Estoy
totalmente contra la sociedad patriarcal. Estoy totalmente a favor de los movimientos
ultrafeministas.
¿Puedo
marcharme ya?
Por
favor, no me peguen.
………………………………….
Qué gusto poder contar chistes
como este antes de que sean un delito.
Nota
para el futuro: Señor juez, unos niños malos me obligaron a contar ese chiste. Pero yo
siempre estuve de corazón a favor del feminismo más radical. ¡Soy un feminista!
Me obligaron a contar ese chiste.
…………………………………...
Yo estoy
totalmente a favor de la igualdad de dignidad de las mujeres y los hombres, en
todos los campos. Pero no nos engañemos, el ultrafeminismo no tiene fin. Por
más que se llegase a la situación de más perfecta y justa igualdad entre sexos,
siempre se puede exigir algo más y cada vez con más rabia.
Además,
no nos olvidemos, la última parada de este tren es la Iglesia Católica. Como
todo movimiento radicalizado, necesitan un enemigo visible, es una necesidad
imperiosa. La Iglesia cumplirá perfectamente esa función.
¿Se puede hacer algo? ¿Se podía hacer algo en Alemania, en febrero de
1933, cuando se aprobaron las medidas que acabaron con la República de Weimar? Indudablemente, no. Ya, para entonces, era
demasiado tarde. Pues, bien, ahora los lobbies LGTB, los grupos ultrafeministas
y la mentalidad anticristiana ya han tomado el Poder. Están, sustancialmente, en
todos los partidos, tienen en su mano los medios de comunicación y se muestran
gradualmente agresivos. El Poder y los medios han sido completamente tomados no
por un partido, sino por una mentalidad. Los países que todavía resisten serán
invadidos por este Nuevo Orden en el próximo decenio.
Estoy leyendo, estos días, una biografía sobre
Robespierre. Hoy justamente me ha tocado la parte del Terror. Recordemos que la
época de los tribunales populares, las ejecuciones diarias, la persecución de
los tibios y los neutrales, o el atar a los reaccionarios a las bocas de los
cañones antes de dispararlos comenzaron como una era de la Ilustración que iba
a iluminar las tinieblas medievales.
Las semillas del error florecen exuberantes, el precio lo pagaremos primero los cristianos, después toda la sociedad se verá embarcada en alguna aventura (la que sea) fruto de la suma y mutación de esos errores. Y toda la sociedad podrá ver con sus ojos adónde les ha llevado el quebrantamiento de los Pilares de la Verdad.
Las semillas del error florecen exuberantes, el precio lo pagaremos primero los cristianos, después toda la sociedad se verá embarcada en alguna aventura (la que sea) fruto de la suma y mutación de esos errores. Y toda la sociedad podrá ver con sus ojos adónde les ha llevado el quebrantamiento de los Pilares de la Verdad.
P. FORTEA
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