¿Estamos
preparando nuestros corazones para el advenimiento de Jesús? ¿Estamos tratando
de despegarnos del ruido que producen las promociones comerciales en esta época
del año? Hay una forma de prepararnos espiritualmente y resistir la marea
secular. Se trata de la práctica antigua de la Iglesia, que era obligatoria en
los siglos pasados.
Estamos hablando del ayuno, que junto con la
oración y la limosna, se asocian a los tiempos de espera antes de los grandes
sucesos que rememora la Iglesia.
El ayuno es un acto penitencial que a muchos puede parecerles a
contracorriente en estos momentos de esperanza y expectativa del adviento. Pero el Señor que vendrá no nos salvará a menos
que nos arrepintamos de nuestros pecados. Y el ayuno es una forma de hacer espacio para Dios en nuestras vidas y
demostrar nuestro arrepentimiento sincero por las caídas que tuvimos en
el año. En vez de transformar el adviento en una loca carrera de compras y
festejos, el ayuno nos permite luchar
espiritualmente contra la tentación y ser más caritativos. Esto no
significa que fuera el adviento o la cuaresma no luchemos contra el pecado. Sino
que son momentos en que debemos reforzar esa batalla.
Es una forma de educarnos a responder con fe y
devoción en lugar de responder con auto indulgencia.
Si nosotros
ayunamos le damos otro significado a
los preparativos de compras, decoraciones y fiestas paganas en que se ha
transformado la Navidad. Y estamos
dando un mensaje a nuestras familias y a nuestros amigos y conocidos. Podemos levantar la vista y mirar más allá,
contemplando la llegada de un Dios que vino a vivir entre nosotros.
HUBO
UNA VEZ UNA TRADICIÓN…
La razón por la que los celebrantes de misa se
revisten de morado en Adviento y en cuaresma en occidente, es que hay una
tradición penitencial en la Iglesia para estos dos períodos.
Sin embargo el adviento ha quedado despojado las
prácticas penitenciales, porque la Iglesia Católica ya no recomienda ni
ayuno y abstinencia. Pero antiguamente el
adviento tenía una carga penitencial de ayuno y abstinencia similar a la
cuaresma. En la época de San León Magno, en el siglo quinto, el ayuno era algo prescripto 4 veces al año
para los católicos.
Él
diría: “Se
han reservado cuatro períodos del año como tiempos de abstinencia, para que a lo largo del año podamos reconocer
que constantemente necesitamos purificación. Y que, en medio de las
distracciones de la vida, siempre debemos
esforzarnos por ayunar“.
Durante la Edad Media el ayuno de
adviento era tan estricto como el de la cuaresma. Generalmente comenzaba en la fiesta de San Martín, el 11
de noviembre y salvo el domingo de Gaudete en el tercer domingo de
adviento, el ayuno de carne era estricto. En algunos lugares hasta se prohibía la fruta y los huevos,
y en los monasterios predominaba el pan. Los viernes solían ser días de ayuno hasta la noche, y luego pasó
a ser un día de abstención de carne. La Iglesia Católica en occidente ha ido perdiendo esta práctica del
ayuno en adviento. Y ha relajado las normas penitenciales en general, abrazando
la auto indulgencia que predomina en la sociedad occidental. Esto no ha sucedido
de la misma forma en la iglesia oriental. Tanto católicos como ortodoxos en oriente llaman al adviento una pequeña
cuaresma, que comienza con el ayuno de
Felipe, qué sucede luego de la fiesta del apóstol Felipe el 14 de
noviembre. Este ayuno llega hasta el
día antes de la Navidad y su disciplina es la abstención de carnes, lácteos,
pescado, vino y aceite.
¿ES
POSIBLE AYUNAR EN ADVIENTO EN OCCIDENTE HOY?
Occidente se ha transformado en una sociedad pagana y consumista, que impregna
absolutamente todo. ¿Es posible que un occidental
ayune mientras el resto se prepara para la fiesta hoy pagana de Navidad? Claro que es posible ayunar en adviento,
tanto como orar, estudiar las escrituras y dar limosna. Porque el ayuno nos mantiene enfocados en la
espiritualidad en lugar del paganismo comercial; nos disciplina.
Benedicto XVI ha dicho al respecto: “En nuestros
días, el ayuno parece haber perdido algo de su significado espiritual, y ha
adquirido, en una cultura caracterizada por la búsqueda de bienestar material,
un valor terapéutico para el cuidado del cuerpo.
El ayuno sin duda aporta beneficios al bienestar
físico, pero para los creyentes, es, en primer lugar, una “terapia” para curar
todo lo que les impide cumplir con la voluntad de Dios”.
Hay
que dar el primer paso.
Y un buen primer paso es abstenerse de carnes,
alcohol y golosinas los viernes, porque ese día ha sido mantenido
tradicionalmente por la Iglesia como un día de penitencia.
Pero puedes
ir un paso más allá y agregar otro día, que pudiera ser el martes. Los martes es uno de los días que pide ayuno
Nuestra Señora en Medjugorje, junto con los viernes. Cuando tengas la tentación
de comer esas cosas di una oración y pide ayuda a Nuestro Señor. Otra opción es saltearse una comida,
en principio los viernes, los martes y eventualmente los restantes días de
adviento. Pero si el ayuno de alimentos no lo consideras adecuado, puedes ayunar de medios de comunicación,
o sea privarte de ver televisión o escuchar radio. O de medios digitales, como puede ser la computadora y el celular.
Y todo este tiempo que ganas lo puedes
usar para orar y leer las escrituras. También otra opción es pregúntale al Señor en oración de que puedes
ayunar hoy o esta semana. Pero el ayuno no es algo que debamos encasillar en adviento o cuaresma, porque
es un acto penitencial válido para todo el año.
HAY
QUE ESTAR CONVENCIDO DE LAS VENTAJAS DEL AYUNO
El ayuno es
una práctica importante para el
equilibrio hormonal. Para despegarse
de los apegos y lograr paz. Es una práctica penitencial para ayudar en situaciones difíciles. Pero
requiere estar convencido de sus frutos. Y un método para cumplirlo, para no
quebrarlo y desvirtuarlo. Es una excelente práctica ayuda para negarse a sí mismo. Y un método eficiente para nuestro crecimiento espiritual. También
el ayuno puede realmente ayudar al cuerpo a encontrar un adecuado equilibrio bioquímico. Y
aunque muchos podrían tomar el ayuno como un modo anticuado de vida, lo que la
Iglesia ofrece es de hoja perenne.
Cuando éste se combina con los hábitos
nutricionales adecuados y el ejercicio, un ayuno regular puede ayudar tanto al
cuerpo como al alma.
Hoy en día,
la dieta promedio se compone de comida rápida y aperitivos envasados, que
llevan muy poco o ningún valor nutricional. Una rutina regular de ayuno puede
ayudarnos a entender que la comida es
realmente un combustible.
El ayuno permite llevar una vida interior unida a
Dios y al mundo celestial con más fruto, porque libera de la tiranía de la
materia.
Por eso los santos recomiendan el ayuno a todo aquel
que quiere llegar a una mayor interioridad.
El
Ayuno no es un fin en sí mismo sino
medio para:
-fortalecer, estabilizar y desarrollar el auto
control.
.
-reconocer debilidad y dependencia en Dios.
.
-conducirnos a libertad de corazón y mente, para liberarnos de los apegos terrenales
.
-liberarnos de las cosas que nos atan: caprichos, gustos, excesivo auto cuidado, encaminarnos hacia la Paz.
.
-practicar la pobreza de espíritu.
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-edificar la vida interior.
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-eliminar los excesos de nuestra vida para encontrar más espacio para Dios.
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-dar tranquilidad de espíritu para poder discernir mejor.
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-reconocer debilidad y dependencia en Dios.
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-conducirnos a libertad de corazón y mente, para liberarnos de los apegos terrenales
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-liberarnos de las cosas que nos atan: caprichos, gustos, excesivo auto cuidado, encaminarnos hacia la Paz.
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-practicar la pobreza de espíritu.
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-edificar la vida interior.
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-eliminar los excesos de nuestra vida para encontrar más espacio para Dios.
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-dar tranquilidad de espíritu para poder discernir mejor.
Veamos
ahora cómo puedes incorporar el ayuno a tu vida sobre una base permanente.
LA
PREPARACIÓN
Es importante desarrollar una estrategia antes de
comenzar a ayunar.
.
Esto comienza con el establecimiento de una meta realista.
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Esto comienza con el establecimiento de una meta realista.
Por ejemplo,
debes comenzar de una manera simple, comer
pan y agua es una de las comidas en un día de la semana. También debes
seleccionar el día de tu ayuno. Recomiendo los días martes o viernes por ser estos los dos días católicos que
tradicionalmente se ayuna para conmemorar la traición y crucifixión de Jesús. Y son los que pide la Reina de la Paz de Medjugorje.
A medida que se crece en la disciplina del ayuno, se puede aumentar el ayuno en varias comidas al día o
incluso en varios ayunos a la semana.
EL
AGUA
El agua ayuda a purificar nuestro cuerpo de
toxinas, mientras que proporciona la hidratación básica que necesitamos para
sobrevivir.
Cuando ayunes, asegúrate de llevarte una botella de agua durante todo el día y beber
con frecuencia para mantenerte hidratado. Una tentación común puede ser deslizarse y tomar algún refresco
durante el día. Sin embargo, debes mantenerse fuerte ante esa tentación. El pan
y el agua van a satisfacer tus necesidades básicas.
EL
PAN
Seleccionar un pan adecuado para ayunar es crucial para un éxito de ayuno. Puedes tener desde el típico pan que comemos procesado carente de
valor nutricional, al preparado especialmente.
El pan debe ser abundante, pero austero.
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Para que el ayuno pueda brindarte la nutrición necesaria para completar las tareas del día y nada más.
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Para que el ayuno pueda brindarte la nutrición necesaria para completar las tareas del día y nada más.
Lo ideal, si puedes, es hornear tu propio pan.
LA
ORACIÓN
Por ejemplo mientras estás calentando el pan que has horneado, toma un
cuaderno y escribe tus intenciones de oración para ese día. Tal vez un amigo
tuyo ha perdido un trabajo, un familiar está enfermo, o alguien te ha pedido
sus oraciones. Mantén la lista contigo
y ofrece tus oraciones para estas personas durante todo el día.
A medida que avanza el día, busca oportunidades
adicionales para orar, especialmente durante las comidas.
Tal vez
puedas asistir a misa todos los
días, o hacer una parada para visitar
el Santísimo Sacramento durante un tiempo. La oración intencional
durante el ayuno nos ayuda a recordar
que el ayuno no es puramente una práctica ascética. El privarnos de alimentos es para crecer en
nuestro acercamiento con Dios y no para demostrar las pruebas a las que
somos capaces de someter nuestros cuerpos. El hambre que experimentamos
mientras ayunamos infunde en nosotros la verdad de que nada en este mundo nos puede satisfacernos excepto Dios.
LAS
TENTACIONES
Mientras una
persona se acerca más a Dios en oración es sometida a muchas más tentaciones. Hay quienes presumen ante sus amigos sobre lo bueno que son para
el ayuno.
Jesús nos advirtió en el Evangelio que ese tipo de
personas son hipócritas.
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Porque el propósito del ayuno es acercarnos a Cristo y no atraer hacia nosotros la atención de otros y demostrar nuestra propia grandeza.
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Porque el propósito del ayuno es acercarnos a Cristo y no atraer hacia nosotros la atención de otros y demostrar nuestra propia grandeza.
Otra tentación puede ser la comida gratis.
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Al igual que la carne se vuelve más disponible y atractiva durante la Cuaresma en los días viernes, de la misma forma te esperarán más tentaciones para comer durante el ayuno.
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Al igual que la carne se vuelve más disponible y atractiva durante la Cuaresma en los días viernes, de la misma forma te esperarán más tentaciones para comer durante el ayuno.
Un compañero
de trabajo te puede ofrecer un snack o informarle sobre lo que quedo de la
comida en la sala de descanso. Así que mantente
alerta contra estas tentaciones y enfoca tu mente en otras cosas. Cuanto
menos se piense en la comida durante el día, más fácil será ayunar.
CÓMO ROMPER
EL AYUNO
Termina tu día de ayuno con una oración.
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Dale gracias a Dios por el día y luego prepara una comida de tamaño normal.
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Dale gracias a Dios por el día y luego prepara una comida de tamaño normal.
Otra tentación puede ser el hecho de atiborrarse de
comida después de comer menos durante el día, pero esto no es beneficioso.
Come tu comida lentamente y con plena atención. Dale gracias a Dios por el don de la comida y por la gracia que
nos dio del ayuno. Al igual que cualquier otro hábito, el ayuno puede ser difícil de empezar y es
posible que desees dejar de hacerlo. Cuando ayunes tendrás días buenos y otros en los que te dará hambre fácilmente. ¡No te desanimes, sino persevera! Dios tiene grandes gracias para los que
ayunan y nos ayudará a acercarnos a él si es que lo buscamos a través de
la disciplina del ayuno.
LO
QUE LOS PADRES DE LA IGLESIA DIJERON ACERCA DEL AYUNO
Para
afianzar la posibilidad de comenzar con
el ayuno y perseverar, tal vez vengan bien algunas frases de padres de
la Iglesia.
EL
PAPA CLEMENTE I (MUERTO A LOS 99 O 101)
Por lo tanto
“dejemos que ellos con el ayuno y la oración
hagan sus acciones, y no sólo con palabras elegantes, bien organizadas y
coordinadas de un ordenado aprendizaje, sino como hombres que han recibido el
don de la curación de Dios con confianza y para la gloria de Dios. Porque sus
ayunos y oraciones y la observancia permanente, juntamente con sus otras buenas
obras mortifican las obras de la carne
por el poder del Espíritu Santo“–
Dos epístolas de virginidad, 12
DIDAJÉ
(LA ENSEÑANZA DE LOS DOCE APÓSTOLES) (70-140 dC)
“Antes
del bautismo, por otra parte, el que
bautiza y el que es bautizado deben ayunar, y todos los que puedan
también. Se le tiene que decir al que es bautizado que ayune durante uno o dos
días de antelación y sus ayunos no deben imitar a los de los hipócritas”- Didajé, 7
EL
PASTOR DE HERMAS (90-140 dC)
“El
ayuno es muy bueno, siempre que se observen aquí los mandamientos del Señor… En
primer lugar, estar en guardia contra
toda mala palabra y todo mal deseo, purificar el corazón de todas las vanidades de este mundo. Al
protegerse contra todas estas cosas, su ayuno será perfecto. Y lo hará de la
siguiente manera. Después de haber cumplido con lo que está escrito, en el día
en que usted ayune podrá comer sólo pan
y agua. Estime el precio de los platos que se hubiera comido y ese dinero lo podría entregar a una viuda o
un huérfano o a alguna persona que lo necesite. Por lo tanto va a exhibir
humildad en su mente, de modo que el que ha recibido el beneficio de su
humildad, pueda llenar su propia alma, y orar por UD. ante el Señor. Si usted
observa el ayuno, como yo os he mandado, su sacrificio será aceptable a Dios, y este ayuno será anotado. Así
su servicio es realizado de una forma noble y sagrada, y aceptable para el
Señor”-
Pastor de
Hermas, libro 3, Similitud 5, Capítulo 3”
TERTULIANO
(160 – 220 dC)
“Vamos a ayunar hermanos y hermanas, no sea
que por ventura mañana estemos muertos. Abiertamente reivindiquemos
nuestra disciplina. Claros estamos que los
que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Por supuesto que no
quienes están en el fondo con la carne, pero sí quienes están en el cuidado, en
el afecto, en el trabajo, y en la voluntad misma. No es que la delgadez no agrade; pues no es por el peso que Dios
no nos concede la carne, lo hace para tener el Espíritu a la medida” – El Ayuno, 17
MACARIO
DE EGIPTO (300-391 DC)
“Esta es la marca del cristianismo: por
mucho que un hombre se afane, y por muchas buenas acciones que éste realice, el sentir que no ha hecho nada, si al ayunar dice:
‘Esto no es ayuno’, y al rezar ‘Esto no es oración’ e incluso si es
justo delante de Dios, dice ‘Yo no soy justo; Yo no tomo dolores, sino sólo lo
hago un poco todos los días’”– Abba Macario el Grande, Homilía 26
SAN
BASILIO EL GRANDE, (330-379 dC)
“El ayuno da luz a los profetas y fortalece a
los poderosos; el ayuno hace legisladores sabios. El ayuno es una buena
garantía para el alma, un compañero firme para el cuerpo, un arma para el
valiente, y un gimnasio para los atletas. El ayuno repele tentaciones, unge a
la piedad; es el compañero de la vigilancia y el artífice de la castidad.
En la guerra lucha con valentía, en paz enseña quietud” – Homilía sobre el ayuno
SAN
AGUSTÍN (354-430 dC)
“El ayuno limpia el alma, levanta la mente,
somete la propia carne al espíritu, hace al corazón contrito y humilde,
dispersa las nubes de la concupiscencia, extingue el fuego de la lujuria, y
enciende la luz verdadera de la castidad. Te hace entrar de nuevo en ti mismo“ – Sermón, sobre
la oración y el ayuno, LXXII
Así que la próxima vez que sientas la necesidad de
llenar su estómago con esa pila de galletitas después de la cena o no
perseverar en el ayuno que habías comenzado, piensa en lo que tus predecesores
apostólicos han instado a hacer y cómo esta disciplina del ayuno podría
ayudarte en el la vida espiritual.
Fuentes:
- http://epicpew.com/early-church-fathers-said-fasting/
- http://catholicexchange.com/deny-yourself-a-practical-guide-to-fasting
- https://en.wikipedia.org/wiki/Fasting_and_abstinence_in_the_Roman_Catholic_Church
- http://www.catholicgentleman.net/2014/04/spiritual-weapons-fasting/
- https://aleteia.org/2018/11/29/how-to-fast-during-advent/
- https://www.thecatholicthing.org/2014/11/30/fasting-for-advent/
- https://www.osv.com/OSVNewsweekly/Story/TabId/2672/ArtMID/13567/ArticleID/21227/Fasting-in-Advent.aspx
- https://en.wikipedia.org/wiki/Nativity_Fast
- http://www.catholic365.com/article/5593/advent-the-ideal-time-for-fasting.html
- http://catholicveritas.com/blog/advent-return-abstinence-and-fasting
- http://cal-catholic.com/what-ever-became-of-advent-fasting-and-penance/
- https://intervarsity.org/blog/spiritual-disciplines-advent-fasting
Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María
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