viernes, 14 de agosto de 2009

A NUESTRA MADRE


Te llamó el ángel, llena de gracia, el Señor es contigo,
hasta el fondo del alma.

Como viento que sopla sobre tu virgen playa,
el espíritu de Dios te dejo marcada, dejando sus besos,
como azahar que embriaga, en las aguas puras de las olas danzan.

Eres esposa, y en fuego te abrasas;
el agua el viento y el fuego te buscan y abrazan.

Todo es del espíritu de Dios,
pero irradiado en el mundo por medio de María,
que nos hizo a Dios tan cercano: Emmanuel.

Por: Emilio Mazariegos

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