lunes, 1 de diciembre de 2014

ADVIENTO: TIEMPO PARA LA ENTREGA


Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando ardemos y somos luz; somos torrentes de agua viva nacidos para darnos y no estancarnos. Líbranos de la prudencia cobarde que nos hace evitar cualquier sacrificio.

La vida se entrega con sencillez, sin publicidad, como el agua de la fuente, como una madre da el pecho a su hijo, como el sudor del sembrador...

Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque tras lo imposible está tu gracia y tu presencia…

No conocemos el futuro, nuestro camino está cubierto de niebla, pero sabemos que Tu estás y no podemos caer en el vacío.

Por eso queremos seguir entregándonos, porque Tu estás esperando en la dura noche, en millones de ojos humanos, repletos de lágrimas...

(Nadie tiene un amor más grande, que el que da la vida por sus amigos) del Evangelio de San Juan.

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