sábado, 28 de mayo de 2022

OBISPOS DE BOLIVIA, CHILE Y PERÚ ADVIERTEN QUE SE ESTÁN PRODUCIENDO PROCESOS MIGRATORIOS FORZADOS

«Nos enfrentamos a una situación nunca antes vista en la región»

«Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia» (Jn 10,10b). Haciéndose eco de estas palabras del evangelio, los obispos y agentes de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica de las fronteras de Bolivia, Chile y Perú; se manifiestan profundamente llamados y llamadas a construir el futuro con los migrantes y refugiados, tras el encuentro sostenido entre los días 23 a 25 de mayo en la ciudad de Arica, en Chile.

(Iglesia.cl/InfoCatólica) En mensaje final de la jornada se señala que «a la luz de la Palabra del Dios y los testimonios de los y las participantes, estamos conscientes de la complejidad de atender eclesialmente de manera urgente a los hermanos y hermanas en situación de movilidad humana», agregando que en tiempos marcados por crisis políticas, sociales, económicas y humanitarias que atraviesan los países y agudizados por la crisis sanitaria «es importante reconocer que ningún país de la región podrá, actuando solo, atender los desafíos que la migración presenta».

Por ello, en el texto se relevan las palabras del Papa Francisco:

«Las comunidades católicas, cada vez más libres de todo miedo, están llamadas a tender puentes con los recién llegados promoviendo una auténtica cultura del encuentro (...) se invita a estas comunidades a ver la presencia de muchos migrantes y refugiados no cristianos o no creyentes como una oportunidad providencial para cumplir la misión evangelizadora a través del testimonio y la caridad».

«Debemos impulsar acciones pastorales y sociales que favorezcan una articulación entre el sector privado, público, civil y eclesial que a su vez permitan responder adecuadamente a la coyuntura actual, donde muchas veces las comunidades locales se enfrentan a los grupos de migrantes manifestando rechazo y profundizando las grietas de la exclusión social», se enfatiza en el documento.

Además, se manifiesta la importancia de reconocer que, para muchas personas «el migrar sigue siendo un pesar y sufrimiento, que se ve agravado cuando reciben tratos deshumanizantes por parte de organismos estatales, civiles y/o eclesiales», razón por la que se invita a la sociedad a reflexionar y comprender «que nos enfrentamos a una situación nunca antes vista en la región, marcada por procesos migratorios forzados que nos exhortan a desarrollar acciones que fortalezcan valores sociales poniendo siempre como eje central a las personas».

«Reconocemos el legítimo derecho de los Estados a defender su soberanía, pero para ello no se puede actuar de manera indolente, es imprescindible humanizar el trato que reciben las personas migrantes, refugiadas, victimas de trata y tráfico, promoviendo procesos de acogida, protección e integración dignos, ajustados al Derecho y que respeten los tratados internacionales, solo así se podrá desincentivar la migración irregular», enfatiza la declaración

El texto que finaliza con una plegaria a la Sagrada Familia, pidiendo a Dios «que ilumine nuestras acciones eclesiales en favor de las personas migrantes en quienes reconocemos ante todo la presencia de Cristo, y vemos en ellos una bendición y oportunidad de enriquecer nuestros países y culturas», es firmado por los pastores representantes de los tres países reunidos: Moisés Atisha Contreras, obispo de Arica; Óscar Blanco Martínez, obispo de Calama; Guillermo Fajardo Rojas, administrador diocesano de Iquique; Ignacio Ducasse Medina, arzobispo de Antofagasta; Ricardo Morales Galindo, obispo de Copiapó; Ciro Quispe López, obispo de la prelatura de Juli, Perú; y Basilio Mamani Quispe, obispo Auxiliar de La Paz, Bolivia.

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