LA MAGNÍFICA
La oración de La Magnífica son las palabras que pronunció la Virgen María, en su mayor momento de gozo espiritual ante el recibimiento de su prima Isabel, madre de Juan:
(Lc 1, 46-55)
Proclama
mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación, a los que le temen.
Él hace
proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de
corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a
Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a
nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
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