viernes, 10 de marzo de 2017

LOS DIAMANTES, LAS ESMERALDAS...


Sobre el tema de la riqueza tocado ayer, no hay que olvidar un detalle: las trufas están en la naturaleza para que alguien las coma, los rubíes están en las profundidades para que adornen alguna joya, las langostas están puestas en el mar para que alguien las coja.

Los campesinos que recogen trufas se comen algunas y el resto las venden para ganarse un dinero muy bien ganado. Lo mismo podríamos decir de los que recogen langostas, trabajan el oro o tallan el marfil. Tuve durante muchos años un amigo que se dedicaba como único trabajo a tallar el marfil.

Debemos esforzarnos y trabajar por lograr una sociedad más justa, una Humanidad sin pobres. Pero más vale luchar por ese ideal echando por la borda viejos estereotipos dignos de un cuento soviético de los años 30. 
Es curioso como en Europa hemos perdido los viejos símbolos del Poder, aquellos antiguos rituales. Hoy día hay un poder sin poesía.

Si me está leyendo un joyero, un platero o algo así, de verdad que me gustaría diseñar hasta el más pequeño detalle de una tiara papal para algún museo. No será llevada por ningún Papa, probablemente, pero será vista por miles de personas.


P. FORTEA

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