HABLAR DE «ALUCINACIONES EN MASA» O «HISTERIA COLECTIVA» NO ENCAJA CON LO QUE SABEMOS
MUCHA GENTE ESPERA
QUE JESÚS RESUCITADO BRILLE O DESPIDA LUZ... PERO LOS EVANGELIOS NO DICEN ESO.
¿Qué vieron los apóstoles, María Magdalena, los
caminantes de Emaús y “más de 500 testigos”? Según los evangelios y las
cartas de San Pablo, vieron a Jesús
resucitado. Y así nació el cristianismo, justo después de la ejecución
pública de Cristo.
Los eruditos bíblicos agnósticos, o de religión no cristiana, no creen
que Jesús resucitara (básicamente porque se supone que los muertos no
resucitan). Pero sí están convencidos de que esos primeros
testigos sí creían haberlo visto.
Es decir: algo vieron, algo que les hizo cambiar sus vidas y
el mundo, algo que
ellos dijeron que era Jesús vivo de nuevo.
“Prácticamente cada estudioso bíblico de Occidente,
independientemente de su trasfondo religioso, está de acuerdo en que los
primeros seguidores de Jesús creían que Él se les había aparecido vivo.
Esto es lo que puso en marcha a la mayor religión del mundo”, escribe en Christianity Today
Justin Bass, autor de The Bedrock of Christianity:
The Unalterable Facts of Jesus’ Death and Resurrection (El fundamento del cristianismo: los hechos
inalterables de la muerte y resurrección de Jesús).
En el año 55 d.C. San Pablo escribe su primera
carta a los Corintios. La fecha de este texto es de las más seguras de la
Biblia, ya que se basa en el proconsulado del cordobés Galión
(hermano del filósofo Séneca) en Corinto, arqueológicamente datado. En esa carta del año 55, Pablo
recita un himno que él había aprendido, probablemente de los apóstoles, en
Jerusalén, y que había enseñado a los corintios. Casi con seguridad la gente lo memorizaba con música, como una canción.
“Yo os transmití en primer lugar, lo que también yo
recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue
sepultado y que resucitó al tercer día,
según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a
los Doce; después se apareció a más de 500 hermanos juntos, la
mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a
Santiago, más tarde a
todos los apóstoles”
(1 Corintios 15, 3-8).
Así, Jesús es crucificado en el año 30 (o 33, según otra posibilidad) y tenemos un texto bien datado de 25 años
después hablando de sus apariciones. Recuerde el lector dónde
estaba hace 25 años, tres años después de los juegos de Barcelona 92. ¿Cuánto cuesta en 2020 encontrar testigos vivos de lo que pasó en
Barcelona 92? Es fácil de hacer.
Pablo dice que él transmite lo que recibió. Muchos expertos consideran que Pablo se convirtió en el año 35 y visitó
Jerusalén en el año 38, donde Pedro y los apóstoles le instruyeron. Probablemente
fue entonces cuando aprendió de ellos este himno…
un himno que enumeraba las apariciones cuando no habían pasado ni 8 años desde
la muerte de Jesús. Incluso el uso de la palabra
aramea Cefas (en vez de la griega Petros) muestra que el himno probablemente
tenía una primera versión en arameo.
NO HAY UN TEXTO SIMILAR EN LA LITERATURA ANTIGUA
PAGANA NI JUDÍA
“Este catálogo de apariciones de resurrección no
tiene paralelo en el Nuevo Testamento, de hecho, ni siquiera en toda la
literatura antigua”, detalla Justin Bass. No hay catálogos de apariciones de muertos a
personajes antiguos griegos, romanos, judíos o paganos.
No existen textos antiguos que digan “el
fantasma de Fulano se apareció a Mengano, tiempo después a Zutano y pasado un
mes a 50 testigos más”. Y mucho menos textos que añadan que la mayoría
de los testigos aún viven.
Pablo, según Justin Bass, básicamente “está invitando a
los miembros de la Iglesia de Corinto a viajar a Jerusalén a hablar con estos testigos, investigar por ellos mismos cómo fue ver al Jesús resucitado. Podemos
ver que un testimonio firme de testigos oculares de Jesús resucitado era
fácilmente accesible en las décadas después de la resurrección”.
EL CASO DE MARÍA MAGDALENA
En la lista no aparece por su nombre María Magdalena, pero ella sí sale
con una relevancia asombrosa en los Evangelios. ¿Por qué los
evangelios hablan de María Magdalena? Porque fue testigo de que "algo
pasó".
El estudioso agnóstico Bart D. Ehrman escribe en su libro How Jesus
Became God que “es significativo que María
Magdalena tenga esa prominencia en todas las narraciones de resurrección en los
evangelios, cuando ella está prácticamente ausente en el resto
del texto evangélico. Sólo se la menciona una vez en todo el Nuevo Testamento
en conexión con Jesús en su ministerio público (en Lucas 8,1-3). Y, sin
embargo, ella es siempre la primera en anunciar que Jesús ha resucitado. ¿Por
qué es así? Una explicación plausible es que también ella tuvo una visión de
Jesús tras morir él”.
Ehrman es agnóstico, pero plantea que perfectamente María Magdalena pudo
anunciar -y convencer a muchos- que había visto a Cristo resucitado.
ANUNCIAR LA RESURRECCIÓN NO SALÍA GRATIS
Anunciar que Cristo había resucitado no era un hobby inocente. Era
algo que complicaba mucho la vida, en parte por la persecución violenta de
grupos judíos hostiles, en parte por el desprecio de paganos burlones. Pablo,
en Atenas tenía cierto éxito entre los filósofos, hasta el momento en que habló
de que Cristo resucitó… ahí perdió casi todo su público.
San Pablo en 2 Corintios 11, 23-33, enumera después cosas que ha vivido: ha sido apaleado, encarcelado, lapidado, ha naufragado…
todo por anunciar que Cristo resucitó.
La tradición dice que murieron mártires todos los apóstoles, menos Juan
(y Judas, se entiende). Anunciar sus visiones del Resucitado no les daba
ventajas mundanas, sino persecuciones. Pero perseveraron en ellas.
¿QUÉ SABE LA CIENCIA SOBRE LAS ALUCINACIONES EN
GRUPO?
A menudo hay quien responde que esas visiones fueron “histeria de masas” o “alucinaciones
en grupo”. Pero ¿qué sabe la ciencia sobre
las “alucinaciones en grupo”?
Justin Bass acude al libro de 2005 Resurrecting Jesus de Dale Allison, que recopila datos
sobre estudios científicos acerca de alucinaciones. Los datos en los estudios
muestran 4 cosas:
- rara vez se dan alucinaciones en grupos durante
un periodo extenso de tiempo
- de hecho, rara vez hay alucinaciones en grupos grandes, de más de 8 personas
- no se conoce ningún caso en que una alucinación haya llevado a nadie a
proclamar que un muerto ha resucitado
- la
gente no tiene alucinaciones en las que salen sus enemigos (detalle
interesante para el caso de San Pablo)
Parece que el caso de Jesús incumple estas 4 cosas que sabemos
sobre las alucinaciones. Dale Allison escribe: “Una
persona puede alucinar, pero ¿doce a la vez? ¿Y docenas durante mucho tiempo?
Estas preguntas son legítimas, y agitar la
varita mágica de la ‘histeria de masa’ no hará que desaparezcan”.
"NO SÉ QUÉ PASÓ, PERO ALGO PASÓ"
Los textos bíblicos son una evidencia histórica robusta, firme, y muy
especial. Ante ella, los historiadores e investigadores agnósticos suelen
concluir: “no sé lo que pasó, pero algo
pasó”.
Así, por ejemplo, el erudito E.P.Sanders, que en su libro de 1985 Jesús y el judaísmo declaraba
ser un "protestante liberal, moderno, secularizado", escribió en The historical figure of Jesus:
“Que
los seguidores de Jesús, y luego Pablo, tuvieron experiencias de la
resurrección es, a mi juicio, un hecho. Qué realidad hizo surgir
esas experiencias, no lo sé”.
Bass cita también a la estudiosa Paula Fredriksen, que se educó como católica pero luego se hizo judía.
Ella dijo en un documental de la ABC en el año 2000 titulado The
search for Jesus: "Sé que, en sus
palabras, lo que vieron era a Jesús resucitado. Eso es lo que dicen, y toda la
evidencia histórica de que disponemos atestigua su convicción de que eso es lo
que vieron. No digo que realmente vieran a Jesús resucitado. No sé lo que vieron, yo
no estaba allí. Pero sé, como historiadora, que debieron ver algo".
¿POR QUÉ NO HAY APARICIONES MÁS FANTASIOSAS Y
"ESPERABLES"?
Hay quien critica que los testimonios de las apariciones sean “fragmentarios”. Pero, precisamente, que no estén adornados
o no sean aún más les da credibilidad. No dan lo que pide “el
público”.
El público, la devoción popular, querrían que se apareciese a
sus jueces injustos (Pilatos, Caifás) para regañarlos o castigarlos, o a su
madre, la Virgen, para consolarla. Pero
los evangelios canónicos no recogen nada de eso.
SAN JUAN PABLO II PREDICÓ SOBRE ESO EN UNA CATEQUESIS EN 1989.
“Después de la resurrección, Jesús se presenta a
las mujeres y a los discípulos con su cuerpo transformado, hecho espiritual y
partícipe de la gloria del alma: pero sin ninguna característica triunfalista.
Jesús se manifiesta con una gran sencillez. Habla de amigo a amigo,
con los que se encuentra en las circunstancias ordinarias de la vida terrena.
No ha querido enfrentarse a sus adversarios, asumiendo a actitud de vencedor,
ni se ha preocupado por mostrarles su 'superioridad', y todavía menos ha
querido fulminarlos. Ni siquiera consta que se haya presentado a alguno de
ellos. Todo lo que nos dice el Evangelio nos lleva a excluir que se haya aparecido,
por ejemplo, a Pilato,
que lo había entregado a los sumos sacerdotes para que fuese crucificado (Cfr.
Jn 19, 16), o a Caifás, que se había rasgado las vestiduras por la afirmación
de su divinidad”.
Las apariciones de Jesús en los Evangelios, reforzadas por la cita de
Corintios, sin acumular triunfalismos ni escenografías impactantes, parecen dar
más solidez a su credibilidad.
Justin Bass concluye: “incluso desde la
perspectiva de los estudiosos más escépticos, el peso del registro histórico
testimonia que muchos individuos y grupos creyeron que habían visto a Cristo
resucitado. Toda la evidencia de la que disponemos sugiere que su testimonio ocular
es fiable y honesto. ¿Por qué no creerles?"
(Artículo publicado originariamente en ReL en abril
de 2020)
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