesto que había estado en contacto con la
Sagrada Reliquia.
La Vera Cruz de Caravaca
sería venerada ininterrumpidamente hasta la Segunda
República española, cuando
la noche del 13 al 14 de febrero de 1934 fue sustraída tras
más de seiscientos años presente en el santuario.
Nunca se volvió a saber del
paradero de la Vera Cruz original. Pasarían ocho años hasta que los fieles y
devotos de Caravaca pudiesen venerar un nuevo fragmento del lignum crucis,
cuando en 1942, el Papa Pío XII envió dos astillas
originales en
sustitución de la cruz robada. Ambos fragmentos se albergan a día de hoy en el
santuario, junto con otra pieza agregada en 2006, procedente de Jerusalén.
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