lunes, 15 de diciembre de 2014

EL LIBRITO QUE REGALÓ EL PAPA PROPONE LOS 5 DEDOS PARA RECORDAR ORAR POR 5 TIPOS DE PERSONAS


Después del Angelus, Francisco regaló a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro un librito de oraciones preparado por la Limosnería y la Libreria Editrice Vaticana. Se distribuyeron 50.000 copias de un folleto que comenzará a venderse e los próximos días a un precio muy bajo.

Como explica Giancarlo La Vella, de Radio Vaticana, la publicación es "un vademécum de oraciones esencial, pero completo, que debe acompañar a los Evangelios que el Papa ha exhortado a los fieles a llevar siempre consigo". Se trata de 40 páginas de invocaciones, introducidas por la frase del Sumo Pontífice Cuando rezo, Dios respira en mí: se trata de "profundizar en el diálogo que, mediante la oración intensa e íntima, silenciosa o manifiesta, nos acerca al Señor".

La cubierta del libro es un fresco del siglo III de las catacumbas de Santa Priscila, en Roma, que representa al Orante con los brazos abiertos, para asemejarse a Cristo crucificado.

En el interior, las oraciones esenciales: Padrenuestro, Avemaría, Gloria y otras fórmulas breves y fáciles de aprender de memoria, para utilizar en diversos momentos del día. También oraciones bíblicas, como el Magnificat o invocaciones extraídas de los Salmos, el Angelus, el Rosario, el Via Crucis o la Coronilla de la Divina Misericordia. Y textos de santos como San Francisco de Asís, Santa Teresita del Niño Jesús o la Beata Madre Teresa de Calcuta.

LOS CINCO DEDOS PARA LAS CINCO INTENCIONES
Destaca la forma que sugiere el Papa para recordar con los dedos de la mano a aquellos por quienes debemos rezar: el pulgar representa al prójimo, el más cercano a nosotros; el índice, a quien tiene como misión guiar a los demás; el medio, a quienes tienen en sus manos los destinos de la sociedad; el anular, el dedo más débil, nos recuerda a quienes sufren en el cuerpo o en el espíritu; y el meñique, el más pequeño, para recordarnos que debemos pedirle al Señor por nosotros mismos.

El librito fue una "sorpresa, un regalo", como lo definió el mismo Papa al anunciar que se iba a regalar y exhortar a todos los presentes a coger uno: "Llevadlo siempre con vosotros, como ayuda para vivir toda la jornada con Dios".

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