Lo que es una realidad es que para ser santo hay que estar enamorado de Dios.
Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net
Es necesario decir que hoy más que nunca, Dios
nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre.
La santidad es un
ofrecimiento de la propia vida por los demás, sostenido hasta la muerte.
La santidad es el rostro
más bello de la Iglesia.
Todos estamos llamados a ser testigos, a
compartir con los todos la acción de Dios en nuestra vida es por esto qué hay
testimonios muy distintos, porque la vida divina se comunica q cada uno de
forma distinta.
Para ser santo no se necesita ser obispo,
sacerdote, religioso o religiosa, cada uno podemos ser santos en el estado de
vida al que Dios no ha llamado.
Por eso aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos para que
busquen ser santos en el mundo actual y dar testimonio.
PRIMERO.
HAY QUE PREGUNTARLE AL ESPÍRITU SANTO QUE ESPERA JESÚS DE CADA UNO.
Es necesario que nuestros hijos se acostumbren a
discernir cuál es la voluntad de Dios para ellos en cada momento de la vida y
para eso debemos nosotros enseñarles a discernir.
Hay muchas formas de hacerlo, pero lo principal
es que estén dispuestos a preguntarle a Dios y después a hacer lo que les pide.
A veces será por medio de sus papás, otras por
algún comentario en la homilía del padre, otras veces los signos que se nos van
presentando, otras veces alguna petición en particular, etc.
Lo importante es que aprendan a escuchar la
voluntad de Dios y después a llevarla a cabo.
Es bueno tener en cuenta
que lo que viene de Dios trae paz y alegría al corazón.
SEGUNDO.
ES NECESARIO QUE CONOZCAN A JESÚS PARA QUE SE IDENTIFIQUEN CON ÉL.
Nadie ama lo que no conoce, por eso debemos
darles a conocer a Jesús y su vida terrena para que tengan ejemplo de santidad.
Jesús se hizo igual a nosotros en todo, menos en
el pecado, por lo que en Él está nuestro modelo de vida. La Virgen María
también es un gran modelo pues es la persona más parecida a Jesús en toda la
tierra.
Para esto podemos echar mano de los recursos
didácticos que existen en internet, ya sean videos, cantos, juegos, dibujos
para colorear, etc. Para que sea algo agradable, divertido y cercano a nuestros
hijos.
TERCERO.
DEBEN ESFORZARSE EN CUERPO Y ALMA.
En empeño de ser santo implica una batalla
constante y continua contra nosotros mismos y contra lo que el mundo nos
presenta, por eso nuestros hijos deben comprenderlo para que estén dispuestos a
librar esta batalla.
Si los enseñamos desde pequeños a vencerse a sí
mismos en las cosas pequeñas, cuando lleguen las cosas más grandes, esas que
con los años nos van agobiando, serán capaces de librar la batalla por ella
mismos y podrán usar las armas espirituales que le demos proporcionado.
Por eso es bueno que les acerquemos los
sacramentos en el tiempo adecuado, que les enseñemos a rezar el Rosario y que
lo hagan constantemente, que sepan que también existen ejemplos de otras
personas que lograron vivir conforme a lo que Dios les pidió, que son los
santos y que pueden seguir su ejemplo y camino de santidad.
Si les vamos dando a conocer las bodas de
diferentes santos podrán ellos también escoger las que más les gusten y las
podrán tomar como camino de vida, siempre tomando las virtudes de ellos y
llevándolas a su vida cotidiana.
CUARTO.
QUE SE PONGAN PEQUEÑAS METAS ALCANZABLES.
Cómo esto de la santidad es un proceso, es bueno
que nuestros hijos comprendan que es día con día.
Así que podríamos ayudarles con actividades y
calendarios donde vayan anotando sus logros y ofreciéndolos a Dios, por
ejemplo, en tiempo de adviento o cuaresma acostumbren a seguir un calendario
con actividades que les ayuden a prepararse.
En tiempo ordinario podemos poner un recipiente
vacío y uno con cuentas para que cada vez que cumplen una meta, o cuando logran
vencer alguna tentación así, físicamente pueden ofrecer sus acciones y también
las pueden hacer conscientes.
Con esto pueden hacer
conciencia que la santidad se alcanza con actos concretos.
Y
QUINTO. QUE NO TENGAN MIEDO A LA SANTIDAD.
A veces pensamos que ser santos implica ser
serios, ser perfectos o que nos va a quitar la alegría y nuestra energía, pero
en realidad no es así.
Por el contrario la santidad nos ayuda a ser
plenos porque estamos cumpliendo la misión que Dios nos ha encomendado, nos
ayuda a tener más energía o estar más animados en nuestro día porque tenemos la
motivación de agradar a Dios y de dar testimonio.
Así que hagamos de la santidad un estilo de vida
para que nuestros hijos vean la santidad como algo deseable y que trabajen por
alcanzarlo.
Lo que es una realidad es que para ser santo hay
que estar enamorado de Dios y por eso queremos estar siempre con él, ya sea en esta vida pero principalmente en la vida eterna.
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