martes, 22 de enero de 2019

LOS IDEÓLOGOS DE GÉNERO COMIENZAN LA PERSECUCIÓN A QUIEN OPINE DIFERENTE


La ideología de género se basa en la lucha entre los sexos.

Por: Pedro Trevijano Etcheverria | Fuente: Infocatolica.com
Hace unos días leí un llamamiento del cardenal Cañizares a los políticos de su Comunidad Autónoma de Valencia para que no imponga la ideología de género y respeten la dignidad de las personas y de las familias en coherencia con la fe que anima a la Iglesia.

La respuesta del gobierno valenciano ha sido rápida: El gobierno autonómico de Valencia no tolerará ninguna posible insumisión católica ante la ley de la transexualidad que ya se encuentra en las Cortes y que será aprobada esta primavera. La Generalidad advirtió al cardenal Antonio Cañizares que sancionará a los colegios católicos si no aplican la Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género en la Comunitat Valenciana. Cuando se apruebe la ley, todos los centros educativos, concertados o privados, estarán obligados a cumplir la norma. Si no, se sancionará al centro por no cumplir la ley.

Como ya advirtieron los Obispos de Getafe y Alcalá ante una ley semejante para la Comunidad de Madrid, las leyes de ideología de género no respetan la libertad religiosa y de conciencia, ni el derecho de los padres a educar a sus hijos, ni la libertad de expresión ni de cátedra, violando los artículos 18, 19 y 26 de la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, que corresponden a los artículos 16, 20 y 27 de la Constitución. Se trata de imponer un pensamiento único que anule la libertad y el coraje de buscar la verdad de la persona humana.

Muy pronto veremos situaciones similares en otros continentes, donde esta ideología también está ya presente y con varios políticos que la apoyan.

Por cierto, debo hacer una aclaración: como todavía recientemente me he encontrado con personas que creían que la ideología de género hacía referencia a la igualdad entre hombres y mujeres, debo decir que la ideología de género es un pensamiento fundado en un relativismo individualista y egoísta, que desarticula la natural sociabilidad humana, rechazando la sexualidad natural y estable de la pareja humana, tachándola de represora. La ideología de género quiere establecer la sociedad del hedonismo, pues considera que los seres humanos pueden alcanzar la felicidad en la realización de sus propios deseos sexuales sin límite moral, legal e incluso corporal alguno, utilizando para ello la eugenesia, el control de natalidad incluido el aborto y la supresión de la diferencia sexual. Consiste en una sexualización total de la vida. No existen diferencias sexuales por naturaleza, sino sólo roles o papeles sociales opcionales en la conducta sexual del individuo.

Como varias otras ideologías de nuestra época, la ideología de género, amamantada en el marxismo, también se basa en el odio. Mientras en el Cristianismo la pareja humana trata de realizarse en el amor mutuo, la ideología de género se basa en la lucha entre los sexos. Así como el marxismo busca la sociedad sin clases, esta ideología busca la sociedad sin sexos. Se trata en esta ideología de conseguir la liberación sexual mediante la destrucción de la familia. La mujer debe independizarse y liberarse de las ataduras de su naturaleza y de las funciones asociadas a ella, como la maternidad y el hogar. Y es que en el matrimonio el marido es el explotador burgués y la mujer la proletaria esclavizada. La pareja está, por tanto, en rivalidad constante. Como dice una de sus ideólogas, Celia Amorós, la supresión de la familia es el objetivo fundamental a conseguir.

Pero también ellos cometen errores. La ideología de género es tan disparatada y anticientífica que te cuesta trabajo, cuando la explicas, convencer a la gente que estás hablando en serio. Por ello cuando acabo de leer que en el país vasco, en bastantes marquesinas han puesto un anuncio en el que se ve el dibujo de unos niños y niñas con la inscripción: Hay niñas con pene y niños con vulva y debajo: así de sencillo, no he podido por menos de alegrarme porque pienso que cualquier persona con sentido común, ante un niño con pene y cromosomas XY no puede por menos de pensar que es un niño; lo mismo que una persona con vulva y XX de cromosomas es una mujer y todo lo demás son tonterías. Con anuncios así, es más fácil que la gente se dé cuenta donde quieren meternos y espabile. Algo parecido pasa con el pretender que la enseñanza de la ideología de género es objetiva, neutral y científica o el defender que una persona promiscua merezca tanto respeto como una que no lo es, como si diese lo mismo ser corrupto como no, o considerar imposible salir de la homosexualidad, cuando cada día hay más gente que lo consigue, o el continuar haciendo operaciones de cambio de sexo, cuando la clínica John Hopkins de Baltimore ha dejado de hacerlas porque son un rotundo fracaso. Pero claro, es la realidad, para los ideólogos de género, la que debe acomodarse a la ideología y no la ideología a la realidad. De paso, corrompamos a los menores, que para eso mandamos, con expresiones como ésta, de Kate Millet: «Uno de los derechos esenciales de los niños es el de expresarse a sí mismos sexualmente, probablemente entre ellos en un principio, pero también con adultos». El resultado de estas majaderías y maldades es que, poco a poco, la gente empieza a darse cuenta, tal vez demasiado lentamente, qué aberraciones algunos políticos quieren imponernos.

No puedo por menos de alegrarme por el hecho que ninguno de mis sobrinos nietos o biznietos vive en la Comunidad valenciana. ¡Pobres chavales valencianos! Oremos al Señor para que quienes defienden estos objetivos perversos fracasen en sus intentos.

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