STEPHEN ROSSETTI EXPLICA CÓMO EL DEMONIO QUIERE IMPEDIR LA AYUDA A SUS VÍCTIMAS
Monseñor Stephen Rossetti ha sido durante 12 años exorcista principal de la Archidiócesis de Washington (EEUU)
El sacerdote Stephen
J. Rossetti es
uno de los grandes expertos en Psicología en la Iglesia en EEUU. Lleva más de
30 años trabajando en el tratamiento psicológico y la renovación espiritual de
religiosos, y también es profesor de la Universidad Católica de América.
Pero lo importante en este caso
es su extensa experiencia como exorcista principal de la
Archidiócesis de Washington, cargo
que ocupó durante 12 años, y en el cual dirigió cientos de sesiones de
exorcismos y oraciones de liberación. Ahora entrena a exorcistas y a los
equipos laicos que ayudan al sacerdote en su lucha contra Satanás.
El padre Rossetti se ha
convertido en un gran divulgador de temas relacionados con el demonio y sus
argucias para atacar al hombre, todo ello siempre sustentado en su propia
experiencia como exorcista. Y lo hace relatando anécdotas desde graves casos de
posesión a acciones casi cotidianas y a las que se da poca importancia pero que
pueden abrir la puerta al Mal.
De hecho, este sacerdote acaba de
publicar un libro sobre sus experiencias, Diary of an American Exorcist:
Demons, Possession, and the Modern-Day Battle Against Ancient Evil
(Diario de un exorcista americano), donde relata algunas
de estas historias, por otro lado, muy ilustrativas sobre la naturaleza de
Satanás. El propio cardenal Dolan, arzobispo de Nueva York, ha definido
públicamente el libro como “esclarecedor y oportuno”.
Catholic Exchange ha publicado un extracto del libro del padre Rossety, donde el exorcista
habla de un tema muy concreto y llamativo, cómo el demonio intenta por todos
los medios que las personas que están bajos sus garras puedan pedir ayuda:
¿MALA CONEXIÓN O
ACTIVIDAD DEMONÍACA?
“Un sacerdote que
necesitaba una consulta trató de llamarme esta mañana. Tenía un caso espinoso
de alguien que, creía, tenía un problema demoníaco real. Como descubriría más
tarde, acababa de usar su teléfono móvil en ese mismo lugar unos minutos antes
y había funcionado bien. En ese momento, también estaba en un buen lugar con
buena cobertura. Todas las demás llamadas de ese día salieron bien. Pero
este sacerdote y yo intentamos llamarnos al menos una docena de veces.
Comenzábamos a hablar, y luego la línea se cortaba inmediatamente.
Algo estaba en
marcha. Después de muchas llamadas interrumpidas, volví a llamar al sacerdote
por teléfono y, antes de desconectarnos, rápidamente dije: "Digamos una
oración". Oramos a la Santísima Virgen María y San Miguel,
pidiendo su intercesión para mantener abiertas las líneas telefónicas. Nuestras
oraciones fueron respondidas. No se cortó la llamada esa vez. Tuvimos una buena
charla. Y resultó que realmente tenía a alguien que necesitaba ser liberado de
los demonios.
Muy a menudo,
encuentro que las personas poseídas tienen grandes problemas para conectarse por
teléfono con su pastor, director espiritual o exorcista. He
escuchado de muchas de las personas a las que he ayudado a lo largo de los años
que a menudo no pueden comunicarse conmigo por teléfono.
Vemos un patrón
claro de interferencia demoníaca al tratar de evitar que estas personas con problemas reciban ayuda. Los
demonios hacen todo lo posible para aislar a sus objetivos. Mantenerse en
contacto con un sacerdote es lo último que quieren los demonios. Y, lo creas o
no, ¡a los demonios les encanta meterse con los dispositivos!
¿Solución? Reza
a través de las líneas telefónicas para mantenerlas despejadas. Además, normalmente también tenemos
una forma alternativa de mantenernos en contacto. Podemos usar Skype o alguna
otra aplicación. A veces también hay interrupciones de esta manera. Por lo tanto,
podemos comunicarnos con un amigo cercano o un miembro de la familia que luego
se comunica con la persona afectada en nuestro nombre. Es más una molestia que
cualquier otra cosa. Eventualmente encontramos una manera de comunicarnos con
la persona necesitada.
Los demonios pueden
frenarnos. Pero con un poco de perseverancia y oración, lo conseguimos. Esto es
típico del acoso demoníaco. Pueden detenerse, acosar y tratar de hacer
las cosas difíciles, pero al final, ¡Dios siempre triunfa!”.
ReL
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