2 MARZO 2016
Queridos hijos, mi llegada en
medio de ustedes es un regalo del Padre Celestial para ustedes…
18 MARZO 2016
Con un corazón materno lleno
de amor hacia ustedes, mis hijos, deseo enseñarles…
Mensaje del 2 de marzo 2016
“Queridos
hijos, mi llegada en medio de ustedes es un regalo del Padre Celestial para
ustedes.
Por
Su amor vengo a ayudarlos a encontrar el camino hacia la verdad, a encontrar el
camino hacia mi Hijo.
Vengo
a confirmarles la verdad. Quiero recordarles las palabras de mi Hijo.
Él
ha pronunciado palabras de salvación para todo el mundo, palabras de amor para
todos, amor que demostró con Su sacrificio.
Pero
hoy en día muchos de mis hijos no lo conocen, no desean conocerlo, son
indiferentes. A causa de su indiferencia mi corazón sufre dolorosamente.
Mi
Hijo ha estado siempre en el Padre. Al nacer trajo lo divino, y de mí recibió
lo humano.
Con
Él llegó la Palabra entre nosotros. Con Él llegó la luz del mundo, que penetra
en los corazones, los ilumina y los llena de amor y de consuelo.
Hijos
míos, mi Hijo puedo ser visto por todos los que lo aman, porque Su rostro se ve
en las almas que están llenas de Su amor.
Por
lo tanto, hijos míos, apóstoles míos, escúchenme: dejen la vanidad y el
egoísmo, ustedes no viven solo para lo terrenal, lo material.
Amen
a mi Hijo, y hagan que los demás vean Su rostro en vuestro amor por Él.
Yo
los ayudaré a conocerlo cada vez más y les hablaré de Él.
Les
doy las gracias.”
Mensaje Anual a Mirjana del 18
de marzo 2016
“Con
un corazón materno lleno de amor hacia ustedes, mis hijos, deseo enseñarles la
plena confianza en Dios Padre.
Deseo
que aprendan a seguir la voluntad de Dios mirándose y escuchándose
interiormente.
Deseo
que aprendan a confiar infinitamente en Su gracia y en Su amor, como yo siempre
he confiado.
Por
eso, hijos míos, purifiquen sus corazones.
Libérense
de todo lo que los ata únicamente a lo terrenal y permitan a lo divino, dar
forma a vuestra vida a través de vuestra oración y sacrificio; que en sus
corazones esté presente el Reino de Dios; que comiencen a vivir a partir de
Dios Padre; que procuren caminar siempre con mi Hijo.
Y
para todo esto, hijos míos, deben ser pobres en espíritu y estar llenos de amor
y de misericordia.
Deben
tener corazones puros y simples, y estar siempre dispuestos a servir.
Hijos
míos, escúchenme, hablo en nombre de vuestra salvación.
¡Les
doy las gracias!”
Fuentes: Centro María Reina de la Paz
Montevideo-Uruguay
Foros de la Virgen María
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