martes, 11 de diciembre de 2018

SE DESCUBRIÓ UNA INCREÍBLE MÚSICA ESCRITA EN EL MANTO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE


Es imposible no maravillarse con los descubrimientos que se han hecho en el manto de Virgen de Guadalupe. Estamos hablando de su aparición sobrenatural y de sus diversas cualidades inexplicables científicamente. Pero hay un descubrimiento poco tratado, en el que nos queremos detener, la música grabada en su manto.
Se descubrió hace pocos años que su manto es un pentagrama que contiene una melodía escrita.
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Similar a los cantos gregorianos, y a las músicas que los científicos han encontrado que tienen efectos sanadores.
Lo interesante del caso es que probablemente las estrellas del manto hayan sido un agregado posterior a la aparición original a Juan Diego. No hay indicaciones de cómo se realizaron, pero ha sido uno de los regalos que los fieles han hecho a la imagen, en momentos en que la conservación estricta de las obras originales no era valorada. La maravilla es que quien plasmó las estrellas en el manto las distribuyó de forma que muestra una melodía sanadora.
Y estaría mostrando que la guía celestial siguió actuando sobre la imagen, dirigiendo sobrenaturalmente la mano del artista, porque esto no fue descubierto sino hasta siglos después de la intervención.  
La imagen original de la Virgen de Guadalupe mide 1.43 mts, desde la cabeza hasta el ángel que aparece a sus pies. Está realizada sobre la tilma de Juan Diego, que es un manto que usaban normalmente los aztecas que se anudaba sobre el hombro derecho. Y quedó impresa en 1531. Representa a una joven mujer embarazada rodeada por los rayos del sol. Su tez es oscura y con una mezcla de rasgos indígenas y españoles, representando la unidad de todas las personas. Ella mira hacia abajo con la expresión tierna y amorosa de una madre mirando a su hijo. Porque tiene la característica de estar embarazada, simbolizada en la cinta sobre la cintura que solían usar las mujeres aztecas en esas circunstancias.
La imagen tiene plasmado un rico simbolismo para los aztecas, y deberían quedar pocas dudas que actuó allí una mano sobrenatural.
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Ya sea en la generación de la imagen original en la tilma como guiando a quienes le pintaron los regalos posteriores.

ALGUNOS SÍMBOLOS IMPORTANTES PARA LOS AZTECAS
SÍMBOLOS DEL ENTORNO

NUBES
En la imagen, la Virgen está rodeada de nubes, mostrando que ella es del cielo. Los indígenas identificaban a las personas que creían que provenían de Dios con la siguiente expresión: “Entre la niebla y entre las nubes”.

SOL
Hay tres soles representados en la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. El primer sol, no visible en la imagen, es cósmico, arrojando luz sobre el lado izquierdo de la Virgen y creando una sombra. Los rayos dorados del segundo sol, detrás de ella, significan que ella es la “Madre de la Luz” y más grande que el dios sol azteca, a quien eclipsa. El tercer sol está representado por la flor de cuatro pétalos en su túnica, lo que indica que está a punto de dar a luz al “Sol Todopoderoso”.

LUNA
La Virgen se encuentra sobre una luna creciente. La palabra azteca para México, “Metz-xic-co”, significa “en el centro de la luna”. La luna también simboliza la fertilidad, el nacimiento y la vida.

ÁNGEL
Un ángel con alas de águila aparece debajo de los pies de María. Según la creencia azteca, un águila entregaba los corazones y la sangre de las víctimas de los sacrificios a los dioses. El ángel sostiene a la Virgen embarazada, lo que significa que el niño en su vientre es la ofrenda que agrada a Dios.
EN LA FIGURA DE LA VIRGEN
MANTO Y TÚNICA
La túnica de flores teñida de rosa simboliza la tierra, mientras que su manto turquesa y estrellado representa los cielos. El manto también indica que ella es de la realeza, ya que solo los emperadores nativos usaban capas de ese color.
             
FLORES
Nueve flores doradas adornan el vestido de María, que simbolizan la vida y la verdad. Las flores están formadas por glifos que representan una colina y un río. Los pueblos indígenas consideraban las colinas como los puntos más elevados de encuentro entre Dios y las personas. Vistas boca abajo, las flores toman la forma de corazones con arterias que salen, representando la vida, que se origina de Dios.

JAZMÍN DE CUATRO PÉTALOS
La única flor de cuatro pétalos en la túnica de María aparece sobre su vientre. El jazmín de cuatro pétalos representa la deidad más alta de los aztecas, Ometéotl. Pero mientras Ometéotl permanecía distante, la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe muestra que el único Dios verdadero eligió nacer de una mujer, haciéndose accesible para todos.

MEDALLÓN DE CRUZ
Alrededor de su cuello, María lleva un medallón de oro grabado con una cruz. Para los indígenas, el medallón simbolizaba la consagración, por lo que el medallón alrededor del cuello de María significaba que estaba consagrada a Jesús.

SUS MANOS
Los indígenas expresaban oración con todo el cuerpo incluido las manos. En la imagen en la tilma, Nuestra Señora de Guadalupe se muestra en una posición de oración bailable, con su rodilla doblada en movimiento.

CINTA NEGRA
La cinta negra alrededor de la cintura muestra que está esperando un hijo. Para los aztecas, los extremos en forma de trapecio de la cinta también representaban el final de un ciclo y el nacimiento de una nueva era. Además de estos significados se han hecho descubrimientos en la imagen, algunos de los cuales han sido posibles sólo con el avance de la tecnología.

DESCUBRIMIENTOS REALIZADOS POSTERIORMENTE EN LA IMAGEN

LOS OJOS EN LA TILMA
Microscopios electrónicos y poderosos softwares de análisis han permitido descubrir un milagro dentro de sus ojos.
Sus ojos actúan como un ojo vivo.
Fue descubierto y luego confirmado por más de 10 oftalmólogos que sus ojos demuestran el efecto Samson-Purkinje, que es un reflejo 3 veces de una imagen en la córnea. Que ocurre cuando el ojo de un ser vivo está viendo algo. Pero lo más maravilloso son las imágenes que se reflejan allí. Son de 14 personas: una familia, Juan Diego, el Obispo Zummaraga, el intérprete y algunos otros que estuvieron presentes en la sala en el momento en que la tilma fue presentada al Obispo. Es como si Nuestra Señora de Guadalupe estuviera presente en la habitación mirando la escena.

LAS CONSTELACIONES
Las matemáticas y las computadoras nos han permitido ver las constelaciones representadas en la tilma.
Están en la tilma representada por 8 estrellas puntiagudas doradas y se colocan exactamente como aparecieron en la latitud y longitud exactas en el cielo de México la mañana del 8 de diciembre de 1531.
Pero para verlo hay que tener en cuenta que los ejes N y S son horizontales y E y O son verticales (los polos están desplazados) Algunas distorsiones se deben a que el cielo parece mirado desde una perspectiva externa, la perspectiva de Dios no la nuestra, que está mirando hacia el cielo pero no desde la tierra. Esto parece haber sido un regalo que le realizaron posteriormente a la aparición de la imagen original, y muestra que el cielo ha seguido guiando en el agregado de contenidos a su obra original.

MÚSICA SANADORA
Monseñor Dr. Eduardo Chávez tomó alfileres y los colocó en cada centro de cada flor en tono didáctico.
Si miras las estrellas y el centro de las flores, se alinea con las notas en un pentagrama.
Esta es la teoría del  Lic. Fernando Ojeda Llanes, miembro del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos. En estos videos se puede ver una conferencia de Ojeda y Chávez sobre los descubrimientos.

Ojeda dice: Pitágoras menciona que donde hay simetría perfecta hay música. En virtud de los estudios anteriores realizados a la imagen de la Virgen de Guadalupe, razoné lo siguiente: si las estrellas del manto son las constelaciones del cielo del momento de su impregnación, si las flores del vestido representan proporcionalmente a los principales cerros y volcanes de la orografía de México, si toda la imagen guarda la proporción áurea, entonces tiene simetría perfecta, por lo tanto tiene música. Mi fe fue grandiosa, no tenía la menor duda de que la imagen tenía música representada en alguna parte, solamente me faltaba descubrir dónde y cómo. Recordé que Pitágoras había descubierto la escala musical y la había tomado de la posición y sonidos de unos martillos colocados en cierta forma. Por lo tanto la posición de los elementos que le brindaban simetría perfecta a la imagen tenían que utilizarlos para encontrar la música. Esto me llevó a diseñar un modelo matemático de la siguiente forma: Utilizando las proporciones de Luca Paccioli, hice una reducción a tamaño carta del Sagrado Original que se encuentra en la Basílica de Guadalupe, respetando milimétricamente las proporciones de sus elementos. Eliminé los colores para trabajar en blanco y negro, todo esto utilizando la computadora. Coloqué la imagen reducida proporcionalmente en el centro de un rectángulo áureo. Como el manto tiene 46 estrellas tracé líneas verticales: una en el centro de la imagen, 23 partiendo del centro hacia la izquierda y otras 23 del lado derecho de tal manera que me quedaban espacios milimétricamente iguales entre línea y línea”.

Ojeda logró que cada línea o espacio correspondiera con una determinada estrella del manto o centro de flor del vestido.
Y así cada estrella y cada centro de flor de acuerdo a su posición era una determinada nota musical.
Luego contrató a un experto músico quien le adjudicó las notas poniendo en el centro el  “do” central en un cuaderno pautado, respetando milimétricamente la posición exacta de las estrellas y de los centros de las flores.

Y continúa Ojeda: “Las notas musicales así obtenidas en un cuaderno pautado fueron colocadas en un programa musical de computadora. Y la sorpresa fue grandiosa al escuchar una bella armonía musical que definitivamente es de sonido celestial. Esta bella armonía musical ha sido llamada “armonía perfecta”. Está dando la vuelta al mundo, varios músicos compositores se interesaron y me pidieron autorización para hacer bellos arreglos musicales”.
Lo que es claro para quien escucha la melodía es que no se trata de sonidos aleatorios sino de una melodía suave y armoniosa.

¿QUÉ SENTIDO TIENE ESA MÚSICA EN EL MANTO?
¿Qué quiere trasmitir? Algunos dicen que cuando Dios nos creó, cantó al mundo para existiera. San Agustín dice que “el que canta reza dos veces”. La música es un medio poderoso porque afecta la realidad espiritual y física de cada persona. La música sana nuestros cuerpos y espíritus. Por lo tanto uno de los mensajes de la tilma para nosotros es que está derramando gracias para sanar a los corazones heridos de la humanidad. Para que podamos recibir y retener las gracias que Dios derrama sobre nosotros. Esta música probablemente proporcione vibraciones curativas.
Científicos estudiaron a un grupo de Monjes que practicaban el Canto Gregoriano.
Y los estudios han sugerido que su práctica es beneficiosa debido a los rangos de hertz (alrededor de 8000) y los patrones de vibración de los sonidos. Los cantos gregorianos crean una vibración armónica que se ha demostrado en estudios que eliminan la fatiga, sanan y curan enfermedades y dolencias, extinguen la depresión y permiten a la persona que canta el canto gregoriano subsistir con tan solo 2 horas de sueño al día. Esto es porque estimula la parte de la corteza cerebral creando una vibración completamente diferente en nuestros huesos.
Cuando el cráneo vibra a esta frecuencia, actúa como una lupa en la medida que los huesos de la cabeza amplifican la vibración, que afecta al cerebro.
Es llamativo que los católicos pongamos huesos de los mártires debajo de nuestras iglesias o guardemos los fragmentos de huesos como reliquias. ¿Hoy no nos estarán ‘cantando’ esos huesos por la gracia de Dios? Tal vez Dios desea “amplificar” el poder sanador de la Eucaristía, permitiendo que la música sea un conducto de gracia sanadora que recibimos corporalmente, en la forma de las vibraciones únicas del Canto Gregoriano. Quizás estas vibraciones únicas sean un regalo para el alma que recibimos somáticamente por la sacramentalidad del Cuerpo, y que se encuentran también en creaciones únicas como el Mesías de Handel o en el Ave María.

LOS HUESOS CANTAN Y AFECTA AL CEREBRO
Cuando se canta, las vibraciones del canto crean una vibración separada en su propio nivel de Hertz, que emana de los huesos.
Es como si los huesos “cantaran” dicen los científicos y esta “canción” es mensurable.
Más específicamente, el cráneo y los huesos de la mandíbula, resuenan a este nivel de hertz mencionado antes. El tímpano y el estribo vibran con esta vibración única y estimulan un centro muy preciso de la corteza cerebral. Los monjes que se estudiaron pudieron subsistir con menos de 4 horas de sueño, algunos con menos de 2 horas de sueño al día, y se curaron de enfermedades y experimentaron una sensación general de bienestar. Alfred Tomatis es un médico francés y especialista en otorrinolaringología, que ha estado trabajando para comprender la función del oído humano y la importancia de escuchar, durante cuarenta y cinco años. Tomatis descubrió que los sonidos que contienen armónicos de alta frecuencia, como los que se encuentran en los cantos gregorianos, son extremadamente beneficiosos.
Son estas altas frecuencias de alrededor de 8000 Hz, capaces de “cargar” el sistema nervioso central y la corteza del cerebro.
En muchos de los cánticos sagrados de las diferentes tradiciones, dominan los principales armónicos de alta frecuencia, que ofrecen estimulación al cerebro. El mismo Tomatis descubrió esto cuando fue llamado para ayudar a un monasterio benedictino, donde los monjes sufrían de fatiga y depresión. Descubrió que, por lo general, habían cesado de cantar de seis a ocho horas, debido a un nuevo decreto. Y en poco tiempo los monjes no pudieron realizar sus muchas tareas. Cuando Tomatis restableció su canto diario, los monjes pronto pudieron continuar su riguroso programa de trabajo y oraciones. Aquí está la Teología del Cuerpo en la práctica. Cuando escuchamos cantos gregorianos, nuestros cuerpos experimentan un fenómeno sobrenatural que afecta nuestro bienestar. Para Tomatis, un aspecto importante de los efectos terapéuticos de los armónicos vocales radica en la conducción de los huesos, que son estimulados por una resonancia de alrededor de 2000 Hz.

Él dice: “El sonido producido no está en la boca, ni en el cuerpo, sino, de hecho, en los huesos.
Son todos los huesos del cuerpo los que cantan y es como un vibrador que excita las paredes de la iglesia, que también cantan”.
La conducción ósea en realidad amplifica el sonido a través de la resonancia del cráneo.
Según Tomatis, la conducción ósea estimula el músculo estribo del oído, que él cree que es la clave para estimular y cargar el cerebro. El mismo Tomatis se las arregla con una pequeña cantidad de sueño, menos de cuatro horas por noche. Él lo atribuye a su capacidad de escuchar sonidos ricos en armónicos altos. Tomatis ha descrito un fenómeno, que se ha denominado “efecto Tomatis”, que establece que hasta que no se puedan escuchar varios armónicos, no se podrá crearlos con la voz. Escuchar es, sin duda, una clave, no solo para obtener la capacidad de crear armonías vocales y mejorar la voz, sino también para comprender aspectos de otros niveles de conciencia. Tal vez la arquitectura y la acústica de una iglesia sí importen. Tal vez la forma en que cantamos y lo que cantamos influye en cómo oramos, en cómo creemos e incluso en nuestra salud. Tal vez muchas personas hoy en día están tomando medicamentos para la depresión y las enfermedades y experimentan una fatiga física y mental, porque los mismos dones de curación de la misa y el canto profundo se eliminan o alteran de tal manera que impiden que el cuerpo pueda participar en los dones de Dios. Somos cuerpo y alma que Dios lo diseñó.
De la misma forma es coincidente que el auge de la cristiandad estuvo asociado a las enormes estructuras acústicas de las Iglesias y al canto gregoriano.
Y el declive de la fe está asociado al abandono de esos edificios y al cambio de la música que cantamos en las misas.
Ese tipo de melodía profunda es la que está escrita en el manto de la Virgen de Guadalupe y que se ha descubierto hace poco.

Fuentes:
Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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