martes, 29 de septiembre de 2009

EL OBJETIVO DE LA MASONERÍA ES EL DOMINIO OCULTO DEL MUNDO Y LA IMPOSICIÓN DE SU IDEOLOGÍA


VICENTE A. GUILLAMÓN DISECCIONA LA MASONERÍA

«Los Masones en el Gobierno de España» (LIBROSLIBRES) hace un repaso histórico por los orígenes y posterior desarrollo de la masonería. Desde su comienzo al servicio de la Corona Real Británica, pasando por su expansión gracias al imperio napoleónico, hasta hoy: un poder oculto, infiltrado a todos los niveles, que persigue implantar su ideología a cualquier precio.

- ¿Por qué hablar de la masonería ahora?
¿Y por qué no? Ahora, precisamente, que estamos sufriendo en España una verdadera invasión masónica que afecta a la mayoría de las instituciones públicas, empezando por el Gobierno de la nación y de ciertas comunidades autónomas, y siguiendo por las Cortes, la Universidad, la enseñanza en general, la magistratura, el periodismo y la televisión, algunos partidos políticos, especialmente de izquierdas sin descartar infiltraciones en el PP, etc.

-¿Tantos masones hay en España?
No muchos, probablemente no pasen de unos pocos miles, la mayoría personas comunes de nivel profesional mediano o bajo. Sin embargo, existe una casta superior muy reducida, acaso con sus logias exclusivas, pero situada en los puntos clave de los engranajes del Poder, lo que le permite ejercer una influencia decisiva en la marcha del país.

- Entonces, su libro, ¿se refiere a este problema?
Sí, pero no exclusivamente, porque va mucho más allá, o mucho más atrás de la situación actual, dado que estos lodos vienen de polvos muy antiguos. El libro, en realidad, es un recorrido histórico de la masonería española y «sus repetidos asaltos al poder», como reza su propio subtítulo, desde su creación en España, a raíz de la invasión francesa, hasta nuestros días.

- ¿Usted cree que la gente sabe lo que ha sido y es la masonería?
Muy pocos saben o tienen conciencia de ello. Incluso sus propios iniciados en los grados inferiores desconocen los «misterios» de los grados superiores. Digo más: tengo para mí que algunos expertos o estudiosos de este fenómeno ideológico se dejan envolver por las fábulas de la Orden y acaban perdiendo el sentido de la realidad masónica, en particular de su verdadera historia y su auténtico espíritu. Por eso dedico, al principio del libro, unos breves capítulos a fin de aclarar conceptos, desmitificar la farfolla histórica, limpiarla de telarañas y novelerías legendarias y reducirla a la realidad de ella misma. Lo demás es perderse en misterios esotéricos ajenos a lo que la orden es efectivamente. A la masonería no hay que buscarle pasados grandiosos y monumentales, relacionados, en unos casos, con la construcción del templo de Salomón, y en otros, con los supuestos secretos de la «masonería operativa» que levantó las grandes catedrales góticas. Todo eso es pura fabulación, leyendas para aparentar linajes de «rancio abolengo» o simulaciones para enmascarar la verdad de los hechos.

- En ese caso, ¿qué es la masonería y qué pretende?
Yo he necesitado un libro entero para desenredar la madeja, pero voy a intentar resumirlo muy resumido en poquísimas palabras. La masonería es un movimiento ideológico y conspirativo, de ahí su persistente secretismo, además de raíz protestante, nacido a principios del siglo XVIII en Inglaterra, al objeto de apoyar la lucha del Orange (Guillermo III, calvinista) y los Hannover (los sucesivos Jorges, de origen luterano), usurpadoras del trono inglés, contra la pretensiones de los Estuardo (católicos) para recuperar la corona, como legítimos herederos de los Tudor. En consecuencia, los masones, una amalgama de protestantes (anglicanos, puritanos, presbiterianos, incluso algún hugonote francés, etc.), brazo conspirativo al servicio de la casa de Hannover, todavía reinante, mantuvieron desde entonces, es decir, desde su fundación, una actitud beligerante contra los «papistas», los jesuitas, los estuardistas, los reinos «católicos» como Francia y España que apoyaban los Estuardo y, en definitiva, contra la religión católica y su Iglesia. Parte de aquellos enemigos iniciales de la masonería, es decir, del Imperio británico, se los ha tragado la historia, pero la Iglesia persiste, y la masonería también, además multiplicada, con la irrupción de la masonería de corte francés de la que se adueñó Napoleón para servir a los intereses de su propio imperio. La historia de todo esto es mucho más compleja y enredada de lo que sugiere mi respuesta, pero como avance del contenido de una parte del libro, sirve lo que digo.

- Sin embargo no ha explicado qué pretende la masonería.
Es que resulta muy difícil comprimirlo todo en un par de frases, así que vayamos por partes. El objetivo actual de la masonería, en realidad el de siempre, es el dominio oculto del mundo, la imposición global de su ideología, que no es otra que un secularismo relativista que pretende sobreponerse a todas las demás religiones e ideologías políticas, expresión, éstas, de la división y el fraccionamiento humanos y, por ello, causa de las continuas luchas de los hombres entre sí. Como la masonería aspira a la paz infinita, como dijo alguna vez Zapatero, intenta excluir de la vida social los motivos de enfrentamientos humanos que provocan, a su juicio, las religiones, de ahí que haya que reducir sus cultos a la esfera exclusivamente privada, encerrarlas en sus templos, erradicarlas, empezando por sus símbolos, de la vida pública, como estamos viendo actualmente en España.

- De ese modo terminaríamos en el pensamiento único.
En efecto, porque la masonería es un ideología total, es decir, totalitaria, como son todas las ideologías absolutas que han pretendido siempre crear un «hombre nuevo» y «salvar a la humanidad»: radicalismo jacobino que algunos llaman liberal aunque no lo haya sido nunca, marxismo, anarquismo, etc. El sueño de todas las mentes iluminadas, opresoras y totalitarias. Ahora sostienen, siguiendo a Malthus, entre otras teorías muy inquietantes, que somos demasiados en este mundo, que la Tierra no aguanta el crecimiento «incontrolado» de la población, por eso hay que promover políticas de «salud sexual y reproductiva», que se traduce en el uso generalizado de anticonceptivos, aborto masivo, etc. No descubro nada, lo estamos viendo y sufriendo en nuestras propias carnes de la mano de un Gobierno masonizado.

- Eso que dice es terrible.
Claro que lo es, y tanto. Sin embargo, la oposición política todavía sostiene que eso de la ampliación de la ley del aborto es una simple cortina de humo para que la gente no repare en el tremendo drama del paro y la crisis económica. Serán estúpidos. Claro que estamos padeciendo una gravísima situación económica y laboral, en buena medida por la incompetencia de los gobernantes, pero no es menos cierto que estos gobernantes, con crisis o sin ella, van a lo suyo, al logro de los objetivos masónicos universales.

- No obstante, la gente no parece que se entere mucho de la situación que estamos viviendo...
La gran mayoría de la gente no se entera lo más mínimo de donde proceden los tiros, de quienes mueven los hilos entre bastidores incluso en los organismos internacionales como la ONU y sus distintas agencias. No se enteran, me temo, ni siquiera muchos obispos y la casi totalidad de los clérigos, buena parte de ellos todavía se toman a cachondeo aquello de la «conspiración judeo masónica», que repetía Franco. Bueno, pues digo, judeo, no, desde luego, pero masónica, naturalmente que sí. Y el que no quiera creerlo, peor para él, aunque acabemos sufriéndolo todos.

- Entonces, ¿su libro sirve para orientarnos ante lo que parece una gran amenaza?
No soy el más indicado para contestar a esta pregunta dada mi parte en el «negocio», pero si alguien quiere enterarse de lo que pasó y pasa actualmente en España, bajo la sombra de la acacia, el árbol de la masonería, estimo que no puede dejar de leer el libro. Hay mucha ignorancia en este país sobre este fenómeno ideológico que tanto está influyendo en la sociedad española. Mi trabajo, fruto de largos años de estudio, documentación y reflexión, viene a ser una voz de alerta a quines no quieran ser manipulados desde las sombras. Además, es muy ligero de leer, nada indigesto, aunque documentado y concreto. Después de todo, los muchos años de profesión periodística, tenían que servirme de algo.
Rafael Beltrán/ReL

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No os dejéis engañar, el mismo oscuro poder que patrocina la masonería es el que patrocina a la Iglesia Católica y todas las religiones

vicente dijo...

Anonimo haces honor a tu PS.la ignorancia es la hermana de todas las dictaduras,

wernerul dijo...

Hermano Jose, con todo respeto:
Ingresé en la Masonería hace 35 años y tras ese largo período creo que conozco algo la institución por dentro. Sería ilógico que no fuese así. Por mis manos han pasado infinidad de libros escritos por Masones, por no Masones, de una tendencia u otra. He compartido trabajos en muchas logias, en muchos sitios. Entiendo que para emitir un juicio sobre algo es necesario previamente estudiarlo en profundidad y no dudo en absoluto de su esfuerzo personal en dilucidar en que consiste esta institución y cuales son sus objetivos pero, tras leer esta entrevista, aprecio la influencia que ha tenido sobre usted el prejuicio que ha tenido la iglesia( al menos una gran parte de ella) en los últimos 250 años contra ella. Dentro de la misma iglesia no hay una unidad de criterio al respecto.
La Masonería no es una religión, es una institución que intenta trabajar con el fin de mejorar al ser humano. Admite en su seno a individuos de cualquier religión. La mayoría de las logias exigen que sus miembros crean en la existencia de un ser supremo, llamémosle Dios, Alá, Krishna, etc. Aquí le denominamos Gran Arquitecto del Universo y así estamos todos de acuerdo, siendo conscientes que, independientemente del nombre que le demos, se trata de la misma entidad sagrada. No podemos entender que el Dios de mi religión sea diferente al Dios de mi hermano que vive en el otro extremo del mundo. El le llama de una forma y yo de otra, pero es el mismo, pues Dios es Uno y eso lo sabe usted perfectamente.
Siempre he considerado que para emitir un juicio sobre algo, es preciso en primer lugar estudiarlo en profundidad y en segundo lugar probarlo. Puedo explicarle con lujo de detalles a lo que sabe un limón pero la mejor forma de saberlo, no es el estudio de sus características, por mucho que domine el lenguaje, sino simplemente probarlo. Le invito sinceramente a que ingrese en la Masonería e intente conocerla por dentro y probarla unos años. Si su interés es sincero le recibirán de forma abierta y sin prejuicios. No tiene nada que perder. Tampoco le quitará mucho tiempo, dependiendo de la logia suelen trabajar durante una hora 2 o tres veces al mes. Esto le dará la opción de emitir un juicio con conocimiento de causa de una forma mucho más completa.
Entiendo que la Iglesia tenga ciertos prejuicios y le prohiba hacerlo, aunque seguro se lo permite si solicita una dispensa especial. Su trayectoria vital y humana es muy amplia, me costaría creer que limiten su libertad en ese sentido y no creo que su Fe se encuentre comprometida con ello sino todo lo contrario. Estoy seguro que la reforzará.
Con todo mi aprecio.
De un Ser Humano a otro Ser Humano en su camino de búsqueda y de respuestas.