jueves, 25 de febrero de 2016

PILAR RAHOLA CARGA CONTRA EL «PIJOPROGRESISMO ZAFIO Y ESTÚPIDO» POR EL PADRENUESTRO BLASFEMO


Sigue la polémica del Ayuntamiento de Barcelona.

La periodista Pilar Rahola se ha convertido en el principal azote de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y de su equipo de Gobierno municipal, por el polémico Padrenuestro blasfemo que escenificó la poetisa Dolors Miquel en los Premios Ciutat de Barcelona.

La polémica ha saltado a la opinión pública, y son muchas las personalidades que han mostrado su rechazo a un poema que hiere los sentimientos religiosos de los cristianos.

Religión en Libertad ha publicado diversos reportajes y noticias sobre el tema:

Leen una versión blasfema del Padrenuestro en un acto institucional presidido por Ada Colau

Rahola, Caram, obispo Saiz y E-Cristians protestan a la alcaldesa Colau por el padrenuestro blasfemo

70.000 ciudadanos piden a la alcaldesa de Barcelona que se disculpe por el padrenuestro blasfemo

Sostres a Colau: Te atreves a atacar a los cristianos y no al Corán ya que sabes que perdonamos

Abogados Cristianos denuncia a Ada Colau y la artista Dolors Miquel por el padrenuestro blasfemo

El padrenuestro de Colau «evidencia la quiebra moral que padecemos», afirma el cardenal Cañizares

Omella cree que ante la ofensa del Padrenuestro blasfemo: «A veces callar es la mejor respuesta»

Pilar Rahola señala en su artículo de La Vanguardia títulado Padrenuestro que “para triunfar un cuarto de hora en un informativo, haga falta herir a los creyentes. Perdón, herir a los católicos –o a los judíos–, que es el deporte practicado en las tierras del pijoprogresismo, porque al islam no hay quien le silbe”.

Progre yupiyaya desagradable e hiriente
“¿Es necesario? Es decir, ¿para hacerse el progre yupiyaya es necesario ser tan desagradable, hiriente y antiguo? Y digo lo de antiguo porque el insulto a los católicos ya se inventó en el otro siglo y ahora queda de un demodé que ni les explico”, escribe la columnista y tertuliana.

Concluye la articulista que “no, no creo que sea necesario, es doloroso para miles y es zafio para la mayoría. Y, por encima de todo, es estúpido porque el desprecio a los católicos ya no es un arma revolucionaria, sólo es el retrato preciso de la estupidez. El problema viene cuando esa estupidez se paga con dinero público”.

Rifirafe televisivo con un miembro de Podemos
Rahola también intervino en un debate del canal 8TV, propiedad del Grupo Godó, enfrentándose con el Teniente Alcalde de Barcelona, Jaume Asens.

“Vosotros que sois tan ‘progres’ y tan ‘yupiyayas’ no os imagino haciendo un acto donde ofendéis a los musulmanes -dijo con dureza la periodista al número dos de Colau en el Ayuntamiento de Barcelona-. Yo os animo a hacerlo, y después os criticaré, porque no creo que haya que ofender a ninguna religión”.

Rahola señaló que había recibido cientos de quejas contra al ayuntamiento en su página de Facebook y opinó que “no creo que entre mis seguidores en Facebook haya muchos votantes del PP, y están indignados. Cuando todo el mundo está ofendido, ¿es que todo el mundo se ha equivocado?”.

Intenso debate en 8TV, con Josep Cuní de moderador, entre la periodista Pilar Rahola y el Teniente Alcalde de Barcelona, Jaume Asens
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A continuación publicamos el artículo completo de Pilar Rahola publicado en La Vanguardia:

Padrenuestro
«A diferencia de algunos, que alzan su fe católica sólo para censurar la libertad de expresión, y después continúan viviendo felizmente su doble moral, yo no estoy ni a favor de la censura ni me siento vinculada a los dogmas católicos. Mi racionalismo militante me impide creer en Dios, pero mi ética no me impide respetar a los creyentes. Y ello tanto sirve para el catolicismo como para cualquier religión, porque lo censurable no son las creencias de la buena gente en sus dioses, sino el mal uso que alguna mala gente hace de esos dioses. Desde esa perspectiva, nunca he entendido que, para triunfar un cuarto de hora en un informativo, haga falta herir a los creyentes. Perdón, herir a los católicos –o a los judíos–, que es el deporte practicado en las tierras del pijoprogresismo, porque al islam no hay quien le silbe.

»Y es así como los premios Ciutat de Barcelona se han convertido en un escaparate del desprecio a la fe católica, en lugar de ser lo que son: un acto bello para premiar a gente notable. Felicidades a todos. Pero como este Ayuntamiento no sería él si no nos diera alguna insólita alegría, decidieron amenizar la fiesta con un poema blasfemo de Dolors Miquel, poeta de quien, por cierto, me gustó mucho la Flor invisible: “Vaig travessar el pa­radís en un somni / i em van donar una flor”... Sólo que esta vez no hablaba de paraísos, sino que hacía un padrenuestro con frases del estilo “Sea santificado vuestro...” y en los suspensivos pongan la palabra que de­fine, en versión burda, el sexo fe­menino... O... “hágase vuestra voluntad en nuestro útero”..., y etcétera... Y todos felices, porque cuando se trata de los católicos se comen perdices.

»¿Es necesario? Es decir, ¿para hacerse el progre yupiyaya es necesario ser tan desagradable, hiriente y antiguo? Y digo lo de antiguo porque el insulto a los católicos ya se inventó en el otro siglo y ahora queda de un demodé que ni les explico. Pero más allá de lo viejos que son los nuevos, me resulta incomprensible que sea ese poema el que se escoja para celebrar una fiesta que es de todos, de los anticlericales y de los creyentes. Y quede claro que respeto la libertad de la poeta de hacer el poema, porque el arte es libre incluso cuando nos repugna. Pero ¿debe ser la guinda de unos premios ciudadanos? Repito, ¿es necesario usar la oración central de los católicos, tantas veces bálsamo del dolor, para reírse de ellos? Sin ir más lejos, Isona Passola me comentaba que el momento más bello de la despedida a su marido, Jordi Teixidor, fue cuando su madre, con 90 años, le rezó el padrenuestro. No, no creo que sea necesario, es doloroso para miles y es zafio para la mayoría. Y, por encima de todo, es estúpido porque el desprecio a los católicos ya no es un arma revolucionaria, sólo es el retrato preciso de la estupidez. El problema viene cuando esa estupidez se paga con dinero público».

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